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VIDA Y MUERTE DEL LOBO MARLEY

Han pasado ya siete años desde que murió un joven lobo al que los biólogos que lo radiomarcaron bautizaron como Marley. Su asesinato constituyó un punto de inflexión para la paciencia de los conservacionistas de toda España. Fue la gota que colmó un vaso lleno de indignación por la persecución a la que la especie estaba sometida desde siempre. 

El Parque Nacional de Picos de Europa pagó en 2010-2011 más de medio millón de euros, mediante adjudicación directa (es decir, sin concurso público), a las empresas ARENA S.L. y Grupo TRAGSA, para realizar diversos estudios sobre el lobo en el Parque Nacional. Los biólogos de esta empresa, confirmaron la presencia de un grupo reproductor de lobos que crió en 2011 en la zona de Cabrales-Tresviso. En 2010, este grupo no pudo criar debido a que las diferentes administraciones de la zona (Principado de Asturias y Gobierno de Cantabria) hacían sus propios controles, incidiendo ambos mortalmente sobre esta misma manada. En 2009, además, ya habían matado en Cabrales una hembra reproductora. Aquella primavera de 2011 nacía, al fin, una camada en la manada de Cabrales-Tresviso. Había venido al mundo el lobo Marley.

 

«Sólo en el Parque Nacional se mataron oficialmente 16 lobos de los diferentes grupos en el periodo 2011-2012.
A estos habría que añadir los matados furtivamente»

 


 

LOS DÍAS FELICES DE MARLEY… Y LA CAPTURA

El cachorro estaba echado, en silencio, entre el denso verdor de los helechos, muy cerca de la confortable cama de tierra y hoja donde había nacido tres meses atrás, escuchando los sonidos de la naturaleza, aquellos con los que había crecido y que formaban parte de su único mundo, en el macizo oriental de Picos de Europa. Pronto caería la tarde e iniciarían una noche más de correrías por los bosques. Cerca del crepúsculo, todo el grupo comenzó a activarse y a saludarse amistosamente. Bajo el cielo estrellado, aullaron juntos. Él también lo hizo, feliz, intentando emitir, sin conseguirlo, los hondos y prolongados aullidos de sus padres.

Los biólogos de la empresa ARENA, a través del estudio de aquellos aullidos, que detectaban a larga distancia y grababan con tecnología punta, identificaron cinco lobos en este grupo en agosto de 2011, de los que, al menos uno, era un cachorro.

Tras muchas noches de intentos, la del 29 de septiembre fue capturado un cachorro mediante trampeo. El lazo atrapó su pata y, aunque luchó por liberarse durante toda la noche, no lo consiguió. Fue entonces cuando vio por vez primera al hombre. Estaba aterrado pero enseguida cayó dormido en un sueño profundo. Había sido anestesiado.

Se le asignó el número 519 y el código PNPE03 y se le bautizó como Marley robándole así su identidad salvaje que es la de lo imaginario y enigmático. Tenía entonces 4 o 5 meses (en la foto, anestesiado, se aprecian los colmillos de leche). Había nacido esa primavera en la montaña y estaba saboreando la vida. Posiblemente, el que aullaba con voz infantil en las noches del macizo de Ándara, era Marley. En su primer encuentro con los humanos, quedó marcado para siempre con un incómodo y pesado collar GPS-GSM, con el que pudieron seguirle hasta que acabaron con su fugaz vida. El collar de Marley sirvió para saber siempre dónde se encontraba y cuáles eran los movimientos de su familia, lo que fue utilizado después para su asesinato. Al menos, así descubrieron que los movimientos de los lobos son tan amplios que llevaban a la confusión haciendo creer que había varios grupos en vez de uno y más lobos de los que realmente eran.

El 27 octubre, un mes después de la captura y radiomarcaje de Marley, el Parque Nacional mató dos lobos de este mismo grupo familiar en un «control poblacional» -uno de los cuales no pudo ser “cobrado” (término de la jerga cazadora y aún utilizado por la Administración y que significa que fue herido de muerte pero que huyó, tras lo cual no encontraron su cadáver), y el otro era un cachorro muy sano. Sospechamos que ambos eran hermanos de camada de Marley que, en esta ocasión, debió librar por los pelos, ya que la Dirección del Parque Nacional intentaba impedir que este grupo de Cabrales se llegase a asentar reduciéndolo al máximo de forma completamente arbitraria y sin tomar precauciones ni siquiera para abatir al ejemplar radiomarcado, como más adelante se demostró.

 

 

NACIDO EN UN PARAÍSO INFERNAL

Marley, en los meses siguientes, convertido en un joven en pre-dispersión, se movió por el macizo de Ándara, dentro y fuera de los límites del Parque Nacional, en el Principado de Asturias y en Cantabria, explorando un área de 200 km2. Resignado a portar aquél collar como un perro que llevase un grillete de hierro, al menos disfrutó en aquellos meses juveniles de las carreras por las laderas, del olor de los corzos a los que persiguió por los bosques, de los juegos con su hermana, de los silencios de la noche, de los aires de las montañas, del susurro de los arroyos… como todos los lobos, saboreó la vida cuando pudo.

Se daba una situación inaudita para la familia de Marley: cada vez que cruzaban una frontera regional o política, su estatus cambiaba. Por la mañana, podían ser especie teóricamente «protegida» y sujeta a matanza con la excusa de lo que erróneamente se denomina «control poblacional» en Asturias y, por la tarde, podían convertirse directamente en especie cinegética y ejecutable por cazadores vulgares en Cantabria. Sufría la triple presión de los controles llevados a cabo por el Parque Nacional, por el Principado de Asturias fuera de dicho Parque, y por el Gobierno de Cantabria y la ley de Caza de Cantabria en esos territorios. Cabrales (Asturias) y Cillorigo de Liébana (Cantabria) están ocupados por una fuerte carga ganadera, con mucho ganado pastando libre sin protección. La presión que los ganaderos ejercen sobre la dirección del Parque y los políticos autonómicos, hace que los lobos sufran una persecución constante en forma de controles autorizados anualmente por los directores del Parque.

Cuatro equipos de guardería de diferentes lugares (Principado de Asturias, Gobierno de Cantabria, Parque Nacional de ambas comunidades, dirigidos por ARENA…) realizaban seguimientos paralelos de forma descoordinada, y se contabilizaba este grupo, por lo visto, como si fueran tres grupos diferentes. Ajenos a las cosas humanas, la familia de lobos hacía su vida normal recorriendo, como se pudo determinar, muchísimos kilómetros diarios por estos parajes.

