Hoy porque es mañana , hoy porque fue ayer.
Eres tu el ser humano que necesito. Sois vosotros los que hacéis posible el gran cambio.
LOBO MARLEY ya es una imparable realidad que pasará como apisonadora por encima de aquellos que secuestraron la verdades del LOBO.
Nos hemos puesto en marcha y no nos van a parar.
Estamos decididos a quedarnos….no somos gentes de paso.
Implicados con lo que tenemos a disposición de esta noble causa….nuestro pasado y nuestras ilusiones.
Humanos por los cuatro costados pero adoptando la idiosincrasia social de los lobos como nuestra.
Organizados y en manada que se alimenta de individualidades estamos ya escribiendo una PAGINA DEFINITIVA en el capítulo final del libro del lobo.
El sábado 13 de abril celebramos la vida y el amor.
Lo hicimos los que pudimos, pero no todos los que quisisteis. Lo sé y os aseguro por ello que esta fiesta aún no ha terminado.
Acaba de empezar.
Cuéntale a todo el mundo que LOBO MARLEY está abierto todos los días del año y a todas horas. Que esta plataforma ciudadana y humana, NO VA A PARAR hasta conseguir la catalogación a nivel nacional del Lobo ibérico como especie protegida.
Esta reunión fue mucho mas que una quedada a través de las redes, fue una declaración de amor .
En Cañada Real, nos vimos las caras, nos miramos a los ojos, unimos nuestras manos y pusimos en hora nuestros relojes biológicos.
Todos a una, todos sabiendo que sois muchos los que no pudisteis asistir pero que nos acompañáis en este viaje.
Necesitamos masa social, precisamos de compañía.
Queremos crecer fuertes como lobby social PODEROSO en número y DIVERSIDAD.
No queremos hacer este viaje en solitario…..sabemos que el conservacionismo español lleva dando muchos tumbos, luchando para abrirse un hueco con dureza y con el viento en contra.
Por eso estamos aquí, para sumar y reforzar desde todos los sectores.
Sabemos distinguir a nuestros enemigos…..son esos que hoy ya saben que no van a poder seguir actuando a su antojo y en la oscuridad.
Los mismos que han salido a la palestra con las mismas consignas de siempre, ancladas en la ignorancia y la corrupción. Esos que hacen el ridículo, yendo a contracorriente y en B/N.
El lobo merece el respeto de unas instituciones que han de servir a los intereses generales y por eso cuanto mas GENERAL hagamos nuestra reivindicación mas legitimidad conseguiremos a la hora de dar el giro de timón final.
Por eso queremos que se nos vea, que se nos oiga.
Que el lobo se ponga de actualidad diaria a través de nuestro trabajo y gracias a LOBO MARLEY.
Este no es cualquier asunto.
La cuestión del lobo merece MODERNIDAD y AMPLITUD DE MIRAS.
Nos jugamos un nuevo modelo, una manera constructiva de relacionarnos con la biodiversidad.
Decir adiós a los rancios planteamientos frentistas entre pastorcillos y lobos sanguinarios.
Decir hola, a la innovadora estrategia de auténtico desarrollo rural vinculada estrechamente a la conservación de una especie que aporta calidad a los territorios en los que sobrevive.
España es MENOS sin lobos.
Tenemos ante nosotros la oportunidad histórica de proyectar una imagen internacional de país que sabe que en su patrimonio natural reside su IDENTIDAD.
Esto no es solo saludable, edificante y ajustado a nuestra historia natural…..además es RENTABLE y LOBO MARLEY va a demostrarlo.
Te queremos a nuestro lado….., cuanto antes….a tu ritmo.
Por el motivo que sea….por admiración a la belleza de este animal legendario. Por convicciones conservacionistas, por ecologismos puro…..por la búsqueda de la justicia, por el deseo de cambiar las cosas que nos hacen la vida imposible….por diferentes caminos, llegamos al mismo lugar y decidimos seguir juntos.
Pasamos el día 13 de abril compartiendo y conocisteis, a las personas que desde hace ya muchos meses y de manera abnegada trabajan para hacer posible que LOBO MARLEY esté activo y en pie.
Presentamos para vosotros nuestra web www.lobomarley.org para que la toméis como si fuera vuestra casa.
En ella encontrareis toda la actualidad concerniente al lobo y lo mas importante, la manera de canalizar vuestro ímpetu y vuestras ganas de hacer algo certero y directo para contrarrestar los ataques permanentes a nuestro querido lobo.
Estamos trabajando en diversos frentes. Uno centrado en afianzar de una vez y para siempre la beneficiosa presencia de esta especie en nuestros campos.
LOBO MARLEY lo dice y lo mantiene. El Lobo no es el problema, el lobo es la solución.
Y por otra librando la dura batalla legal que permita en tan solo unos meses otorgar seguridad jurídica y normativa al Lobo ibérico.
Necesitamos vuestro apoyo económico adaptado a tus posibilidades….haciendo granero gracias al granito que cada uno pueda aportar.
NO ADMITIMOS SUBVENCIONES ni patrocinios.
LOBO MARLEY quiere ser sostenible e independiente, SOLO GRACIAS A LAS APORTACIONES DE CADA CIUDADANO.
En nuestra web sabrás como hacer efectivas estas aportaciones de manera transparente y rápida.
Con un día primaveral de libro, aullamos juntos por el lobo el sábado y estamos editando el video que recoge todo este calor humano. En breve lo colgaremos y os reconoceréis.
Venidos de todos los puntos de España y trabajando desde las redes sociales como lo estáis haciendo no tengo ninguna duda de que el Lobo Ibérico ha encontrado por fin el apoyo social que necesitaba para conseguir definitivamente ser respetado desde las administraciones.
No hace falta que os diga que gracias a Félix Rodríguez de la Fuente , llevamos la vida que llevamos y nos interesamos desde los adentros por nuestra naturaleza en general encarnada por esta especie imponente.
Por eso mismo, honramos su memoria cada día que con la camiseta de LOBO MARLEY salimos a la palestra de la vida cotidiana a defender nuestra idea de España.
El lobo es solo el comienzo. El lobo es nuestro argumento principal en un tiempo en el que necesitamos ideales que nos hagan sentir que no somos gallinas ponedoras en la granja de un tirano.
Somos seres humanos que amamos la vida con todas sus piezas.
El lobo no es la mas importante, pero es la que ahora nos toca defender, en una guerra sin cuartel que sirve sobretodo para tapar la dejadez de quienes tienen los medios para atender a los pocos ganaderos afectados y a los escasos lobos que aún nos quedan.
Si los gobiernos autonómicos y el gobierno central, no van a servir para apagar la llama y evitar el incendio en tierra loberas…..¡QUE SE VAYAN!.
De ningún modo vamos a aceptar que con nuestros impuestos se sigan matando lobos y desatendiendo a los pastores afectados por los esporádicos ataques.
No tenemos tiempo que perder. No hay nada que pactar.
Debemos CONVENCER aunque VENCER también, pues ya hemos comprobado que además de negligencia hay ODIO al lobo en muchas administraciones.
Haremos cumplir la ley y exigiremos cada día con tu ayuda, la protección eficaz del patrimonio natural que tenemos la suerte de disfrutar, a pesar de que haya muchos empeñados en malgastarlo.
Somos personas que además de velar por nuestra supervivencia individual, nos entregamos a una causa común.
Ya somos cientos de miles pero con jornadas como la del pasado sábado tengo la certeza de que en breve a nivel internacional se sabrá que en este país somos muchos mas los que apreciamos a nuestra naturaleza que los que la pisotean.
¿En que cabeza cabe que yo haya o vaya a promocionar una campaña de boicot a los productos de vuestra tierra?
Muy malo tendría que ser y muy tonto.
Malo por destrozar injustamente las ilusiones, el esfuerzo y el tesón de tantos que trabajáis para conseguir crear y distribuir la CALIDAD que define a los productos agroalimentarios de esa tierra que llevo en el corazón: ASTURIAS.
Y tonto por cargarme de un plumazo una trayectoria de 30 años al servicio exclusivamente, a través de mis trabajos de divulgación, del desarrollo rural en Asturias y en el resto de España.
El tema es otro.
El tema se llama CON LOBOS NO HAY PARAISO ganaderos que solo se representan a sí mismo y que han decidido faltar al respeto a los asturianos, desde una postura insostenible y tóxica.
Ya va siendo hora de que los productores de leche o de carne de Asturias se planten ante este colectivo descarriado y les hagan saber que ELLOS NO REPRESENTAN A LA GANADERIA ASTURIANA y mucho menos al MILLON LARGO DE ASTURIANOS que quieren a su poderosa naturaleza con todas las piezas.
El lobo no es el malo aquí y yo tampoco.
No me quiero extender para no hacer crecer una bola que fue creada en las filas enemigas.
Ganadería y biodiversidad. Solo por ahí y con paso firme.
Cualquier producto que haya prosperado faltando a la ley y contra natura, no será boicoteado por mi…..será denunciado y despreciado en el mercado.
Solo trabajo para una cosa y no para desmentir patrañas baratas y desfacer entuertos envenenados.
Trabajo para demostrarle al mundo que ASTURIAS es tierra madura y bella. Que ASTURIAS merece respeto. Que ASTURIAS es Paraíso Natural y no solo porque lo diga el Principado como eslogan contra el que carga sistemáticamente con sus planes y desgobiernos.
¡CONSUMAN PRODUCTOS ASTURIANOS! Los de toda la vida, los que adquirieron un valor incalculable gracias a su contacto con la naturaleza y a su compromiso por defenderla como seña de identidad.
Eso digo.
