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Apenas doscientas reses participan en la tradicional subida a la Montaña de Covadonga

Ayer, 25 de abril, como dicta una norma de origen consuetudinario y varias veces centenaria, se abría a los pastos el coto de la Montaña de Covadonga. El acontecimiento ni de lejos tuvo la trascendencia de épocas pasadas porque apenas 200 reses remontaron las empinadas cuestas en busca de las fértiles vegas. Y eso que está aprobada la presencia de 4.972 vacas, novillas y toros. A partir del 1 de junio, cuando comienza la elaboración del queso de Gamonéu del puerto, está prevista la llegada de 367 ovejas, 331 cabras, 133 caballos y nueve cerdos.

El primer rebaño en llegar a la vega de Enol, rumbo a la vega de la Cueva, estaba formado por trece vacas casinas , propiedad de Ángel Labra, ganadero de Beceña, que tiene pensado retrasar la llegada de otras «35 vacas, hasta que mejore el tiempo». El primer pastor en alcanzar la vega de Comeya fue Vicente Suero Fernández, de Gamonéu de Cangas, quien acudió con 16 vacas cruzadas y un toro y tiene pensado desplazar otras «53 vacas, antes del 1 de junio». Suero conducía el rebaño acompañado por ‘Tinuca’ y ‘Blanqui’, dos perras del encaste pastor vasco.

¿Por qué los ganaderos se mostraban contrarios a trasladar la totalidad de su ganado en los primeros días de la apertura del coto? Ángel Labra explicó que «los pastos están muy atrasados y se anuncia nieve a 1.200 metros para el fin de semana; las vegas se ven levantadas por el jabalí; el territorio está invadido por las cotolla y tenemos miedo a la presencia del lobo». De hecho, entre las reses que ayer acudieron a los pastos no había terneras ni xatos. Vicente Suero lamentaba que en Comeya «están acotadas al pastoreo más de 30 hectáreas por culpa de un incendio del año pasado y no sé cómo voy a explicarle a las vacas que allí no pueden pastar». También se quejaba de la «abundancia de matorral, cuando hace diez años todo estaba limpio gracias a nuestro trabajo de desbroce». Pero, ahora, «no nos dejan tocar nada».

Especialmente crítico con los gestores del Parque Nacional de los Picos de Europa se mostró José Antonio García Álvarez ‘Toño’, regidor de pastos de la Montaña de Covadonga. «Llevan un año sin realizar desbroces ni quemas», comentó Toño, que ayer no trasladó a las vegas ninguna res de su cabaña. Y de la ausencia de buenos pastos por invasión de las cotollas culpó a «los ‘mamíferos’ encargados de las obras y a las empresas que se supone las ejecutan, porque con altísimos presupuestos para desbroces y quemas controladas no hicieron absolutamente nada. Al menos yo no lo veo», matizó.

Ante una situación, que «va camino de convertirse en insostenible», Toño abogaba por «permitir a los ganaderos» que realicen las quemas controladas. Se trataría de «recuperar los usos tradicionales y de que los políticos y los ecologistas no nos vengan con inventos nuevos». Y por esa misma línea argumentó que «los políticos tendrán que ponerse las pilas porque hoy ya nadie les cree. Llevan 20 años proponiendo cosas para el Parque y nunca hicieron nada de provecho».

Otro problema que va a incrementar este año las quejas de los pastores guarda relación con la gran cantidad de hectáreas de pastos levantadas por el hocico del jabalí. Ante semejante espectáculo en la vega de Enol, Ángel Labra aseguró ayer que «en pocos años, al faltar los pastores actuales y ante la inexistencia de relevo generacional, el Parque será una selva. Están acabando con el Paraíso Natural. Esto se terminó». Frente a los daños causados por el jabalí, Toño proponía que «Parques promueva cacerías porque hay gente dispuesta a pagar por ellas. Y que no tengan miedo porque los jabalíes, igual que los lobos, no se van a acabar».

Y ¿qué dijeron los ganaderos de la presencia del lobo? Para Toño, en los Picos de Europa «habrá más de cien lobos». Explicó que «están protegidos» y argumentó que desde entonces «se alteró la cadena tradicional de vida animal en este entorno». Ángel Labra aseguró que días pasados se habían visto cinco cánidos «en la vega de Teón», mientras que Vicente Suero confirmaba que «en el picu la Muda, fuera del Parque, los lobos me mataron cuatro ovejas el pasado martes».

¿Cuándo se supone que va a mejorar la calidad de los pastos? Los ganaderos explicaron que «hace falta calor» y comentaron que «hace ocho días la mayoría de las vegas estaban cubiertas por 50 centímetros de nieve y soplaba un viento muy frío». Ante la posibilidad de nuevas nevadas, los pastores traían ayer bastantes fardos de hierba seca.

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