El Estado quiere reintroducir la especie en las zonas donde ya habitó • El último ejemplar de la Sierra de Guadarrama fue abatido en 1943 • Su regreso requeriría un estudio previo.
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Un quebrantahuesos adulto, dando de comer a un pollo. / Ical
En uno de sus diarios paseos por laSierra de Guadarrama, mientras estudiaba los montes de Valsaín, Joaquín María de Castellarnau (1848-1943) descubrió en el cielo un quebrantahuesos (Gypaetus barbatus). No sería la única vez que este pionero del conservacionismo en España contemplara por allí al único pájaro que se alimenta casi exclusivamente de huesos. Esa espectacular visión le hizo reflexionar. “No puedo afirmar si los individuos que de vez en cuando se ven por aquí proceden de alguna pareja establecida en la Sierra o de las que positivamente erran en la de Gredos. Me inclino a creer lo último. Sus costumbres son análogas a las de los buitres, y como ellos bajan a comer la carne de animales muertos; y, por lo tanto, se deben considerar como útiles. Las sangrientas historias que de esta especie de cuentan deben mirarse como a fábulas…”, escribió Castellarnau a finales del siglo XIX.
Otro naturalista anterior, el archiduque Rodolfo, llegó a hallar, en 1879, un nido de quebrantahuesos en las cercanías de El Escorial. Creyó al principio que pertenecía a buitres leonados, pero luego comprendió su error al observar dos ejemplares de quebrantahuesos, “uno adulto y muy fuerte, de coloración amarilla pálida, y otro menor, y más bien oscuro” sobrevolando sobre él. “Durante largo tiempo estuve observando tan soberbias aves, cómo retozaban de un lado para otro y cómo sobrevolaban las boscosas cimas”, reflejó en su diario.
El quebrantahuesos habitó, por tanto, en las cumbres de la Sierra de Guadarrama. Al parecer, casi hasta mediados del siglo XX. El biólogo Juan Antonio Rodríguez Llano, autor del libro “Sierra de Guadarrama. Flora y fauna”, asegura que el último ejemplar de esta zona fue abatido en el año 1943.
Desde esa fecha, la población de la especie en España quedó prácticamente confinada a los Pirineos, único reducto donde resistía la persecución a la que lo sometió el hombre. El progresivo declive del quebrantahuesos empujó después a su declaración como ‘especie en peligro de extinción’ en el Catálogo Español de Especies Amenazadas. Sin embargo, en los últimos años, merced al trabajo d de diversas administraciones públicas y de varias entidades privadas, el quebrantahuesos ha registrado un leve repunte poblacional, hasta situarse su número de parejas reproductoras en 130. En cualquier caso, dicha cifra sigue siendo insuficiente para garantizar la pervivencia de la especie.
Con la intención de impulsar acciones que permitan la conservación del quebrantahuesos, el ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, firmó a finales de febrero un protocolo de colaboración con trece comunidades autónomas, entre ellas Castilla y León. En dicho acto, el secretario de Estado de Medio Ambiente, Federico Ramos, reveló, en declaraciones al diario ‘El Mundo’, el objetivo del Ministerio en relación al quebrantahuesos: “Queremos que vuelva a las zonas donde estuvo, que son todas las cordilleras españolas”.
Si esa promesa se cumple, el quebrantahuesos debería ser reintroducido en la Sierra de Guadarrama, de modo similar a la experiencia llevada a cabo en los últimos años en otras zonas, como los Picos de Europa o Cazorla.
Pero, ¿reúne hoy condiciones la Sierra de Guadarrama para acoger de nuevo a los quebrantahuesos?. “Sí, la especie podría volver perfectamente”, asegura el ingeniero de montes segoviano Javier Oria, aunque, a renglón seguido, advierte de un inconveniente, el de que en la Sierra de Guadarrama “hay pocos roquedos donde colocar un nido”. Oria revela que, en rigor, el quebrantahuesos no ha desaparecido de la provincia, pues en los últimos años se han registrado varias observaciones, posiblemente de ejemplares procedentes de Cazorla, en la zona de Campo Azálvaro. “A mí me parecería bien que se reintrodujera en la Sierra, si bien para ello es necesario hacer un estudio previo”, defiende Oria.
La cuestión queda, pues, en manos de la Administración. Y a ese respecto, la codirectora del parque nacional “Sierra de Guadarrama”, Patricia Riquelme, ha asegurado que, para empezar, habría que realizar un estudio científico y luego, “después de valorar muy bien las consecuencias, decidir”. Las decisiones, insiste Riquelme, “deben tomarse siempre apoyadas en conocimientos técnicos”. Dicho esto, la codirectora del parque nacional indica, sobre una posible reintroducción del quebrantahuesos que “no se dice que no de partida”. Una frase que invita a pensar que el regreso del quebrantahuesos a la Sierra de Guadarrama podría no estar demasiado lejano.
Fuente noticia: http://www.eladelantado.com/