 

CON EL HOMBRE A LOS TALONES

Los biólogos de ARENA identificaron a Marley a partir de ADN en Cabrales en el mes de abril de 2012. El bueno de Marley seguía moviéndose por aquellos territorios donde los ganaderos, y gran parte de la población local aún hoy sienten odio cultural y acérrimo hacia el lobo. Su collar GPS envió más de 5.000 posiciones que dieron valiosa información sobre lo que los lobos hacían a pesar de pasar bastantes días en zonas sin cobertura para la emisión de datos del collar.

El 17 de mayo de 2012, el Gobierno cántabro organizó una batida multitudinaria junto con el Parque Nacional para matar lobos al estilo medieval. Estas batidas son muy frecuentes y se celebran periódicamente en primavera y otoño de forma clandestina para ocultar a la opinión pública la matanza de lobos en un Parque Nacional. En aquella batida participaron como cazadores vecinos de Bejes y Cillorigo de Liébana, guardas del Parque y del Gobierno de Cantabria ajenos al Parque y un número indeterminado de voluntarios como batidores para espantar a la fauna y dirigirla a los tiradores. En esa batida, fue asesinado un lobo adulto de la manada de Cabrales-Tresviso, fuera de los límites del Parque. Aquél lobo probablemente era el padre de Marley.

El 9 de julio parece ser que los técnicos de ARENA dejaron de recibir posiciones del collar GPS. Ese mismo día, casualmente, emitieron un informe, al parecer a petición del Parque Nacional, sobre posibles actuaciones de control poblacional. En dicho informe, los responsables de esta empresa dicen que los controles son una herramienta de gestión para atenuar la tensión social por los daños al ganadopara mantener la población de lobos a unos niveles establecidos según las directrices de gestión que se consideren oportunas, recomendando que no se realicen antes de agosto para evitar matar una hembra reproductora. También dice que se puede estimar necesario un control en este grupo pero recuerdan que en 2011 ya se habían matado tres lobos. Y que si se toma la decisión, que se haga de inmediato para evitar daños al ganado y/o que aumente el malestar entre los ganaderos.

Al día siguiente, 10 julio, el director del Parque Nacional, Rodrigo Suárez Robledano, impaciente, lo comunicaba a los gobiernos de Cantabria y Principado de Asturias: ¡Los controles mediante caza de lobos son inminentes!.

 

 

LA INJUSTIFICACIÓN

El 24 de julio, la Dirección del Parque Nacional presentaba los datos oficiales de todo el Parque durante 2012. Decía el informe que había habido tan solo 40 bajas por lobo (11 ovejas, 5 corderos, 7 cabras, 4 cabritos, 7 terneras y 6 potros). No eran daños significativos y correspondían a las 67.455 hectáreas de todo el Parque Nacional, que sufre una tremenda carga ganadera de miles de reses pastando en extensivo y sin vigilancia. En ese año 2011, sólo en la parte asturiana del Parque había casi 10.000 vacas, 2500 ovejas y más de 3200 cabras.

En el Parque, 25.000 cabezas de ganado subvencionado pastaba en extensivo, de donde salen las carnes y quesos como los de Gamonéu, de Liébana, Picón, Cabrales, Valdeón, Peñamellera, Los Beyos y otros. Para evitar daños, se donaron cercados electrificados a los ganaderos de Cabrales-Tresviso, pero sólo un ganadero lo usaba regularmente según informe. Y ello, a pesar de que dentro de los cercados no se produjeron daños en ningún caso.

También dejaron constancia de que el 75,8% de las presas del grupo de lobos de Cabrales-Tresviso eran jabalí y corzo, y sólo el 34,2% era ganado a pesar de su amplísima disponibilidad por todo el territorio. El collar de Marley evidenció que, de hecho, el grupo buscaba permanecer sobre todo en el interior de los bosques, justamente donde, según el informe, no había ganado puesto que buscaba los pastos. Tampoco había aumentado la población de lobos del Parque como consta en los propios informes técnicos del Parque Nacional (los de ARENA), en los que consta literalmente:

 

«El hecho de que en una zona como el Parque Nacional de Picos de Europa se reproduzcan varias manadas de lobos de forma continuada en el tiempo, no implica, obviamente, un aumento ilimitado del número de lobos en el Parque. Como ya hemos visto, dentro del Parque Nacional se han localizado entre 4 y 5 manadas de lobos en los últimos años, con 6 en los últimos seguimientos. Es muy improbable que en años siguientes se detecten más manadas de lobos, además de las conocidas. La organización social de los lobos y su marcado carácter territorial hacen que el número de manadas que pueden existir en una zona concreta sea limitado«.

Y más aún, añade: «sus poblaciones se regulan de modo intraespecífico por medio de la territorialidad, produciéndose la muerte por luchas con lobos de otros grupos, enfermedades o por falta de comida» o «se ha descrito que la mortalidad de lobos puede tener efectos en la organización social de las manadas, tamaños de territorios, reproducción de las manadas, etc»

 

El 25 de julio se celebró en Lagos el Día del Pastor, una fiesta anual a la que acuden alcaldes, políticos, ganaderos y aquellos que autorizan las muertes de lobos. Lo que no hay, irónicamente, son pastores. Allí, un «tribunal» ganadero culpó al lobo de todas las calamidades de la industria ganadera, reeligieron al Regidor de Pastos, que con tremenda virulencia exigió el exterminio del lobo, y los responsables del Parque Nacional dieron su confianza al grupo de «Con lobos no hay paraíso», que fueron el centro de atención y corearon su grito de guerra: «Cero lobos». Esto sucedía en un Parque Nacional.

El 26 de julio, los técnicos de ARENA confirmaron que la batería del collar de Marley se había agotado y que, por ese motivo, no recibían posiciones desde el día 9. Activaron el mecanismo de suelta del collar para recuperarlo pero no funcionó. Durante varias semanas intentaron recuperar el collar sin éxito. ¿Seguiría siendo valioso para los gestores del Parque Nacional o, por el contrario, la vida “útil” de este joven lobo había terminado?

 

 

SENTENCIA DE MUERTE

En el informe de ARENA ponía literalmente:

«Se ha detectado una correlación significativa entre los controles realizados entre otoño, invierno y primavera y los daños que se producen en el verano tras la realización de los controles. Sin embargo, esta correlación es positiva, es decir, a la vista de los datos, los años en los que se hacen más controles en el Parque Nacional antes de la época de subir el ganado a los pastos, se producen más daños en ese verano siguiente«.