Lo otro, lo de rechazar aquellos productos que vengan manchados con sangre de lobo… Ya viene solo. Millones de seres humanos asturianos o no, pondrán las cosas en su sitio y rechazaran aquello que falte al respeto a la Naturaleza astur.
CON LOBOS ASTURIAS ES MÁS.
Que por favor no me molesten los que están ya fuera de juego, con chorradas e infamias, que aquí estamos trabajando y mucho, por defender a una Asturias del siglo XXI donde Ganadería y lobos convivan productivamente y donde se respete el gran pacto de conservación de la naturaleza que hace de esa tierra un lugar único en el mundo.
La ancestral visión popular y casposa del Lobo Feroz es injusta y muy perniciosa para la naturaleza en su conjunto. Sobretodo porque se basa en una mentira histórica e histérica.
Es verdad que los lobos son predadores, grandes cazadores, pero ya va siendo hora de decir que NO SOLO comen ganado. Nadie niega que ataquen de manera ocasional a ovejas, vacas o caballos, pero se suele olvidar que es un gran carroñero y un gran cazador de corzos o jabalíes. Por cierto, cuantos agricultores le debieran estar agradecidos al lobo ibérico por el control natural de jabalíes que de manera gratuita, les hace en sus tierras de labor.
También sabemos que los lobos hoy se acercan a los basureros a comer.
Es decir que hay que poner las cosas en su sitio en este aspecto. Todos los estudios científicos indican que el lobo no solo caza para comer, caza para aprender. Cada presa y cada cacería son la universidad del lobo y por eso las presas naturales son tan apreciadas por él.
Un redil, o un ternero cojitranco enseñan menos a los lobos y solo los atacan cuando pueden, o dicho de otro modo cuando los ganaderos le ponen las cosas demasiado fáciles.
De esta mirada acomplejada, simplista y llena de sombras con que miramos pero no vemos al lobo, surgen tantos y tantos problemas por resolver con respecto a otras muchas especies amenazadas. Hemos de revisar nuestra relación con la fauna salvaje y nuestro compromiso verdadero por asumirla con madurez y modernidad y no por soportarla como nos quieren hacer ver aquellos a los que les gustaría un mundo incompleto.
A pesar de su poderío y de su maravillosa anatomía, el Lobo es uno de los animales más tímidos que podamos encontrar entre nuestra fauna. Es mucho más fácil encontrar a un lince en el campo que a un lobo, lo que quiere decir que huye del hombre como así le dicta su ADN y no representa ningún peligro para las personas como últimamente han querido inculcar los amigos de la leyenda negra.
Un animal extremadamente social como él, es el que antepone su solidaridad dentro del grupo a la ferocidad individual y absurda que propone desde hace siglos la perversa Caperucita.
Desde Lobo Marley creemos que el Lobo Ibérico es un animal admirable por muchos motivos resumidos en uno; su capacidad para sacar de quicio a los humanos.
Su fortaleza es tan admirable que ha superado un bache demográfico hace tan solo unas décadas, que le llevó prácticamente a la extinción.
Gracias a ella y con total sigilo, hoy sus poblaciones aunque muy escasas en su conjunto, bien pudiéramos decir que encarnan un éxito del que nos sentimos muy felices.
Los lobos han reconquistado territorios de los que literalmente se les había borrado del mapa. Por eso mismo cada lobo asesinado es una perdida insoportable y una falta de respeto a la evolución de la vida libre de una especie que tiene una función estelar en los parajes donde se asienta.
Que existan en la España del ladrillazo, las grandes infraestructuras y el reino del hormigón ya es un milagro que deberíamos reconocer y valorar.
En toda Europa, envidian la biodiversidad española y desde luego la presencia de un gran mamífero cazador social como el lobo en diferentes comunidades y regiones es admirado en Bruselas como un lujo y no como la lacra que intenta vender nuestro propio gobierno.
Nuestro lobo debe ser admirado porque simboliza la libertad pura viviendo en grupo y haciendo su vida de manera organizada. Todo su comportamiento es un canto a la convivencia y al verbo, ese que hemos olvidado los humanos: COMPARTIR.
El hombre en el fondo siente rabia ancestral de tener a un competidor tan inteligente como él.
Pero en Lobo Marley defendemos al lobo no solo como animal. El lobo nos conecta con un mundo auténtico que nos negamos a perder. Si él muere los amantes de la vida morimos también.
El lobo es naturaleza viva y vigorosa, es el guardián de lugares inalcanzables cuyo reino es equilibrado y sagrado.
Como Picos de Europa, un Parque Nacional que lo es entre otras cosas gracias a que en él hay lobos. A los que portan camisetas en las que se lee “con lobos no hay paraíso”, les decimos desde aquí miles de ciudadanos de Asturias, Castilla y León, Cantabria y de todo el mundo. SIN LOBOS NO HAY SUBVENCIONES.
El lobo es un superviviente y su presencia debe ser contemplada con alegría y admiración. Es mucho más que un animal y además es un endemismo que solo habita nuestra Península y cuyas poblaciones tenemos la obligación de mantener conjuntamente con Portugal.
MALA IMAGEN, PEOR PRENSA
Para cambiar la imagen negativa que tienen del lobo algunos ganaderos lo primero que hay que hacer es tomarse en serio este tema que va mas a allá de la propia especie.
Hay que replantear por completo la política de indemnizaciones por daño y trazar sin trampa ni cartón un sólido camino de convivencia positiva para ambos, ganaderos y lobos. Crear puentes y no dinamitarlos como hace el propio Ministerio de Medio Ambiente de forma suicida.
El lobo es un aliado de las zonas rurales dónde vive. Es de un valor INCALCULABLE en una Europa rural que se pudre. Si una comarca tiene lobos es porque lo vale, y eso hay que contarlo y hay que hacer sentirse orgullosas a las personas que comparten territorio con él, de esa realidad mucho más tangible que un puñado de euros.
Hay que vincular la CALIDAD de los productos (Leche, carne, quesos, turismo….etc) a la presencia del LOBO. Esa es la verdadera excelencia que sacará al mundo rural español del hoyo y no una política pesetera y pesebrera, inútil y pícara basada en indemnizaciones que siempre llegan tarde y mal entendidas.
Hay que SACAR ADELANTE el Contrato Territorial que llevamos reclamando tantos años, y obligar a las administraciones a que lo pongan en vigor. Ese contrato no indemnizará, ese contrato compensará de por vida a una persona por el mero hecho de haber nacido, crecer, tener su vida y su obra en determinados rincones de España dónde haya elementos naturales como el lobo.
Para que todo el mundo lo entienda, dará lo mismo si el lobo ataca o no, usted tendrá una compensación un RECONOCIMIENTO del Estado español (traducido en ayudas económicas y de otro tipo) y todos contentos.
Las indemnizaciones actuales además de ser un «aquí te pillo y aquí te mato» no son nada pedagógicas, no enseñan para el futuro y no ahondan de manera rotunda en nuestro verdadero objetivo que es que las personas se sientan orgullosas del lobo y de compartir territorio y patria con él.
Por último queremos decir que el Lobo Ibérico debería ser nombrado SIMBOLO VIVIENTE de este país y protegerlo como tal. Como los norteamericanos con el Águila Calva o como nos ocurre en materia sentimental y artística con el Guernica o Las Meninas que son patrimonio de todos los españoles.
El Ministerio de Medio Ambiente debe decretar una moratoria en la caza del lobo en cualquier comunidad de España y hacer mientras con seriedad UN CENSO ACTUAL Y REAL de la especie para saber cual es su dimensión verdadera y bajo criterios científicos y no mandangas políticas u oportunistas.
¿Solo se puede controlar a los lobos que crean problemas en algunas zonas matándoles, con batidas, colgándoles decapitados de las plazas de los pueblos? Evidentemente NO. Ocurre que hace falta voluntad política y aplicar I+D+I del bueno en la conservación y la gestión en su conjunto de esta especie y para eso por lo que se ve los que deciden deberían volver a nacer.
Ni saben, ni quieren, ni escuchan a los que saben y quieren. Marcan en estos momentos las políticas del lobo los lobicidas que legislatura tras legislatura van dejando un reguero de sangre lobuna en el que no pensamos ahogar nuestras penas.
Hay que desmantelar urgentemente los CHIRINGUITOS DEL LOBO , esos desde los que se siembra demagogia y muerte tanto en las consejerías de las comunidades autónomas, como en los despachos de algunos sindicatos agrarios que han encontrado en el pobre animal la excusa perfecta para esconder su ineficacia secular a la hora de apoyar al mundo rural verdaderamente y no oportunistamente.
Es vergonzoso observar como cada vez se hace mas cruenta la guerra contra el lobo en la medida en que las ayudas de la Unión Europea se van agotando.
Estamos convencidos de que no solo hay negligencia en la gestión del lobo, hay prevaricación y delitos que saldrán a la luz ente las cuatro paredes de muchos tribunales de este país, porque nuestro objetivo es conseguir aplicar y mejorar las normativas que al respecto de esta especie hay y que se empeñan en saltarse de forma sistemática aquellos que tienen la obligación de custodiarlas y administrarlas por el bien de todos.
Las personas que componemos esta plataforma ciudadana llevamos las botas llenas de barro. Durante años hemos recorrido las tierras del lobo en toda España y hemos abrazado paisajes y paisanos por igual.
Nos hemos encontrado muy solos en la defensa de la naturaleza y en la apuesta decidida y sincera por el Desarrollo Rural Sostenible. Nuestros corazones laten ahora unidos y a la par y más allá del naturalismo y del ecologismo hacemos una llamada HUMANA y PERSONAL a esa sociedad civil que dará su vida por nuestro patrimonio natural.