 

Pero no importaba, porque, en realidad, los lobos se matan principalmente para obtener votos. Desoyendo las recomendaciones técnicas, los datos del informe, y para obtener réditos electorales ante las presiones de una parte importante del sector ganadero, que pedía la desaparición del lobo de “su” zona de Picos de Europa (a pesar de recibir subvenciones con compromisos medioambientales), el 1 de agosto de 2012 el codirector del Parque Nacional por Asturias, Rodrigo Suárez Robledano, firmó una Resolución para matar seis lobos de dos grupos familiares con método de rececho: la sentencia de muerte para Marley.

La Resolución no se hizo pública (al igual que todas las emitidas por el Parque Nacional para matar lobos u otra fauna),con la finalidad de ocultar estos controles a la opinión pública y para que no pudiera ser recurrida (lo cual es ilegal). Todo un ejemplo de prevaricación. Además, la ejecución de los lobos se comenzó a los pocos días sin respetar el plazo legal de recurso de un mes (otra ilegalidad impune), tiempo en el que, de haber sido publicada acorde a la legalidad, podría haber sido recurrida.

El director del Parque justificó los controles en base a «la evolución de la población de lobos», «la evolución de los daños» y «el contenido del informe de ARENA del 9/julio sobre conveniencia de los controles» y fundamentó su derecho a autorizarlos porque, dijo que la Ley de Parques Nacionales cuenta con excepciones para realizar controles de acuerdo con objetivos determinados por el PRUG o Plan Rector de Uso y Gestión (aunque curiosamente el Parque no tenía dicho PRUG y sigue sin contar con este instrumento fundamental de gestión que debería sentar la normativa de lo que se puede o no autorizar en el Parque). También justificó su decisión porque, según la guardería (que a menudo son también ganaderos y cazadores) han detectado anormalidades del comportamiento en los lobos como ataques en interiores de núcleos urbanos (no comprobado y sospechosamente falso), y singulares enfrentamientos con mastines en actitud no habitual (sin datos y sospechosamente falso), etc (el etcétera no sabemos qué significa).

Días después de firmarse la sentencia de muerte, las grabaciones de aullidos de los técnicos de ARENA identificaron al menos tres lobos y un cachorro en el grupo de Cabrales-Tresviso. El collar GPS había servido para tener localizado al grupo y conocer sus movimientos y hábitos. Esta información sería fundamental para la Dirección del Parque Nacional, quien iba a organizar el día, la hora y el lugar de la ejecución. Sabían dónde se encontraban Marley y su familia, y también por dónde podían moverse. El collar y el estudio fue, para Marley y toda su familia, una traición letal.

El 20 de agosto, el director del Parque Nacional, Rodrigo Suárez Robledano, firmaba otra autorización -complementaria a la Resolución anterior- para la muerte de dos lobos de este grupo con la posibilidad de un tercero si pertenecía a otro grupo. La autorización no sólo no fue publicada sino que se ejecutó con urgencia -al día siguiente- y con un salvaje y dañino método que recuerda a hace más de un siglo: la batida multitudinaria con gente de los pueblos (algo que es ilegal). Además, el director del Parque Nacional autorizaba métodos de caza prohibidos, como el uso de cebaderos e iluminación nocturna. Excepcionalmente, decía, autorizaba la batida, pero, al día siguiente, la batida estaba perfectamente organizada (otro claro ejemplo de prevaricación). Ocho guardas del Parque Nacional, tres guardas del Gobierno de Cantabria y ocho cazadores locales de Liébana hicieron de tiradores. Aunque petardos, cohetes  y bocinas estaban prohibidos, algo se usó por parte de los batidores, que eran vecinos de la zona junto con guardas y personal del Parque Nacional y del Gobierno de Cantabria.

 

 

DESENLACE FINAL

Las correrías arriba y abajo por las laderas del monte, los olores a bosque y brezo, los aullidos en las noches silenciosas de la montaña… toda esta vida que Marley estaba empezando a saborear y su futuro de aventuras en libertad como lobo dispersante, se terminó de un disparo el día 21 de agosto de 2012, cuando apenas tenía poco más de un año de edad. Aquella mañana estaba encamado, tras una noche más de correrías por la montaña en las cercanías de la Sierra de la Corta, en el macizo de Ándara de los Picos de Europa, junto a su hermana de camada, disfrutando del silencio de los hayedos, ambos ajenos a la muerte.

Aunque la Resolución expresaba que los controles se harían principalmente mediante rececho, se montó una batida multitudinaria, al estilo Medievo. Al amanecer estaba todo preparado. Bien sabían dónde estaban los lobos. La dirección del Parque conocía cada uno de sus movimientos. Había muchos hombres armados y otros muchos que iban a batir el monte público, en el que cualquiera de nosotros podría haber estado paseando con todo el derecho. Cazadores locales armados montaron una «línea de fuego» cerrando la sierra. Los guardas armados montaron otra línea de muerte cerrando otra zona. Hacia ambas iba a ser empujado todo animal que saliera huyendo de la línea de batidores formada por personal del Parque, mas vecinos relacionados con la ganadería y la caza, y guardas cántabros (todo ello ilegal). Nada sabíamos porque nos lo ocultaron todo.

Comenzaron a batir el monte, gritando y armando jaleo. Durante la mañana no tuvieron éxito, pero al llegar a los pies de la Sierra de la Corta levantaron al lobo, que era Marley que, aterrado, huyó por el monte como un fantasma. Lo fueron empujando, con sus vociferíos, avanzando implacables, hacia las líneas de los tiradores locales, colocados en los montes de la sierra. A las 13.30, un vecino de Pendes, ganadero y cazador habitual, disparó y quitó la vida a Marley, que cayó fulminado. Poco importó que llevara un collar de radiomarcaje. Tampoco esto importó a los agentes de la autoridad que participaban en esta salvajada, ni al director del Parque que lo coordinaba y no detuvo la cacería en ese momento.

Con Marley iba una loba, su hermana de camada -posiblemente la única que le quedaba puesto que otros dos hermanos habían sido abatidos en octubre 2011- que minutos después fue avistada por otro cazador de Bejes, que la apuntó con su rifle y le descerrajó un disparo que la hirió terriblemente, quedando su pata trasera totalmente destrozada y con el fémur fuera del cuerpo. Impasible, le debió asestar otro tiro en las costillas. La loba, cuyo hermano acababa de caer fulminado, siguió huyendo a duras penas, con terrible dolor, luchando por la poca vida que le habían dejado, y fue encontrada muerta diez minutos después por sus verdugos de aquellas zonas queseras, ganaderas, aún hoy ahítas de odio…

Terrible final para aquellos dos lobos subadultos llenos de vida, aquellas dos joyas inocentes de nuestra naturaleza que murieron por el odio de los vecinos, la falta de profesionalidad de los empleados públicos que pagamos para que protejan nuestra fauna y por el miserable voto de los políticos codiciosos.