Estamos con los ganaderos con todo el respeto y el apoyo, pero no a base de migajas y exigiendo responsabilidad a todas las partes.
Para nosotros, y esto lo venimos explicando desde hace décadas, lobos y pastores están en peligro de extinción y debemos poner todo nuestro empeño en ayudar a ambos con alegría, ideas y orgullo.
Solo así España saldrá de esta encrucijada para siempre.
Lobo Marley. Ciudadanos por el Lobo y el Mundo Rural, toma su nombre de ese macho abatido a tiros por la guardería del Parque Nacional de Picos de Europa el día 21 de Agosto de 2012.
Un ejemplar que era objeto de estudio y que portaba un collar que transmitía datos imprescindibles para encontrar soluciones científicas y rigurosas.
Ese día no solo mataron a un “lobo más”, ese día dieron el tiro de gracia a un modelo basado en el conocimiento científico y nos faltaron al respeto a todos los españoles.
El Joven Lobo Marley es nuestro símbolo y en su memoria y en la de Félix Rodríguez de la Fuente depositamos todo nuestro esfuerzo colectivo.
¡No vamos a fallaros!
Lobo Marley. Ciudadanos por el Lobo y el Mundo Rural
“Lobo Marley, ciudadanos por el lobo y el mundo rural”
Director de UrbanTV Festival y conocido naturalista por su trayectoria en documentales de Televisión Española en programas como Vive la Vía o Biodiario en los que se muestra al espectador la belleza del medio rural y la necesidad de su conservación, actualmente Luís Miguel Domínguez se encuentra inmerso en una nueva etapa de su lucha por proteger nuestra fauna en peligro de extinción y continuar así con un legado que muchas generaciones heredamos del ya desaparecido divulgador ambientalista Félix Rodriguez de la Fuente. La iniciativa “Lobo Marley, ciudadanos por el lobo y el mundo rural”, es desde hace un tiempo la plataforma a través de la cual personas anónimas y particulares tienen la oportunidad de aunar esfuerzos e ideas, para proteger al lobo ibérico en el proceso de conciliación del mundo rural con la actividad de esta especie animal autóctona. En los años 70, el lobo quedó aislado al noroeste de la península y al borde de la extinción, una directiva europea de 1992 lo declaró especie estrictamente protegida al sur del Duero, su frontera natural y en los parques nacionales solo se permitía la caza como única forma de controlar la especie. Desde entonces se ha recuperado y la población ha evolucionado de tal forma que en la actualidad se enfrenta a profundo debate debido a los daños que su presencia causa a la actividad ganadera.
Antes de entrar a profundizar en estos y otros temas, nos gustaría saber en qué momento se decide fundar esta plataforma con el nombre Lobo Marley y por qué.
La Plataforma surge por la radicalización de las posturas en contra de la existencia natural del lobo en nuestros ecosistemas y como parte de nuestra Biodiversidad principalmente por parte de algunos colectivos ganaderos que creemos han sido engañados por la Administración, que ha utilizado al lobo como cabeza de turco para silenciar los problemas que el mercado plantea a la ganadería. Esta radicalización contra el lobo lleva a que sea perseguido de una forma que no habíamos visto en medio siglo y a que el lobo se encuentre en una encrucijada que le puede llevar a la extinción en muchas zonas a corto plazo y quizás como especie a medio o largo plazo. La gota que colmó el vaso fue la muerte de un lobo radiomarcado apodado Marley, que cayó abatido por personal de la Administración y en un Parque Nacional, lo que resulta más que bochornoso. Esto fue lo que hizo nacer Lobo Marley, que surge como movimiento ciudadano a favor del lobo y de un mundo rural sostenible en el que la actividad ganadera sea compatibilizada con todos los elementos del medio natural que la sustenta. Estamos en el s.XXI y tenemos que desterrar ya los mitos y esas formas de actuar insostenibles y dañinas de tiempos pretéritos.
El estudio del lobo ibérico dentro del proyecto científico de Seguimiento de las poblaciones de cánidos en el Parque Nacional de los Picos de Europa ha fracasado, pero ¿en qué medida?, ¿se barajan otras alternativas?
El proyecto de Seguimiento no ha fracasado en lo referente a la ecología y aspectos socioeconómicos del lobo en el Parque Nacional. Por ejemplo, ha servido para mostrar la intrascendencia económica de los daños del lobo en el Parque (que afectan sólo al 0,25% del ganado de la vertiente asturiana del Parque y suponen sólo el 0,19% de los subsidios que reciben los ganaderos), que no ha habido aumento de lobos en los últimos años, que los controles de lobo no han mejorado las estadísticas de daños tampoco, que los lobos del Parque se alimentan principalmente de ungulados silvestres y especialmente de jabalí, que los lobos tienen movimientos muy amplios que pueden hacer creer que hay más lobos de los que realmente hay… Pero de nada ha servido, parece ser, en cuanto a la gestión del lobo. Esto demuestra que la gestión ha derivado hacia otras cosas porque los administradores del Parque no están coordinados; la gestión del lobo se está realizando en base a matar lobos y no en función de los resultados de los informes del proyecto de Seguimiento. Claro que los responsables del Proyecto no toman las decisiones pero callan y firman, a pesar de que sus propios estudios e informes lo desaconsejan, avalando las decisiones del Parque de matar lobos. De hecho, los Tribunales suspendieron dos resoluciones impulsadas para matar lobos en el Parque. En resumidas cuentas, investigaciones e investigadores que se venden para seguir trabajando en estudios sobre lobos. En 10 años se han matado legalmente en el Parque Nacional casi medio centenar de lobos y se ha matado una camada de cachorros. ¿Qué es lo que hace que se sigan matando lobos entonces? pues la presión de los colectivos ganaderos a la Administración. Y por supuesto, estos “controles” o matanzas de lobos en el Parque han llevado al fracaso del radiomarcaje en el Proyecto Seguimiento ya que murieron dos lobos radiomarcados suponiendo un trastorno científico y económico inmenso.
Para ponernos en situación y aclarar dudas sobra la disminución o aumento de la población de la especie ¿Cuáles son los datos reales del status del lobo en la Península Ibérica?
En realidad la población de lobo no ha evolucionado de forma expansiva. Esto es un espejismo muy peligroso. La población de lobo sufrió un declive desorbitado, estuvo realmente al borde del exterminio, y gracias a un mínimo nivel de protección pudo recuperarse ligeramente hasta hoy. Pero ahora mismo la población de lobos está a duras penas estabilizada, en algunas zonas en declive, en algunos territorios ha sido eliminado de nuevo, en muy pocas zonas han aparecido lobos que recolonizan territorios antaño perdidos pero muchas veces están muy alejados del núcleo original y su futuro es incierto. Hay mucha manipulación mediática sobre este asunto por intereses variados. Ahora mismo no existe aumento de lobos y, más bien, la amenaza que se cierne sobre la especie la pone en una situación muy delicada. En la Península Ibérica se calcula que sobreviven aproximadamente unos 750 reproductores estimados a partir del número de grupos. Pero estos grupos a veces son de tan sólo dos individuos y muchos grupos ya han sido eliminados. Esos son los pobres datos reales.
Esta es una iniciativa privada, formada por un grupo de personas comprometidas con los valores de Lobo Marley, ¿cuantas personas se encuentran trabajando codo con codo para lograr el objetivo?
En la actualidad en la sala de máquinas de LOBO MARLEY somos 20 personas de toda España.
Diariamente trabajamos en diferentes áreas con la única y clara intención: poner el debate del Lobo de actualidad. Proyectar luz constante sobre un asunto que solía ejecutarse en la sombra, entre las cuatro paredes de las administraciones.
Las redes sociales son hoy un caldo de cultivo perfecto para iniciativas ciudadanas como la nuestra.
No queremos que las redes solo sean mentideros o vomitorios….en LOBO MARLEY creemos que son un laboratorio vigoroso en el que se está fraguando la nueva España.
Trabajamos por un modelo distinto de convivencia entre la biodiversidad y el mundo rural, al fin y al cabo ese es el epicentro de nuestra estrategia.
El ser humano vive en un estado constante de alienación, lo cual hace que se aleje de su entorno para centrarse en lo puramente económico, ¿consideras que esta situación empieza a tocar fondo?. Y en su caso, ¿existe una solución razonable?
El ser humano no puede alejarse de su entorno porque no estamos fabricados de plástico o de metal. Somos parte del medio natural y el medio natural es parte de nosotros y nos sustenta pero tenemos que ser conscientes de eso porque, de lo contrario, estamos destruyendo a nuestra Madre; luchando contra nosotros mismos. Esta situación en la que vivimos y en la que hemos priorizado lo económico y material sobre lo importante, tocó fondo hace mucho tiempo. Desde entonces, nos arrastramos por el fondo en busca de valores equivocados que nos alejan de nosotros mismos y de la VIDA. Existe una solución razonable que es cambiar esa forma de actuar en la medida de lo posible -que es mucho más de lo que cada uno hacemos- y realmente si todos promovemos un cambio en nuestro comportamiento y lo hacemos más sostenible para la VIDA, el cambio global sería gigantesco. Sería muy fácil pero por intereses egoístas lo hacemos muy difícil.
Los ciudadanos tenemos que ser conscientes de la necesidad de conservar nuestro entorno más cercano y con ello las especies que viven y conviven en él, ¿crees que hace falta una mayor concienciación ciudadana o una mayor educación medio ambiental para poder entender que más que una obligación es una necesidad de todos/as para con nuestro entorno y para nuestro propio beneficio?