 

El cuerpo del lobo Marley yace sin vida en el Centro de Visitantes 

 

Aún aquellos verdugos iban a cometer una abominable atrocidad. Los dos cuerpos inertes, sin la vida de la que estuvieron llenos hasta un rato antes, sin futuro, esas dos joyas que fueron vivientes para la Biodiversidad de los que la amamos y de las generaciones futuras, fueron llevados al Centro de Visitantes del Parque Nacional en Sotama, en Cillórigo de Liébana, donde quedaron depositados. Aunque la opinión pública creería que este centro es para educación ambiental y que los guardas son para cuidar de la vida salvaje, en Picos de Europa los guardas bajan con los dos lobos recién asesinados para colgar sus cuerpos nada menos que en el Centro de Visitantes, donde serían medidos y pesados por los técnicos de ARENA.

Dantesco y horrendo espectáculo el de unos guardas y unos técnicos, biólogos, pesando y midiendo estos lobos recién ejecutados a tiros, en un Centro de “sensibilización” ambiental y sabiendo que la dirección del Parque Nacional iba a organizarles de nuevo para repetir la matanza.

La noticia trascendió únicamente por el hecho de que Marley portaba su collar.  Seguramente no hubiéramos sabido nada de sus muertes si no hubiera sido por esa circunstancia; esto mismo pasa con otros muchos lobos… que mueren silenciosa e impunemente mientras los máximos responsables de la administración en materia de conservación de la naturaleza, algunos de los que trabajan para dicha administración y muchos ganaderos y cazadores… hacen creer a la gente que «hay muchos lobos» o que «los controles son necesarios».

Pesan a la hermana de Marley. Obsérvese las dos heridas de su lado izquierdo. La pata destrozada, con el hueso que se salió del cuerpo. Imagínese el terrible dolor y la agonía que sufrió en aquellos diez minutos hasta su muerte. Y la herida a la altura de las costillas.

 

Pesan al lobo Marley mientras introducen en una bolsa a su hermana.

 

La vida de estos dos preciosos lobos ibéricos que corrían por los bosques de montaña de Picos terminó así para siempre.

 

 

Nos negamos a que su vida terminara así para siempre. Acogimos a Marley como un símbolo por todos los cientos de lobos que mueren anualmente en España ejecutados por cazadores, ganaderos y personal de la Administración. Nos cansamos de que, tras tres décadas intentándolo con el diálogo, nuestros lobos siguieran cayendo de esta inmunda forma. Dimos un puño sobre la mesa. Marley fue la gota que colmó el vaso.

 

OTRA LOBA RADIOMARCADA CAYÓ PRONTO

En octubre 2012, la dirección del Parque Nacional se vio obligada a suspender la ejecución de las resoluciones del 1 de agosto en las que autorizaba la muerte de seis lobos en el Parque Nacional, aunque ya había matado a tres (Marley y su hermana entre ellos). No obstante, a pesar de estar impugnadas las resoluciones, en noviembre, el director del Parque Nacional volvió a ordenar la muerte de otros dos lobos en Los Lagos. Esta orden fue paralizada también por un juez tras las denuncias de asociaciones ecologistas.

Inmediatamente después, era enero 2013, tan sólo tres meses después de morir Marley, cayó asesinada en el Portillo de la Reina una loba de apenas 8 meses de edad, también radiomarcada por ARENA. Se llamaba Naule y había sido radiomarcada poco después de muerto Marley. Digamos que fue la sustituta.

 

Como si la trágica ejecución de Marley no hubiera sido suficiente, la nefasta gestión del lobo en Picos de Europa, en Asturias, en Cantabria, en Castilla y León, continuó sacrificando lobos.

 

Te invitamos a comentar o darnos tu opinión sobre este relato con el Hashtag #LoboMarley

 

 

 

Referencias para complementar:

 

Asturias, infierno natural del lobo. Abril 2014

La ciencia habla. Razones por las que matar lobos es contraproducente. Nov 2018

La ciencia habla. Matar lobos aumenta los daños en explotaciones cercanas. Nov 2018

Reflexiones de ecología. Los controles de lobos conllevan consecuencias graves. Oct 2018

Infierno en el paraíso… Asturias, vergüenza mundial. Mayo 2013

Los controles de lobos aumentan los daños y el furtivismo. Sept 2016

 

Equipo de Lobo Marley
21 de agosto de 2019

ABREN EXPEDIENTE CONTRA EL CONSEJERO DE FOMENTO Y MEDIO AMBIENTE DE CASTILLA Y LEÓN

LA DENUNCIA DE LOBO MARLEY HACE QUE LA FISCALÍA DE MEDIO AMBIENTE ABRA EXPEDIENTE CONTRA EL CONSEJERO DE FOMENTO Y MEDIO AMBIENTE DE CASTILLA Y LEÓN.

En respuesta al escrito que Lobo Marley hizo llegar a la fiscalía de Medio Ambiente el pasado 14 de Febrero, esta entidad nos ha remitido una comunicación donde se nos señala que nuestra denuncia ha dado lugar a la incoación de un expediente gubernativo. Así pues, la fiscalía recabará toda la información necesaria para evaluar si las declaraciones del consejero, en las que amenazaba con autorizar “de oficio” la matanza de lobos a pesar de las resoluciones judiciales, podrían ser constitutivas de delito.

En esta comunicación la Fiscalía se compromete a mantenernos informados sobre el resultado de sus diligencias.

Esperamos la máxima firmeza y rigor en estas diligencias de la Fiscalía, pues consideramos que bastante daño se hace al lobo y al equilibrio de nuestra biodiversidad por culpa de actividades legales pero nefastas, para que además algunas administraciones aprovechen su posición de poder para saltarse el espíritu e incluso la letra de la ley e infligir aún más daños al patrimonio natural.

Informaremos puntualmente sobre la evolución de este proceso.

 

El equipo de Lobo Marley.

 

LOBO MARLEY, EN EL MINISTERIO DE TRANSICIÓN ECOLÓGICA

El pasado 1 de marzo hicimos entrega de las 150.000 firmas por la protección del lobo ibérico en el registro del Ministerio para la transición ecológica, y hoy 5 de marzo, el jefe de gabinete de la ministra, Álvaro Abril, y el director general de biodiversidad, Javier Cachón, se han entrevistado con el presidente y el vicepresidente de Lobo Marley, Luis Miguel Domínguez y Mauricio Antón en la sede de dicho ministerio. A lo largo de la entrevista les hemos transmitido la ilusión de los miles y miles de personas que esperaban con optimismo el trámite de la Proposición no de Ley para la protección de lobo y su frustración al no avanzar este gobierno en su puesta en valor. El talante de la reunión ha sido positivo y hemos encontrado comprensión hacia nuestras propuestas y un sincero interés por avanzar en la búsqueda de un estatus para el lobo que lo saque del limbo normativo y de la condición de paria de nuestra biodiversidad en la que se encuentra. Álvaro Abril, en nombre de la ministra Doña Teresa Ribeiro, se ha comprometido a recibirnos y continuar dialogando sobre el tema en caso de que su administración tenga continuidad, y también a apoyar nuestra incorporación a la mesa del lobo, entendida como un paso para dinamizar ese instrumento y conseguir que cumpla con sus objetivos, incluido el de generar informes periódicos y remitirlos a las autoridades europeas.

Desde aquí nuestro agradecimiento al ministerio por su amable recibimiento, y nuestras más sinceras gracias a las 150.000 personas que han firmado nuestra petición por la protección del lobo; a las decenas de miles de personas que han acudido en masa a las manifestaciones que hemos celebrado en los últimos años, dando al lobo esa visibilidad que obliga y obligará a las administraciones a escucharnos; y a todas las entidades y personas que participaron en la redacción y tramitación de la Proposición no de Ley. Al margen de su recorrido, dicha PNL sigue siendo una hoja de ruta pragmática para la protección del lobo, y sin importar quién gane las próximas elecciones Lobo Marley seguirá reclamando a la administración, en nombre de todos vosotros, lo que es un clamor creciente de una sociedad moderna como lo es la española:

¡Queremos al LOBO VIVO Y PROTEGIDO!

El Otro Cuento del Lobo

Desde Lobo Marley estamos muy orgullosos de participar en este precioso proyecto, hablamos del libro ilustrado «El otro cuento del lobo», que podéis adquirir en la tienda online de «Power Perro» aquí abajo.

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DOS VECES CON LA MISMA PIEDRA

Rechazado el Recurso de Apelación de la Junta de Castilla y León y la acusación particular contra la sentencia absolutoria a LOBO MARLEY en el juicio de LAS CASETAS DE LA MUERTE.

A día de hoy siguen matando lobos de manera vil con cebadero y caseta. En Castilla y León, a este precioso animal le han condenado a la pena capital.

A LOBO MARLEY también quisieron darle un escarmiento ejemplarizante, para así de paso, amedrentar judicialmente a todos los defensores de nuestra biodiversidad que decidieran dejarse de palabras y denunciar LAS CASETAS DE LA MUERTE.

No lo consiguieron en el Juzgado de lo Penal de Zamora dónde fuimos ABSUELTOS en una sentencia histórica para el conservacionismo.

Tampoco en La Audiencia Provincial de Zamora, dónde HOY ha sido DESESTIMADO el Recurso de Apelación interpuesto en nuestra contra por parte de La Junta de Castilla y León y la acusación particular.
En definitiva: ¡OTRA VICTORIA MAS CON LA JUSTICIA DE NUESTRO LADO!…CONTINUAMOS CON NUESTRA HOJA DE RUTA HASTA CONSEGUIR QUE EL LOBO SEA PROTEGIDO POR LEY EN TODA ESPAÑA.

Este es un Estado de Derecho en el que en ocasiones como esta, sabiendo como sabemos, las ganas que nos tienen y la artillería pesada que utilizan contra nosotros, salir con la razón de tu parte…nos refuerza y nos ánima sobremanera.

Eso sí, no pararemos hasta conseguir que TODO EL PESO DE LA LEY caiga sobre los que promocionan, permiten y se enriquecen matando lobos desde ESAS INFAMES CASETAS DE LA MUERTE.

Seguimos en la defensa de nuestro querido Lobo Ibérico con la cabeza bien alta.

HACIA LO SALVAJE… ¡EL QUE SE ATREVA!

Este año la gran manifestación en defensa del lobo cuenta con el apoyo generoso del grupo Amaral, que no sólo ha difundido nuestra convocatoria sino que nos ha dado permiso para poner durante el acto su canción “Hacia lo salvaje”. Con una melodía pegadiza y unos versos honestos esta canción nos cuenta la historia de una joven que escapa de un entorno abusivo y busca la libertad en contacto con la naturaleza. Parece un mensaje directo y emotivo, ¿no? Pues bien, un vistazo a los comentarios sobre la canción en las redes sociales nos puede dejar simplemente boquiabiertos. Una interpretación que se repite entre varias personas se resume así: “Esta canción va de una chica que se va de su casa porque se cree lo más, pero al final cae en las drogas y se pincha de todo. ¿Por qué si no iba a oír voces?”

 

El relato que “Hacia lo salvaje” ha inspirado en estas personas nos dice mucho sobre la actitud de algunos ante la vida y la naturaleza. La historia imaginaria de la chica que se escapa y cae en el mundo de las drogas tiene un profundo trasfondo moralista, y escenifica el castigo a la búsqueda de la libertad. Como Adán y Eva expulsados del paraíso (por querer saber demasiado según unos, por querer disfrutar demasiado, según otros), la chica caída en desgracia paga un precio que a algunos les parece merecido. “Se cree lo más” es la clase de comentario que seguramente se escuchaba en las aldeas medievales frente a la hoguera en la que se quemaba a alguna bruja.

 

La letra de “Hacia lo Salvaje” habla de bosques, fieras y voces de tiempos remotos, y la reacción de algunas personas ante esos versos delata su visión de la fuerza de lo salvaje. En su Enciclopedia de la Fauna, Félix Rodríguez de la Fuente reflexionaba sobre la deforestación que acompañó a la romanización de Europa y atribuía la escala de esa destrucción al concepto que tenían los romanos del bosque: un lugar tenebroso en el que se refugiaban las fieras y las tribus bárbaras que amenazaban a su civilización. Esa floresta lóbrega también es el refugio del lobo, y no es casualidad que el héroe matalobos del cuento de Caperucita Roja sea, precisamente, un leñador. Ese concepto timorato de lo salvaje dominó la mentalidad europea hasta el siglo XIX, cuando el romanticismo promovió una visión más libertaria de la vida y la naturaleza. Pero fue la ciencia de la ecología la que, ya a mediados del siglo XX, abrió los ojos de la sociedad ante la importancia de los ecosistemas intactos como motor de los ciclos que permiten la continuidad de la vida como la conocemos, incluida la humana.