Por supuesto. Para promover ese cambio hacia la sostenibilidad, hay que sensibilizar a la población, educar a los niños, y que realmente todo el mundo sea consciente de qué somos y dónde vivimos. Es una tarea global inmensa, bonita y muy compleja.
La mayoría de los españoles/as nos implicamos en las iniciativas privadas cuanto mayor es el beneficio común a obtener, sin embargo vivimos en una constante desconfianza por que muchas veces no se advierten cambios a medio plazo, ¿podemos hablar de avances desde que se fundó la plataforma?
Tendemos a buscar el beneficio a corto plazo porque nos dejamos llevar por nuestros intereses instintivos, en realidad. Si conocemos, si sabemos, podemos comprender que los beneficios serán a medio o largo plazo, que son principalmente para las generaciones futuras, que son para que el mundo en el que vivimos no llegue a ser imposible para otros… se trata de superar ese egoísmo natural y de superar también la ignorancia en la que estamos sumidos. Hay avances, cómo no, desde que nació la Plataforma. Llevamos muy poco tiempo pero el avance principal es el apoyo desinteresado de cada vez más personas a favor de la conservación del lobo y de la implicación de cientos de personas en ello. Somos conscientes de que los resultados reales no son a corto plazo, pero nosotros hemos superado el egoísmo: lo único que nos interesa es la conservación del lobo como especie y parte de la Biodiversidad.
¿Cuáles son los inconvenientes u obstáculos más importantes a los que se enfrenta L.M actualmente?
Fundamentalmente proteger, nuestros postulados de la difamación.
Nuestro mensaje es integrador, positivo y bienintencionado. Lobo Marley tiene que padecer como cualquier colectivo que actúa y va mas allá de lo teórico, una serie de ataques que intentan desprestigiar.
Si analizamos con frialdad los datos del lobo, nos damos cuenta de que POLITICA y ECONOMIA fraudulentas son las dos armas que están llevando al lobo a una situación insostenible.
Trabajar a fondo en esas dos cuestiones, nos convierte en unos enemigos muy visibles.
Denunciamos la corrupción entre otras cosas relacionada con los dineros del lobo, pero no vamos contra la ganadería en general. Son tan solo unos cuantos los que bajo la cortina de humo de la generalización, nos quieren pintar como urbanitas e insensibles con el mundo rural.
Afortunadamente, llevamos toda la vida en esto, no somos paracaidistas y tenemos muy clara la importancia que el mundo rural tiene en materia de conservación de la biodiversidad.
Nuestro lema favorito es: “Contra sus mitos, nuestros datos”, porque desmontar los “chiringuitos del lobo” requiere de investigación. rigor y una visión mas allá de la naturalista… Entrar en territorios que incomodan a muchos hasta ahora agazapados tras la leyenda, el cuento y la mitología casposa.
¿Qué acciones o actividades tenéis previstas en breve?
La más importante es la presentación en sociedad que tenemos preparada para el próximo día 13 de abril en el Centro de Interpretación de la naturaleza Cañada Real.
Será un día muy especial donde nos conoceremos en persona todos los seguidores de este movimiento.
Ese día, lanzaremos una serie de iniciativas participativas, en las que la Sociedad Civil se sentirá protagonista de la defensa del lobo Ibérico… A partir de ese momento, la manada será ya imparable.
LOBO MARLEY trabaja para crear un lecho de apoyo social aún más importante en número que cualquiera de los interlocutores actuales que despachan el tema del lobo a su antojo.
Seremos tan numerosos… Que no les quedará mas remedio a las administraciones que incorporarnos en la toma de decisiones sobre esta especie.
Creemos, por ejemplo que el sector ganadero es muy importante en toda esta cuestión, como colectivo que se ve afectado (muy de vez en cuando) por la presencia del lobo… Pero estamos absolutamente en contra de que este sea sobre el que recaiga el gran peso en la estrategia común de la gestión del lobo.
La sociedad, rural o no, tiene mucho que decir al respecto. Tiene derecho a ver salvaguardado su patrimonio natural y merece respeto y presencia en el plan del lobo.
Al mismo tiempo, trabajamos actualmente en una serie de demandas de tipo legal tanto en España como sobretodo en Bruselas, sobre todo para explicar a nuestros vecinos europeos la nefasta gestión que se hace de la especie aquí.
El lobo Ibérico, aunque endémico de nuestra Península, no es una especie de la que se deban apropiar España y Portugal en exclusiva. Este carnívoro es una especie de interés comunitario que Europa considera una joya.
Trabajamos para que Bruselas conozca los planes de extinción llevados a cabo desde el Gobierno de España y el de diferentes comunidades autónomas.
Por último, y esto si que es importante. Vamos a demostrar que el Lobo y su presencia en determinadas zonas rurales de España puede convertirse en motor de desarrollo socio económico.
Contamos con grandes especialistas en materias como el turismo sostenible y el desarrollo rural relacionado con la conservación.
En breve mostraremos las líneas maestras de un plan que incorpore al lobo como locomotora y deje así de estar estigmatizado como lastre….
El LOBO es LA SOLUCIÓN, no el PROBLEMA… Y para demostrarlo trabajamos cada día.
¿Cómo llegáis a la sociedad para difundir los avances y progresos de la plataforma Lobo Marley?
De momento estamos difundiendo todo a través de Redes Sociales pero poco a poco seguramente vayamos avanzando en este aspecto y otros.
Por ejemplo, recientemente hemos creado un canal de YouTube de investigación y denuncia en el que iremos colgando documentos audiovisuales que van a estremecer a la sociedad española.
Secretamente, estamos grabando en toda España con nuestras cámaras un rosario de delitos (muchos de ellos institucionales) que demostraran que no solo no se están haciendo las cosas bien en la conservación del lobo por desidia o desconocimiento, si no que hay un lobby LOBOCIDA cuyo plan es erradicar a esta especie de amplias zonas de España.
En breve compartiremos todo este trabajo de fondo con la sociedad. Trabajamos intensamente en ello.
Para aquellas personas que nos estén leyendo y tengan interés en colaborar con Lobo Marley ¿Cómo pueden hacerlo?
Lo mejor es que nos sigan activamente, implicándose (Lobo Marley tiene personas dedicadas permanentemente a resolver dudas) a través de www.lobomarley.org o en twitter y Facebook.
Respetamos absolutamente la labor de las ONG y grupos de conservación de la naturaleza que llevan tantos años trabajando, venimos a sumar y a implicar novedosamente a todos los sectores de la sociedad que mas allá del ecologismo consideran que el LOBO es un tesoro que merece otra mirada mucho mas acorde con los tiempos que corren.
Nos gustaría finalizar estas líneas con un breve relato de alguna situación relacionada con el lobo ibérico que te haya sorprendido gratamente.
Dos consideraciones y las dos tienen que ver con la VOLUNTAD y la SUPERACIÓN.
Por un lado comprobar que a pesar de la persecución y de la inquina, el lobo sigue reinando en muchos valles de este país. Es un fugitivo, es verdad… Pero es fuerte y sortea con eficacia su pena de muerte, reconquistando territorios de los que le habían borrado del mapa.
Por otro… Y con la que está cayendo, constatar que decenas de miles de ciudadanos de este país, a pesar de sus problemas personales y del problema colectivo al que nos enfrentamos cada día como país desnortado, se han implicado con todo su corazón en el proyecto LOBO MARLEY.
Llevo más de 30 años, en la conservación de la naturaleza y nunca me he sentido tan emocionado como ahora.
Este es un movimiento imparable, que viene a hacer historia. CONSERVACIÓN DE LA NATURALEZA no como adorno de nuestras vidas… Si no COMO BASE, FUSTE Y CAPITEL de nuestra casa común; un nuevo país mas respetuoso con su biodiversidad.
En lo más intrincado del bosque, allá donde el verdor de los árboles se desdibuja con el suave azul del cielo y las cumbres acarician las nubes, vivían Marley y Rebeca.
Marley era un lobo macho de cuatro años, fuerte, con unas patas musculosas y recias como troncos de roble añejo. Su cabeza estaba poblada con un hermoso y espeso pelo gris que le daba un aspecto regio e insigne como el de un rey, el rey del bosque. Sus ojos tenían un color de miel, cálido y dulce que hipnotizaban hasta a la luna.
Rebeca era una hermosa loba de tres años, con una silueta grácil y atlética como la de una sirena de montaña. Su cuerpo acababa en una hermosa cola peluda que movía muy rápidamente cuando se encontraba feliz. El hocico de Rebeca tenía una forma especialmente alargada con una bolita negra y húmeda en la punta que despertaba la locura de Marley cuando lo acentuaba con sus aullidos.
Marley y Rebeca eran una pareja emancipada de un clan de lobos que vivía al otro lado del valle. Un lugar que un día fue fértil y con abundancia de vida, pero que en los últimos tiempos, debido a los incendios provocados por el hombre, había empobrecido la zona y obligado a los animales a abandonarlo y con ellos, la comida. Por este motivo y ante la escasez, de forma natural la pareja de lobos, abandonaron al grupo para comenzar una nueva vida juntos en otra zona del bosque.
La zona del bosque que eligieron era un lugar maravilloso surcado por un rio de aguas transparentes y limpias con guijarros pulidos por los siglos donde vivían una familia de nutrias que andaban todo el día jugando por las orillas, tomando el sol en las piedras y persiguiendo peces de un lado para otro dentro de las pozas.
Los árboles del bosque eran gruesos robles con suculentas bellotas, castaños recios y avellanos que proporcionaban alimento a un gran número de animales. También había zonas de pino piñonero que hacían las delicias de las ardillas que de rama en rama y de árbol en árbol curioseaban todas las piñas que podían en busca de los nutritivos piñones.