 

Pero esta revelación, como otras que provienen de la ciencia, ocurrió demasiado rápido como para ser asimilada por el conjunto de la sociedad. El precio de la libertad y del conocimiento es la responsabilidad, y su carga resulta demasiado pesada para algunos. Ante la magnitud del desafío conservacionista, con el paso de los años se ha establecido en sectores de la sociedad una reacción de miedo y negación. Hoy hay expertos, incluyendo ecólogos y biólogos, que predican el entreguismo ante la inercia aparentemente imparable de la destrucción ambiental. En un ejercicio de cinismo monstruoso, predican a sus alumnos en las universidades que el valor de la naturaleza salvaje es un mito romántico indigno del frío intelecto científico, y que desde el punto de vista de la evolución no vale más un bosque caducifolio, poblado por cientos de especies de aves, mamíferos y reptiles, que un vertedero postnuclear donde un variado manto de bacterias y hongos consumiese los restos de nuestra civilización desparecida. Para ellos, sólo un ingenuo sentimental puede dejarse llevar por el mero atractivo estético de la biodiversidad… Este relativismo moral de tres al cuarto es un auténtico cepo intelectual que atrapa a jóvenes incautos, encantados de participar de la aparente superioridad de sus profesores. Mientras tanto, otros científicos más comprometidos, con la ayuda de divulgadores como David Attenborough (y en su momento nuestro Félix) luchan sin descanso para poner frente a nuestros ojos la magnitud, tan hermosa como perturbadora, de lo que estamos perdiendo.

 

Hace décadas la sociedad abrió los ojos ante la situación del medio ambiente y lo que vio no le gustó, y ahora la tentación es volver a cerrarlos. Muchas personas quieren creer a toda costa que la tecnología encontrará la solución a todos nuestros males y que para que todo se arregle sólo hay que seguir haciendo lo que hemos hecho siempre… y tener fe en que todo irá bien. Ellos buscan volver al rebaño como si nunca hubiesen salido, y encuentran en la represión una sensación de seguridad. Pero otros reconocen que sin una lucha decidida nos encaminamos a un mundo en el que la pesadilla que ya viven millones de personas cada día se va a convertir en la realidad de todos. Como dijo Eva Amaral en una entrevista sobre “Hacia lo Salvaje”: “Si éste es el camino por el que vamos, me bajo del tren en marcha”.

 

No todos se atreven a apostar por lo salvaje, pero incluso para los que no se atreven, y aunque ellos no lo sepan, nuestra lucha es esencial. Por eso no podemos dejar de asistir este domingo a la manifestación en defensa del lobo. Ya no nos creemos el cuento de Caperucita, ni esperamos que el leñador nos libere ajusticiando al lobo feroz. Ya sabemos que arrasar la naturaleza nos deshumaniza, y defendemos la libertad de mirar a la realidad con los ojos bien abiertos. Todo el cinismo del mundo no nos obligará a cerrarlos otra vez. Vamos juntos… hacia lo salvaje.

 

 

Mauricio Antón

Vicepresidente de Lobo Marley

EL AÑO DEL ZORRO

 

Como cada año por estas fechas, en lo profundo de nuestros bosques se escucha la llamada de los zorros en celo. Como animales mayormente monógamos, muchos ejemplares renuevan en esta estación un vínculo de pareja que les permite sacar adelante otra generación de cachorros, a los cuales inculcar la experiencia de unos adultos que pueden vivir casi una década en estado salvaje… o al menos eso dice la teoría. En nuestra triste realidad, pocos zorros superan la etapa de padres primerizos.

 

El zorro posee una inteligencia y complejidad que apenas vislumbramos. Su astucia toma formas inauditas, por ejemplo cuando en vez de atacar directamente a un grupo de patos, se pone a jugar con un palito en la orilla, dando muestras de divertirse de lo lindo. Esto despierta la curiosidad de las aves, y cuando el zorro abandona su juguete y se retira tras la vegetación, los patos nadan hasta la orilla para ver qué podía ser tan interesante, momento en el que el carnívoro salta desde su escondite. Podría argumentarse que el pato no es el ave más inteligente del planeta, pero el cuervo es un buen candidato a ese puesto, y sin embargo el zorro también tiene una estrategia para atraerlo: hacerse el muerto, manteniendo los ojos cerrados para mayor realismo y juzgando la aproximación del córvido por el oído. En el último momento el supuesto cadáver vuelve a la vida y el pájaro que anticipaba un buen almuerzo se convierte, él mismo, en comida.

 

Se solía considerar al zorro como un carnívoro solitario, pero su vida social es flexible y varía según las circunstancias. Cuando se les deja tranquilos y disponen de recursos, es común que las hembras del año anterior se queden en el territorio de sus padres y ayuden en la crianza de los cachorros, sacrificando temporalmente la posibilidad de tener descendencia a cambio de ayudar a la supervivencia de sus hermanos pequeños. Este comportamiento está en el germen de las sociedades complejas de otros cánidos como el lobo o el licaón. Con el tiempo, una hembra ayudante puede abandonar el territorio paterno y crear su propia familia, o bien un individuo antes dominante puede adoptar el papel de ayudante, ciclos que, por desgracia, requieren más tiempo del que concedemos a nuestros pobres zorros para madurar en la vida.

 

El hostigamiento que padece el zorro en España le impide desarrollar facetas sofisticadas de su comportamiento, y es que a fuerza de matarlos por millares los convertimos simplemente en fábricas de hacer más zorros. La gestión de esta especie mediante los demenciales “controles de población” tiene el efecto de intensificar su ciclo reproductivo de manera que las hembras tienen muchos más cachorros de lo que harían normalmente, los cuales a su vez ocupan rápidamente los territorios dejados vacantes por los adultos masacrados. Un zorro en libertad puede llegar a los 9 años, pero en las circunstancias actuales pocos superan los 3, y mucho de lo que la ciencia podría aprender sobre su comportamiento es barrido cada año por una marea de plomo. La excusa para seguir matando zorros es su reputación de animales dañinos, algo cuando menos irónico si recordamos que su dieta consiste primordialmente en roedores, para controlar a los cuales nuestras administraciones siembran los campos de venenos letales para toda forma de vida. Los gestores de cotos de caza insisten en que los zorros perjudican a las aves de caza menor, pero en ese caso el factor relevante es que esas aves son criadas como animales de granja, y es esa práctica, perjudicial para las poblaciones silvestres, la que debería erradicarse en primer lugar.