En los márgenes del rio; líneas de chopos, fresnos, endrinos y zarzamoras conformaban una línea multicolor infinita con matices y pinceladas de la maestra naturaleza. A lo largo del cuadro de este río vivían multitud de roedores, avecillas y anfibios de todos los tamaños y formas que allí encontraban el refugio perfecto.
La pareja de lobos había elegido como hogar una zona especialmente abrupta y rocosa de la montaña desde la cual se contemplaban los dominios de su nuevo hogar y se podía otear cada rincón del mismo; bosques y montañas, llanos y valles, un espectáculo de vida y color.
Marley y Rebeca comenzaban el día al atardecer, desentumeciendo su cuerpo después de dormir durante buena parte del día recogidos como ovillos de lana. Una vez espabilados a ambos, les encantaba perseguirse, correr entre los árboles, saltar y jugar como lobos felices hasta cansarse, entonces se acercaban al rio y con su lengua rosada le arrebataban un poco de su fresca agua para así poder calmar la sed que la intensidad de sus juegos les provocaba.
Muchas tardes, una vez que el sol se había despedido y desaparecía entre las montañas, salían a recorrer su territorio como una patrulla fronteriza. Se dedicaban a marcar sus límites para indicar que aquel lugar ya tenía dueños y que aquí se podían leer sus derechos de propiedad. Paseaban por senderos y pistas, subían montañas y bajaban valles y una vez terminado el trabajo, volvían a su guarida para juntar sus cálidos cuerpos en una fusión de amor.
Otros días cuando el hambre gritaba dentro de sus estómagos vacíos, batían la montaña en busca de algún animal enfermo o demasiado viejo que el bosque ofrendaba para alimentarles y con ello, se renovaba la vida.
Y así pasaron los días hasta que una mañana de enero Rebeca se levantó distinta, se sentía sensible y muy cariñosa con Marley, buscaba su hocico constantemente para lamérselo, se comportaba especialmente juguetona. Marley se puso muy nervioso y entendió que Rebeca estaba entrando en época de celo, en el momento del amor pleno para el lobo, la luna de miel lobuna para toda su vida…
Pasaron días y días jugando al amor. Andaban juntos por el bosque, juntando sus cuerpos, lamiéndose, brincando como liebres el uno sobre el otro, mirándose profundamente, buscándose dentro del alma de su enamorado, hechizados…, así se encontraban Rebeca y Marley.
Al cabo de días de apasionante amor, se retiraron a su hogar en la montaña y se produjo el milagro. En el interior de ella se condensaba el amor de ambos en forma de nuevas vidas, Rebeca estaba embarazada.
Marley durante el embarazo de Rebeca, cuidó de ella fervientemente, sin olvidar ni un detalle. Protegiéndola en cuerpo y alma, alimentándola, dándole calor y velando sus sueños.
Después de tres meses ocurrió… Rebeca trajo al mundo tres lobeznos hermosos como el Sol que dieron luz, calor y una inmensa alegría a sus padres.
Los lobeznos eran dos machos y una hembra.
Ahora eran cinco en la familia, y en aquel rincón de la montaña no existía el aburrimiento. Los cachorros jugaban constantemente con todo lo que encontraban a su paso. Todo les parecía digno de su atención; el salto de una rana, un trozo de pelo, una hoja seca, la sombra de un roble… todo formaba parte de un aprendizaje. Incluso la cola especialmente peluda de Rebeca era motivo de constantes persecuciones y mordiscos que con sus delgados y menudos dientes sobresaltaban a Rebeca. Pero ésta como madre paciente lo soportaba con silencio y cariño.
Los padres habían puesto ya los nombres a sus hijos. Los machos se llamaban Furry el más grandullón y peludo; Jumper el más juguetón y saltarín y ella, la delicia de su madre, se llamaba Esmeralda, por sus extraños y hermosos ojos verdes.
En el bosque la vida no era fácil, los padres se esforzaban en cuidar y sacar adelante a sus amados hijos pero existían multitud de peligros y penurias. Ahora eran cinco bocas para alimentar y el bosque no siempre era generoso para proporcionarles comida. La vida del lobo era muy dura y cada día era una prueba de supervivencia
Marley y Rebeca como padres protectores, salían juntos en busca de comida y algunos días, después de recorrer grandes distancias, volvían a la lobera sin nada con lo que apaciguar el hambre de sus pequeños. Los lobeznos los miraban con tristeza y desazón pero siempre tenían lametazos para sus padres aunque el hambre clavara agujas en sus estómagos.
Los inviernos eran especialmente duros para ellos, la nieve y el frio hacía bajar a las partes bajas de la montaña al resto de animales en busca de forraje y otros alimentos y los afanosos padres, se veían obligados a acercarse peligrosamente a las zonas donde habita el hombre. Allí el olor era metálico y áspero y a ambos les generaba desazón, lo que les empujaba a alejarse lo antes posible.
Además en ese periodo, la familia tenía que andar con cuidado porque durante varios días a la semana subían a la montaña los hombres con bocas de fuego que sembraban terror y muerte entre los animales. Por ese motivo, los padres de los cachorros, no les dejaban abandonar su recóndita cueva durante el tiempo que estaban rondando los humanos. Los lobeznos como portadores de un bagaje ancestral en sus genes, se mantenían inmóviles y en silencio hasta que el olor de los humanos desaparecía de la montaña.
La primavera, era una época de esperanza y resurgimiento de la vida en el bosque, Todo era más fácil entonces y la comida abundaba para todos. Los latidos de la naturaleza se hacían patentes con intensidad, con la fuerza de las aguas de los ríos y el brotar de las flores. Olores, colores y sonidos creaban un paraíso vivo.
El tiempo transcurría y los lobeznos se iban haciendo más mayores. Furry tenía un pelaje más denso que sus hermanos y eso le hacia parecer más grande y torpe. Cuando corría y se tropezaba, daba vueltas por el suelo rodando como una bola lanuda. Jumper aprovechaba esos instantes para correr detrás de su hermano y practicar el arte de la caza, dándole manotazos y pequeños mordiscos que con una mirada benévola aprobaban los papis.
Esmeralda era más introvertida y prefería rastrear y curiosear la zona ella sola en busca de pequeños animales a los que perseguía hasta que se escondían en el interior de los huecos de los árboles o en pequeños agujeros del suelo.
Los tres pequeños, pasaron de lobeznos a lobatos, ya tenían un año de edad y estaban bien desarrollados. Sus padres habían conseguido criarlos a todos hasta esos días a base de mucho esfuerzo y sacrificio porque claro está, los padres hacen todo lo necesario por sus hijos, y Furry, Jumper y Esmeralda eran sus joyas.
En esa época, los tres hijos ya empezaban a acompañar a sus padres en las correrías por el bosque y de esa manera, especialmente Marley, les prodigaba buenas lecciones de caza con estrategias y artimañas aprendidas de generación en generación.
Marley y Rebeca también les conducían por su territorio y les enseñaban los límites de palmo a palmo. Algunas noches, cuando escuchaban los aullidos de su antigua manada, todos juntos y desde lo más alto de la montaña, alzaban sus cabezas hacia la luna y creando un espectacular dibujo de sus siluetas comenzaban a aullar como cabalgando sobre la luna, que al compás de su melodía los acunaba.
Durante varias noches Furry, el más mayor, escuchó un aullido fino y suave, como una melodía dulce y embriagadora que provenía de otra zona de la montaña allende sus posesiones. En ese momento Furry sintió la fuerza arrebatadora de la naturaleza, la necesidad de crear una familia y de tener un territorio donde emprender una nueva vida.
Furry, una mañana partió para no volver y el resto de la familia aunque sentía un frío vacío en su corazón, comprendió que tenía que ser así. Allí quedaban Esmeralda y Jumper mirándole marchar con los ojos inundados de lágrimas y los recuerdos de sus juegos enmarcados en las paredes de su memoria.
Así la vida continuó para la familia y los cuatro juntos formaban una maravillosa manada, perfectamente compenetrada que compartían juegos, caza y sueño.
Una mañana muy temprano, después de pasado casi medio año desde que Furry se marchó, la familia se encontraba regresando de la parte baja de la montaña, tras haber rastreado un viejo ejemplar de corzo durante la noche que ya era reclamado por la madre tierra para volver a sus orígenes.
Cuando subían una ladera empinada sobre el lado norte de la montaña, Marley que encabezaba la marcha, de pronto se paró en seco y se quedó helado. Rebeca pudo observar como a Marley le temblaban las patas, esas patas musculosas y firmes ahora le estaban tiritando como juncos movidos por el aire. Rebeca supo que algo no iba bien y de varias zancadas se puso a la altura de Marley para observar la imagen más horrorosa y terrible que jamás había podido concebir en sus peores pesadillas, su hijo, su Furry, se encontraba con la cabeza metida en un frio y asesino cable de acero que le había arrebatado la vida ahorcándole. Un cable que un ser in-humano había colocado para asesinar a un animal de una forma cruel y agónica.
Furry, aquel lobo peludo y juguetón que había compartido tantos buenos momentos con sus hermanos y padres, ahora, en un suspiro y en plena juventud, había perdido el aliento para no volver a recuperarlo. Su cuerpo estaba tendido, frio, yerto…
Toda la familia junta, aulló de forma desgarradora con un aullido que llenó todo el bosque de dolor, luto y lágrimas.
Como en una extraña liturgia, todos comenzaron a lamer a Furry y así de esa manera parecía que limpiaban y purificaban el alma del hijo y del hermano para que pura y trasparente encontrase en otro mundo más evolucionado la tranquilidad, la comprensión y el derecho que aquí los humanos no le concedían.
Cuando todo terminó, arrastrando sus extremidades comenzaron a andar hacia su guarida y a unos cientos de metros del cuerpo de Furry, observaron una joven loba desnutrida con las costillas marcadas como surcos en la arena. La loba tenía una actitud huidiza y trataba de esconderse tras unos matorrales.
La familia avanzó hacia ella y poco a poco se fueron acercando hasta que la loba sumisamente se tumbó en la tierra y dejó que la olieran.
Todos comprendieron que era la pareja de Furry y de esa manera también entendieron que la vida había sido muy difícil para ambos. Su juventud y su inexperiencia no había jugado en su favor y es que el bosque tenía unas reglas muy rígidas que hay que entender y aceptar y entonces las cosas empezaban a mejorar.
Neva, se llamaba la loba.
La delgada y enjuta loba no había podido hacer nada por Furry. Su vista denotaba un miedo intenso y una herida abierta por el terrible espectáculo que unas horas antes había presenciado. Neva contó lo siguiente:
Furry y ella se encontraban campeando por la zona baja de la montaña en busca de alimento y cuando caminaban hacía el interior del bosque, se vieron obligados a entrar por un hueco que había entre la espesura del matorral, entonces Furry que era el primero, fue parado en seco por algo desconocido que le hizo tirar con fuerza para huir, pero en su búsqueda de libertad, Furry encontró la muerte, una muerte que poco a poco se iba cerrando sobre él hasta arrancarle su último suspiro y conducirle al abismo.
Toso fue presenciado por Neva que desesperada e impotente se refugió temblorosa en unos matorrales a unos cientos de metros hasta la llegada de Marley y el resto.
Neva estaba desolada por la pérdida de Furry, su pareja, y comprendió que ya nada podía hacer salvo seguir adelante, luchar por la vida como siempre había caracterizado a los lobos. Entonces se unió a la manada y comenzó una nueva vida en el bosque.
Durante muchas noches, desde lo alto de la montaña, los cinco lobos aullaron al alma de Furry y llenaron el firmamento con una canción de lamento y a la vez de esperanza para todos los lobos del mundo, que hacían de la supervivencia un modo de vida, un arte.
El tiempo transcurrió. Marley y Rebeca volvieron a tener cachorros, cuatro en esta ocasión, dos machos y dos hembras. Jumper se emparejó con Neva y tal y como mandan las reglas de los lobos, éstos emprendieron un viaje para poder formar una nueva familia, una nueva manada en otro territorio.
Pasado un tiempo, a la manada del bosque se unió un joven lobo errante que había abandonado una manada de un lugar lejano.
Era una manada de siete lobos en la cual cada uno aceptaba su lugar en el grupo. El joven errante mostraba una actitud sumisa hacia el macho alfa que era Marley. Éste le enseñaba al igual que a sus hijos todas las técnicas de caza necesarias para las presas salvajes de la montaña. Cada día era un aprendizaje, una nueva oportunidad para aprender de aquel gran maestro que mantenía unida y alimentada a la manada.
De la vida del lobo errante nada se sabía, sólo que había permanecido tiempo deambulando por el bosque sin más compañía que su sombra y sin más oportunidades que las que el todopoderoso bosque le quiso dar.
Una noche como era necesario cuando el hambre acosa, la manada se dispuso para la caza. Recorrieron las zonas de matorral, siguieron rastros aquí y allá hasta que dieron con un ejemplar de ciervo malherido por alguna caída que había dejado de andar hacia un tiempo. Un ejemplar que había completado su ciclo vital y ahora pasaba a convertirse en energía y vida para la manada de lobos.
Ya de madrugada, de vuelta a la lobera, la manada recorría un viejo sendero de piedra que transcurría por la montaña. Marley como macho alfa encabezaba la comitiva, le seguía Rebeca como hembra alfa y después el resto de los lobos.
Al atravesar un canchal que limitaba los dos lados de la cordillera, se oyó un zumbido seco y amargo que llegó cortando el aire en dos como una navaja y Marley se desplomó en seco sobre el suelo. El cuerpo fuerte y vigoroso de Marley con un corazón de volcán agitado, ahora era silencio y ausencia.
De forma instintiva el resto de la manada corrió a refugiarse en la zona boscosa de la montaña. Allí donde el bosque protege a sus hijos.
Desde el alto sotobosque, Rebeca, inmóvil, con la respiración entrecortada y el corazón galopando, observó como un humano con una boca de fuego en la mano se acercó hasta donde estaba Marley, se agachó y agarrándolo por el pelo del cuello, le levantó la cabeza y le observó con cara de júbilo, esbozando una sonrisa fría y sucia. En su cara habitaban unos ojos huecos y negros como pozos crueles y vacios
Rebeca miraba a su lobo, a su amado, a su pareja para el resto de sus días y veía como un humano jugaba con la cabeza como si de un muñeco de trapo se tratase. Esa cabeza sagrada, la cabeza de un maestro, de un padre y de un líder…
Rebeca sentía un profundo dolor. Una grieta le abría el cuerpo en dos sin poder evitarlo pero era una loba dura y valiente y la vida tenía que seguir sin Marley. Los lobos vivían así desde hace siglos; siendo asesinados, torturados, injuriados, demonizados e incomprendidos. La dignidad del lobo era una utopía pero un sentimiento suyo y Rebeca nunca más giró su cabeza hacia atrás, siempre la llevó hacía adelante.
Con el tiempo se supo que un lobo había estado atacando tiempo atrás al ganado de la parte baja del valle y se llegó a saber que ese lobo, era el lobo errante que fue aceptado por la manada de Marley y Rebeca y que como lobo solitario y joven, no tenía capacidad para alimentarse de presas salvajes y acudía empujado por el hambre a alimentarse de ganado.
Marley había pagado con su vida, los agravios que el hombre consideraba que había cometido el lobo.
El humano no reflexionaba que un lobo había hecho el daño y culpaba al lobo en general, sin identidad ni individualidad. Toda la especia había cometido la ofensa y en su ofuscación e irreflexión había castigado a un inocente, a Marley.
Ahora, todos los machos de la manada de Rebeca luchaban por obtener la supremacía en la manada, por ser el macho alfa.
La manada se disolvió con el tiempo y quedaron solas Rebeca y Esmeralda. Las luchas, la incompetencia en la caza y el hambre, generaron una serie de factores que desencadenó en ello.
Les faltaba el maestro y líder que de forma eficaz cohesionaba la manada y la convertía en un grupo perfecto.
En los pueblos cercanos al bosque se incrementaron los ataques a los rebaños. Matar al lobo, matar a Marley, no mejoró la situación de su ganado, si no que la empeoró ya que lobos que antes formaban una manada disciplinada y dirigida, ahora vagabundeaban errantes y solitarios esperando ser aceptados en otra manada y mientras tanto tenían que sobrevivir como podían y una forma extrema pero necesaria era a base de comer ganado, fácil y posible.
Rebeca y Esmeralda continuaron su vida en el interior del bosque y a lo largo de su camino, vieron muchos cambios; vida y muerte, alegría y sufrimiento.
El humano nunca entendió al lobo: nunca comprendió su vida, su sociedad, su familia…
Arremetió y siguió matando a los lobos del bosque de una forma visceral. Siguió matando líderes, siguió desestructurando manadas y siguió perdiendo ganado…
Marley simbolizó los padres y líderes de todos los lobos, el equilibrio y la armonía y con su muerte continua, también muere la cultura del lobo y una parte insustituible de la vida.
José Alberto López Molina tiene 52 años. Vive en Leganés, Madrid. Es paralítico cerebral desde que nació. Sus dos grandes pasiones son la Naturaleza y los animales. Le encantan especialmente los cánidos, y más concretamente los lobos.
El 4 de febrero de 2008 es una fecha que no se le olvidará jamás. Fue entonces, hace nueve meses, cuando cumplió su gran sueño: conocer al mítico, “sanguinario” y “cruel” lobo. De la mano de Carlos Sanz, uno de los mejores especialistas del mundo en estos animales además de naturalista, fotógrafo, realizador de documentales, etc, Alberto pudo conocer por fin, a la edad de 51 años, la verdadera y noble faz del lobo ibérico, del Canis Lupus Signatus. Se convirtió, de esta manera, en el primer discapacitado del mundo que ha convivido con una manada de lobos.
COMO Félix Rodríguez de la Fuente hace más de 30 años, nuestro amigo Alberto enseguida se dio cuenta de que todo aquello que había escuchado y leido sobre este cánido, no era cierto. Descubrió en el lobo un buen amigo.
A continuación, tenéis un emocionante relato escrito de primera mano por el propio Alberto, donde nos cuenta su gran aventura con los lobos:
UN SUEÑO HECHO REALIDAD
Eran las 9:40 de la mañana cuando llegamos a nuestro destino, un pequeño pueblo de la Sierra Noroeste de la provincia de Madrid. Cuando llegamos a su pequeña plaza, llamamos a Carlos por el móvil, no tardo mucho en aparecer, en un viejo R5 de color rojo. Tras una cordial presentación, Carlos nos dijo lo que íbamos a hacer, y nos monto en su coche, salimos fuera del pueblo, y tras pasar una gran puerta de hierro nos adentramos en un precioso bosque de robles y encinas, de repente, Carlos paro el coche y nos dijo: “Estamos a treinta metros de ellos, voy a intentar que aúllen para que los oigas”. Bajo del coche y empezó a aullar, como si de un lobo se tratara.