 

Pero incluso estas pretendidas justificaciones no explican totalmente la incalculable sangría de zorros. Quien quiera entender la motivación profunda hará bien en armarse de valor y visualizar un vídeo emitido por “Jara y Sedal”, la revista de caza patrocinada por TVE:

 

https://www.youtube.com/watch?v=b33aqRAKltE

 

En esta pieza definida como “trepidante” por los editores de la revista, y para la cual muchos elegiríamos otros calificativos, podemos ver a una colección de hombres hechos y derechos entregados a la matanza de zorros con un entusiasmo que va más allá del cumplimiento de su pretendida labor de “gestión”. Cualquiera que haya observado tranquilamente a los zorros en su ambiente percibirá el abismo que media entre la sutileza del comportamiento de un animal perfectamente integrado en su ecosistema y el tosco deleite con que los miembros del sector armado arrebatan unas vidas cuya complejidad difícilmente entenderían. El impulso que les anima no es exclusivo de nuestra cultura y de hecho hermana a nuestros escopeteros más raciales con los aristócratas ingleses de casaca y caballo pura sangre. Lo podemos resumir en diez sílabas: reventar zorritos les divierte.

 

Hay tres razones por las que no existe un vídeo similar en el cual los lobos sean las víctimas: 1.- El lobo es mucho más escaso y vulnerable como especie y aunque quisieran, los cazadores no podrían organizar una escabechina comparable, por más que insistan en que “hay demasiados lobos”; 2.- Aunque siempre hay quien no se puede aguantar de presumir en las redes con el cadáver de un lobo, generalmente los clientes más pudientes, que son los que pueden pagar un buen “trofeo”, prefieren pasar desapercibidos; y 3.- Una alta proporción de las muertes de lobos son ilegales. Lo que se ve en el vídeo de los zorros, en cambio, es legal, demostrando claramente que la ley tiene que cambiar.

 

Aunque el lobo sea la especie más vulnerable, los zorros están indefensos como individuos ante el acoso humano, y la cantidad de sufrimiento inútil que se despliega en nuestros campos cada año es una medida del embrutecimiento en el que se está sumiendo una parte de nuestra población, mientras el conjunto de la sociedad avanza. El año pasado el congreso español reconoció la obviedad de que los perros y otras mascotas no son objetos sino seres sintientes, y resulta incoherente seguir permitiendo que sus parientes libres sirvan de diana para unos instintos destructivos que, más que desahogo, lo que requieren es una reeducación urgente. Por lógica, éste debería ser el año del zorro, y del lobo, el año en el que terminase esa sangría cruel, pero no será la primera vez que la política vaya bastante a remolque de la lógica.

 

 

Mauricio Antón

Vicepresidente de Lobo Marley

SENSIBILIDAD

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Recientemente hemos visto a un biólogo experto en lobos participar en un programa de caza en televisión. Sus anfitriones le invitaron con el propósito de que justificase la caza como la mejor herramienta para “gestionar” al lobo ibérico, y el experto no se hizo de rogar. Cuando salió el tema de la difícil convivencia entre la caza y la observación de lobos, nuestro biólogo se apresuró a decir que estas dos formas de “explotación económica del lobo… no chocan desde el punto de vista real, ya que las dos son compatibles”. Cabe suponer por tanto que cualquier pega que le pongamos a la caza del lobo debe reflejar un punto de vista “irreal”… “A la gente que quiere ver lobos no le gusta nada que se cacen lobos, se sienten ofendidos”, asegura, y crea la impresión de que los observadores del lobo tienen una piel demasiado fina, un fenómeno para el cual él también tiene una explicación: “Mucha gente ve en los lobos a perros, y cuando se matan lobos es como si mataran a su perro, y eso les ofende especialmente, más que si se matara a otros animales”.

 

Bajo estas declaraciones se oculta un notable paternalismo, y es que lo mejor del discurso está en el subtexto: “Mucha gente ve en los lobos a perros” dice, y deja implicito que los expertos listos saben que los lobos no son perros y que identificar ambas cosas sería un burdo subjetivismo (aunque, en realidad, biológicamente los perros no son más que lobos domesticados). “Esto les ofende… más que si se matara a otros animales” dice, e implica que sólo a alguien aquejado de un grave sentimentalismo le puede ofender más que se mate a un animal que a otro. El mensaje oculto es que si un científico como él sabe que da igual a qué animal se mate, entonces todo el que se ofenda por la muerte del lobo está por debajo de sus estándares de objetividad científica. Y ya de paso pone en el mismo bando la supuesta objetividad del científico y la dureza del cazador, y ambos sonríen ante el sentimentalismo de los que se oponen a la caza del lobo.

 

Para el biólogo y sus anfitriones cazadores, la sensibilidad que exhibimos los ciudadanos de a pie sería una tara, una especie de velo sonrosado que nos impide ver la cruda realidad que ellos sí perciben.Y en esto coinciden con una actitud tradicionalmente ibérica, para la cual volverse insensible y correoso es parte necesaria del proceso de maduración de la persona, sobre todo si se trata de un varón. Según esa visión convencional, una persona “curtida” no se anda con remilgos, y de hecho en nuestro entorno es tristemente común que se identifique la sensibilidad con la sensiblería, o en un leguaje más coloquial, con la gilipollez.

 

Pero la realidad es la opuesta: la sensibilidad es una herramienta de conocimiento, que nos permite percibir matices y orientarnos en nuestro entorno. Cuanto mayor es la sensibilidad mayor es la finura de los estímulos que podemos captar, lo cual se aplica tanto a la biología como a la tecnología, como bien saben los fotógrafos de naturaleza siempre desesosos de captar al lobo con cámaras cada vez más sensibles. Y una de las formas más refinadas de sensibilidad es la empatía, que se sirve de las sofisticadas “neuronas espejo” para darnos información sobre los estados de ánimo e intenciones de otros seres. Pero esta capacidad tiene un precio, ya que la máxima de la empatía es “tu dolor es mi dolor”, y entonces un exceso de dolor a nuestro alrededor puede terminar abrumándonos. La solución a este problema es asumir con madurez la existencia del dolor ajeno y nuestra parte de responsabilidad en el mismo, pero a muchas personas les aterra dar ese paso, y prefieren cerrar los ojos ante la evidencia. Es una reacción infantil, como la del niño que se tapa los ojos y dice “no estoy” o el que se tapa las orejas y dice “habla chucho que no te escucho”. Algunos se han acostumbrado a identificar esa negación de la evidencia con ser curtidos y “realistas”, pero su condición es comparable a la insensibilidad congénita al dolor, esa neuropatía periférica que hace que las personas sufran todo tipo de heridas y lesiones sin darse cuenta siquiera.