Aulló a intervalos de un minuto, pero no obtuvo respuesta por parte de ellos, los lobos ya sabían que Carlos no venia solo, y se mantuvieron en silencio por precaución. Seguimos el corto trayecto, y enseguida vimos la alambrada. ¡¡Y allí, tras esa alambrada estaban!! Yo lo primero que vi, fueron sus orejas, tiesas como antenas, y cuando vieron a Carlos empezaron a saltar y correr de contentos de verlo, entonces, cogió el cubo lleno de carne y se metió con ellos, y para nuestra gran sorpresa le dijo a mi sobrina y a su novio que se metieran también sin miedo. Yo, todavía tendría que esperar unos minutos para ver cumplido mi sueño, estar cerca, sin ninguna alambrada, con el famoso lobo.
¿Qué sientes cuando estas rodeado de una manada de siete lobos? Primeramente sientes incredulidad, luego admiración y un montón de calificativos difíciles de expresar, pero también sientes seguridad, si amigos, me sentía seguro entre ellos, sabiendo que estaba a mi lado uno de los mejores biólogos especialista en lobos de Europa: mi admirado y desde ayer amigo, Carlos Sanz. Y poco a poco, te das cuenta de que aquel mítico animal que nos enseñaron desde pequeño en el cuento de Caperucita Roja y que han catalogado de mil maneras horribles, como de sanguinario, asesino, y cruel, va perdiendo su mito, para convertirse en todo lo contrario, un ser noble, extremadamente sociable y dócil con el hombre.
El “Canis lupus signatus”, o como se le conoce popularmente, lobo ibérico, es el más grande súper-depredador de la Península Ibérica. Su adaptación a todos los terrenos le llevo antaño a poblar casi toda España, entrando directamente en conflicto con el hombre. Fue casi exterminado y puesto en peligro de extinción hasta los años 70, momento en el que apareció su más firme defensor, Félix Rodríguez de la Fuente, que logro un plan de protección, que evitaría que tan bello animal desapareciera de nuestro paisaje. Hoy en día está en proceso de recuperación y se está extendiendo por todo el Norte de España hasta llegar a los alrededores de Madrid.
En las dos horas que estuvimos con la manada no hubo ni un gruñido, ni un mal gesto, ni una pelea entre ellos pese a que Carlos los dio de comer delante de mí y de los que me acompañaban, sabiendo perfectamente cada uno cual era su lugar y su comida.
Luego Carlos, los saco de su terreno para que yo los viera y los tocara. Ellos olisquearon mi silla, desconfiados, pero aun así se mostraban dóciles y mansos como perritos. Poco a poco fueron cogiendo confianza, y entonces fue cuando pude disfrutar con ellos como nunca lo hubiera soñado. Se acercaban a mí, yo los tocaba y acariciaba como lo hago con mi perro Buster, se me subían encima, me lamian la cara, les tocaba el hocico e incluso me atreví a meterle la mano en su boca y ellos me lamian la mano. ¡¡Era increíble!! Me parecía increíble que un animal así fuera tan maltratado por la gente de tantas y tantas épocas hasta nuestros días.
Cuando llego la hora de dejarlos, me fui con pena, me hubiera gustado quedarme con ellos para siempre, porque siempre me han encantado, y ahora que los conozco de cerca me fascinan mucho más y sé que no son lo que dice la gente. Por eso escribo este artículo, para que los conozcan un poco más, y para rendir homenaje a Carlos Sanz, pues sin él, no hubiera sido posible realizar ese sueño: el sueño de estar con los lobos ibéricos, un sueño hecho realidad.
Quiero agradecer una vez más a Carlos Sanz y a todos los que habéis colaborado en esta mi aventura lobuna.
Siete de la tarde del jueves, 21 de julio de 2011. Estamos en un pequeño pueblo perdido en la sierra oeste de Madrid, a unos 50 kilómetros de la capital.
El calor es sofocante. Las estrechas calles están prácticamente desiertas. Las casas, antiguas y empedradas, acogen en su interior a los poco más de 1.000 habitantes de la localidad.
A lo lejos, en el horizonte, cuatro diminutas sombras anuncian la proximidad de la gran ciudad. Son los enormes rascacielos, gigantes de acero y de cristal que alcanzan los 250 metros de altura y que, empequeñecidos por la distancia, pierden el nombre y la dignidad.
Un mar de encinas y alcornoques nos envuelve; 83.000 hectáreas de bosque Mediterráneo asentadas sobre una orografía por lo general poco cambiante y un paisaje tremendamente monótono.
Integrada en Red Natura 2000 bajo la denominación ‘Cuencas y Encinares de los ríos Alberche y Cofio’, esta vasta extensión goza de merecida protección desde que en el año 1990 fuera declarada Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), y dos décadas más tarde, en 2010, Zona de Especial Conservación (ZEC). Reconocimientos que no le libran de amenazas como la creciente presión urbanística o los grandes incendios forestales.
Aquí encuentran refugio las últimas parejas de buitre negro y de águila imperial. En algunas ocasiones, el esquivo lince deja constancia de su presencia en estos montes.
Mi padre, mi hermano y yo mismo veníamos en busca de otro gran carnívoro; concretamente, de un cánido. Queríamos conocer al mayor depredador de la Península Ibérica (con permiso del ‘Homo Sapiens’, por supuesto). Hace más de medio siglo que no se tienen noticias suyas. Pero nosotros sabíamos dónde encontrarlo.
Tal y como estaba previsto, apareció puntual, en la plaza del Ayuntamiento, Carlos Sanz, biólogo, naturalista y uno de los que más sabe sobre este animal.
Tras una breve y amistosa charla, en la que, a modo de introducción, recibimos algunas indicaciones y advertencias, nos subimos a un viejo y destartalado todoterreno inglés.
Conducidos por Carlos —era la primera vez que como copiloto me situaba a la izquierda del conductor— no pasaron más de cinco minutos cuando ya habíamos llegado a nuestro destino: una parcela amurallada de una hectárea, aproximadamente, cubierta por una espesa maleza y salpicada de grandes rocas.
El terreno, aparentemente abandonado, atesoraba un pasado glorioso. Años atrás, había servido de escenario natural para la filmación de algunas de las secuencias más recordadas de la serie documental ‘La España Salvaje’, programa que cosechó gran éxito en los noventa por contar con la colaboración estelar de Su Alteza Real el Príncipe de Asturias. Pero esa no era la única sorpresa que nos depararía aquel lugar…
Nos bajamos del vehículo, y nos dirigimos con paso firme hacia el portal de entrada. Nervioso, emocionado, recordaba la honda impresión que causó en Félix, a los 11 años de edad, la visión, por primera vez en su vida, de un viejo lobo al que iban a matar a tiros en una batida de caza, en el pueblo burgalés de Poza de la Sal. Acontecimiento que marcaría su futuro para siempre, y que relataría en 1974 de esta apasionada y apasionante manera:
“Lo que vi entonces no se me olvidará jamás. Vi un animal, un animal hermosísimo, un animal grande, de color gris, un animal que estaba perfectamente parado, y que miraba exactamente en mi dirección.
Tenía la cabeza más grande que un perro lobo, la frente más amplia, las orejas quizá más pequeñas y separadas… pero lo que más me llamó la atención fueron sus ojos, sus ojos de un color ambarino, acaramelado, unos ojos que me miraban con nobleza, unos ojos que me miraban con un gran interrogante, unos ojos de los que se desprendía quizá una queja… ¿Porqué me perseguís, por qué queréis acabar conmigo, por qué queréis matarme si yo también necesito la carne para vivir, si yo también tengo la obligación sagrada de sacar adelante a los míos, si yo también tengo mi loba y mis lobeznos… Si puede haber carne para todos, ¿por qué queréis quitarme la vida?
Yo me quedé, en los 11 años de mi infancia, anonadado, viendo aquella masa inmóvil, viendo aquel animal, que no tenía nada que ver con la bestia feroz, malvada, singuinolenta y sucia, que me habían descrito los pastores y los cazadores; que era un animal hermosísimo, de mirada noble, profunda, que era quizá la más acabada representación de la fuerza, de la libertad, de la nobleza, del palpitar del corazón de la madre Tierra” […]
¿Cómo reaccionaría yo, al enfrentarme cara a cara con aquel animal mítico, protagonista de cuentos y leyendas, preludio de muerte y desgracias, símbolo de poder y resistencia frente a la adversidad?
Una vez dentro del recinto, se hizo el silencio… Transcurrieron así varios minutos de tensa espera, mientras Carlos nos decía susurrando: “Ella ya os está escuchando, ya os está viendo”.
Desde algún punto de su reducido territorio, la loba analizaba detenidamente a aquellos extraños que habían invadido su espacio vital. Pero ella veía sin ser vista.
‘Roma’ nos estaba mostrando ya su esencia salvaje, y desde el primer momento hizo gala de dos de los mejores atributos de su especie: sigilo y cautela. Su timidez y recelo eran tales que finalmente Carlos decidió salir a su encuentro. ¡¡“Roma, Roma”!!, gritaba una y otra vez, con la esperanza de obtener respuesta.
Por fin, desde la distancia, pudimos adivinar por los gestos de Carlos que ya la había localizado. Evidentemente la voz, el olor de aquel humano, le resultaban familiares. Ya no tenía nada que temer. Confiada, guiada por la mano experta del naturalista, se fue acercando poco a poco hacia nosotros. Y nosotros, meros espectadores, aguardábamos pacientemente a que de un momento a otro hiciera acto de presencia.
Y efectivamente. Aquí llega la parte más difícil de mi relato. ¿Cómo expresar con palabras ese instante mágico? ¿Cómo describir en unas líneas un sueño, un sentimiento, una emoción? Es imposible traducir al limitado lenguaje escrito el complejo idioma del corazón, cuando algo que llevas esperando tanto tiempo, llega por fin, y se presenta ante ti.
Allí estaba yo, frente aquella figura grande, esbelta, elegante y perfecta en sus proporciones. Era la belleza de la perfección, era la envidia de los cazadores bípedos, era el amigo traicionero y traicionado, era el devorador de abuelitas desvalidas, era la Bestia de Gevaudan, era el eterno culpable sin presunción de inocencia, juzgado sin justicia, condenado y ejecutado… Para mí, todo eso y mucho más era, y es, el lobo.
He de reconocer, sin embargo, que mi encuentro no fue tan trascendental como aquel de Félix, hace más de 70 años.
Hay que tener en cuenta que ‘El Amigo de los Animales’ era solo un niño, cuando su padre le dio permiso para asistir a la cacería que —ironías de la vida— supondría el inicio de un cambio. Un giro en la historia que permitió rescatar del exterminio a los últimos 500 lobos que quedaban en España por aquel entonces.
La más repugnante de las manifestaciones de odio hacia un ser vivo, transformada en amor innato en la mente abierta y pura de un chiquillo de 11 años… ¿No es increíble?
Por otro lado, a pesar de que las instalaciones distaban mucho de ser precarias, no tenían el encanto de un entorno libre y de horizontes despejados. Sea por la razón que fuere, la experiencia fue menos impactante de lo esperado.
‘Roma’ era una hembra de cuatro años de edad, complexión delgada y no más grande que un pastor alemán. Su juventud y la época del año —no hay que olvidar que los lobos pierden la mayor parte de su pelaje durante el verano— condicionaban en gran medida su aspecto.
Pero no tardé en contrarrestar esa sensación un tanto frustrante, admirando otras particularidades de su anatomía realmente fascinantes, como por ejemplo su forma de moverse. Lo que los entendidos llaman el ‘trote lobero’, sistema de locomoción que le permite desplazarse de un sitio a otro sin apenas esfuerzo y con una armonía y elegancia sin parangón, como si bajo sus zarpas se escondieran auténticos muelles.
También llamaron poderosamente mi atención sus grandes orejas, que desprovistas por completo de pelo en su base destacaban sobre su cabeza. Y la franja de color negro que recorre sus patas delanteras, marca distintiva que hace posible diferenciar al ‘Canis lupus signatus’ (lobo ibérico) del resto de ‘Canis lupus’ del planeta.
Todo aquello que había tenido la oportunidad de aprender a través de libros, revistas o de la televisión, lo estaba repasando ahora sobre un ejemplar vivo, de carne y hueso.
Pero, sin ninguna duda, lo que más me impresionó, aquello que jamás se borrará de mi memoria, fueron sus preciosos ojos color miel. Su mirada penetrante, arrebatadora. Una mirada que le daba quizá un aire malvado y temible. Una mirada que reflejaba todas esas virtudes y defectos que, si bien carecen de significado en la naturaleza, han servido de argumento al hombre para escribir el destino de nuestro protagonista, y el de todos los seres vivos que pueblan la Tierra.
Pero yo no me conformaba solamente con observar. “Yo quería ser un lobo”, como rezaba la camiseta que aquel día había escogido ex-profeso para la ocasión. Para ello, debería integrarme y ser aceptado en el grupo. De poco sirvieron los suculentos trozos de pollo que le ofrecí, alargando la mano cuidadosamente.
“Al fin y al cabo no deja de ser un lobo”, comentaba Carlos.
Un pequeño movimiento en falso era suficiente para que la loba diese un paso atrás, asustada. Resignado, tras varios intentos fallidos, asumí que todavía no había llegado el momento de ‘bailar con lobos’.
El vuelo majestuoso de una cigüeña blanca sobre el limpio cielo puso un punto y seguido en esta maravillosa aventura, que no había hecho nada más que comenzar.
Todavía con el ‘subidón’ en el cuerpo, montamos de nuevo en el coche. Despacio, sin prisas, nos adentramos en el corazón del espacio protegido. Corazón aparentemente sano en el que latía con fuerza la vida alimentada con la sangre de los omnipresentes conejillos que nos iban abriendo paso a medida que avanzábamos.
“¡¡Aquí no nos encontraría nadie!!”, bromeaba mi padre, en referencia a lo apartado del lugar, mientas el 4×4 no paraba de tambalearse con violencia, golpeado repetidamente por los baches del camino, que poco a poco íbamos dejando atrás.
Ahora entendía perfectamente el porqué del desastroso estado que presentaba el automóvil. Cada tres o cuatros días Carlos se veía obligado a realizar este mismo trayecto para alimentar a sus animales, lo que acarreaba un tremendo desgaste para aquella máquina de metal entrada en años.
Suspiramos aliviados al llegar el final de nuestro accidentado viaje. El molesto ruido del motor, dio paso a la paz más absoluta. Y como para no desentonar en aquel ambiente, recibimos la orden de permanecer callados durante unos minutos, que acatamos a medias, entre risas y gestos divertidos.
Aquí sólo hablaba la naturaleza: el rumor de la suave brisa que soplaba, acariciando nuestros rostros azotados por el sol, el crujido de las ramas y de las hojas de los árboles, y los pájaros… los pájaros más que hablar, cantaban!
En realidad, lo que Carlos pretendía, era atraer sobre si la atención de los verdaderos amos y señores de aquel imperio verde: ‘Rómulo’ y ‘Remo’, dos espléndidos machos que dominaban una amplia zona acotada y vallada, cedida por el Ayuntamiento para el adecuado cuidado de estos lobos.
Podríamos afirmar que vivían en un estado de semilibertad. Aunque esta palabra no deja de resultarme un poco ambigua, máxime cuando estamos hablando de animales capaces de cubrir varias decenas de kilómetros en un sólo día.
Tan inabarcable era el área de campeo de ‘Rómulo’ y ‘Remo’, que para ejercer cierto control sobre sus movimientos, debían ser trasladados a una zona contigua, mucho más reducida. Tarea complicada incluso para un especialista.
Pero tan pronto como fue posible reunir a la “manada”, fuimos invitados a acercarnos. Y una vez más, sin vacilaciones, acudimos al aullido del lobo.
Los dos machos eran sensiblemente mayores que la hembra. Todavía conservaban una frondosa capa de pelo alrededor del cuello, que seguramente pronto perderían.
Uno de ellos, ‘Remo’, padecía una extraña dolencia que limitaba la movilidad en una de sus patas traseras. Tal vez esta incapacidad le había convertido en el ser extremadamente cariñoso y afable que era. En los próximos días sería sometido a diferentes pruebas para determinar con exactitud el alcance de su lesión.
En el extremo opuesto estaba ‘Rómulo’, un animal reservado y huidizo, que sin embargo se dejaba mimar y querer por Carlos.
Sentado sobre la vegetación seca, despojado ya de aquel elemento desconcertante e intimidatorio que para ellos era mi silla de ruedas, me puse a su altura, me entregué a su voluntad sin prejuicios ni presiones.
Inmediatamente, me vi rodeado por aquellas formidables criaturas. No existía el miedo. Solo un profundo respeto y una infinita admiración basada en un conocimiento real y objetivo.
Tras el protocolario reconocimiento olfativo, lobos y hombres estábamos preparados para dar el siguiente paso, y por fin juntos, nos entregamos a los juegos, a las caricias, a los abrazos… Llegué a establecer un contacto tan íntimo que pude incluso sentir su aliento, casi casi su respiración. Pero a pesar de mi insistencia, no hubo “beso con lengua”.
Lo cierto es que ellos parecían disfrutar de nuestra compañía tanto como nosotros de la suya.
Nada comparable, en cualquier caso, a la relación que había entre los animales y su cuidador. Empeñado en demostrar la extraordinaria mansedumbre de sus pupilos, no le tembló el pulso al biólogo cuando, con toda tranquilidad, introdujo sus manos desnudas en el interior de la boca de ‘Remo’, para que pudiéramos ver los tremendos, grandes y afilados colmillos que poseía. Armas blancas y cortantes que él empuñaba con tiento y delicadeza.
Lejos de reaccionar de forma agresiva ante esta atrevida manipulación, la respuesta era siempre la misma: un Ggrrr de satisfacción. Una suerte de rugido que brotaba desde lo más profundo de las entrañas del animal, y que es uno de los sonidos más impresionantes que hayamos escuchado jamás.
Se nos echaba el tiempo encima. Antes de que cayera la noche debíamos coger el autobús que nos llevaría de vuelta a Madrid. Era hora de decir adiós.
No quise apartar la vista de mis dos amigos, hasta que finalmente se perdieron en la inmensidad de su cercado. Y así, con la alegría de lo vivido y la melancolía de lo acabado, nos despedimos también de Carlos.
“¡¡Gracias por dejarme ser lobo por un día!!”, recuerdo que le dije sonriendo, en alusión a la frase de la camiseta.
Me gustaría dejar claro, para terminar, que estos animales no están aquí por capricho. Ellos son los mejores embajadores de su estirpe. Desempeñan una función tan importante como la que llevan a cabo sus congéneres en los diversos ecosistemas que ocupan.
La educación es uno de los pilares sobre los que se sustenta el equilibrio ecológico. Y en la construcción de esa sólida base trabajan, sin saberlo, ‘Roma’, ‘Rómulo’ y ‘Remo’. Pues junto a otros ejemplares criados y manejados por Carlos Sanz, han protagonizado diversos reportajes y documentales en favor de la divulgación y la conservación del lobo ibérico, promoviendo la necesaria coexistencia entre esta emblemática especie y las actividades humanas tradicionales en el mundo rural.