 

Un buen ejemplo es el de un empleado de la Junta de Castilla y León que hace poco se puso como foto de perfil en una red social una instantánea de si mísmo posando ante un lobo muerto. El cánido yace en el suelo con la cabeza sujeta mediante un palo mientras la sangre que mana de sus heridas se extiende por el suelo de cemento en siniestros regueros. Es tentador interpretar esa imagen como un desafío a las personas sensibles que puedan verla, pero lo más triste es pensar que ese servidor público probablemente se sorprendería si le dijésemos que su foto nos pone los pelos de punta. Para él simplemente refleja un día exitoso en el trabajo. Gracias a un largo proceso de embrutecimiento cultural, la capacidad de empatía puesta a punto por millones de años de evolución ha quedado obnubilada en este sujeto, que ya no percibe la sordidez de una imagen que, de niño, le habría dado pesadillas durante noches. Podemos pensar que nuestra vida sería mejor sin dolor, pero el dolor es una señal que nos permite evitar males mayores. Percibir en toda su hondura lo que le hacemos a otros seres vivos es una herramienta que nos ayudará a preservar la biodiversidad a nuestro alrededor, y de ese modo sobrevivir como especie.

 

Hacia el final del programa, los anfitriones sacan a colación el sangrante episodio en que un celador de la reserva de Riaño llevó a unos cazadores a matar los lobos de una manada que precisamente estaba siendo observada por un grupo de turistas. Entre sonrisas cómplices nuestro experto admite que esa situación demostró cierta “falta de tacto” por parte de los cazadores. Tacto, sensibilidad… esas cosas que los participantes del programa consideran secundarias, y de las cuales depende, hoy más que nunca, nuestra supervivencia. Los argumentos del sector cinegético para justificar la matanza de lobos con tecnicismos son muy sencillos de rebatir, y lo haremos las veces que haga falta, pero que se quiera descalificar a los que defendemos al lobo intentando que nos avergoncemos de nuestra sensibilidad es el colmo del ridículo. Ojalá que no la perdamos nunca.

 

 

Mauricio Antón

Vicepresidente de Lobo Marley

LOBO MARLEY, FUNDADOR DE LA ALIANZA EUROPEA PARA LA CONSERVACIÓN DEL LOBO, PIDE QUE ESTE SEA CONSIDERADO SÍMBOLO DEL PATRIMONIO NATURAL EUROPEO

reunion bruselasLOBO MARLEY, FUNDADOR DE LA ALIANZA EUROPEA PARA LA CONSERVACIÓN DEL LOBO, PIDE QUE ESTE SEA CONSIDERADO SÍMBOLO DEL PATRIMONIO NATURAL EUROPEO.

Esta mañana la Alianza Europea para la Conservación del Lobo, fundada por LOBO MARLEY y compuesta por entidades conservacionistas de Portugal, Francia, Bélgica, Alemania y España, se ha reunido con La Comisión Europea, con el apoyo de los europarlamentarios Florent Marcellesi, Xabier Benito, Lola Sánchez Caldentey, Pascal Durand y Frederique Ries para exigir la conservación y protección del lobo en toda Europa. Esta especie mantiene una población perseguida secularmente en los diferentes países de la UE en los que todavía pervive. Los Gobiernos de Estados miembros como España o Francia, transgreden permanentemente la Directiva de Habitats que les obliga a conservar la población lobuna, al ser una especie catalogada de interés comunitario. Todos los países incumplen las diferentes normativas dejándo al lobo al borde de la extinción en numerosos y sangrantes casos.
 
El vicepresidente de Lobo Marley, Mauricio Antón y el Presidente Luis Miguel Domínguez, han señalado aquellos aspectos específicos correspondientes a la subespecie endémica de la Península Ibérica. Han denunciado la letal situación a la que se enfrenta el Lobo Ibérico, con la connivencia de Gobiernos como el de Castilla y León, que permiten la caza ilegal e inhumana del lobo utilizando cebaderos y casetas en contra de la propia Ley de Caza que regula la actividad cinegética.
 
La Alianza Europea para la Conservación del lobo inicia su trabajo internacional con cinco países, pero próximamente se verá incrementada por nuevas incorporaciones, con dos objetivos muy nítidos: NO a los contraproducentes controles letales de población llevados a cabo por las administraciones y DECLARACIÓN inequívoca de el Lobo en todas sus poblaciones europeas, como ESPECIE PROTEGIDA TOTALMENTE.
 
Como resumen de todo ello se ha elevado oficialmente la petición formal de que Canis lupus, sea declarado símbolo del Patrimonio Natural Europeo. Parafraseando el lema oficial que define el espíritu constitucional de la Unión Europea ; «Unida en la diversidad» Lobo Marley suma un matiz esencial : «unida en la BIODIVERSIDAD».

DESPEÑAR JABALÍES MOLA

Estos días circula por las redes sociales un vídeo que muestra a una turba embrutecida de supuestos senderistas despeñando a un jabalí vivo por un precipicio en la ruta del Cares, entre vítores y grititos de excitación de los asistentes. Ante este espectáculo se pregunta uno cómo hemos llegado a tal degradación de la condición humana. En tiempos se solía creer que las manifestaciones de violencia respondían en última instancia a injusticias y desequilibrios materiales, y nos cuesta entender qué oscuros impulsos convierten a un grupo de personas aparentemente normales, que disfrutan de un sano esparcimiento en la naturaleza, en una horda sedienta de sangre.

 

La razón es tristemente obvia: hay otras fuentes de violencia que no están ni en la miseria de unos ni en el afán opresor de otros, si no que provienen de un profundo vacío mental y de la percepción más o menos borrosa de la propia inutilidad. El aburrimiento puro y duro se ha convertido en una de las causas fundamentales de la destructividad en el ciudadano occidental. Décadas de paz y prosperidad han traido, irónicamente, una proliferación de individuos cada vez más infantiles e irresponsables. Personas que han olvidado el privilegio que significa tener un plato de comida en la mesa se indignan con furia visigoda ante humillaciones y agravios imaginarios, pero si se les enfrenta a problemas serios como la debacle medioambiental, entran en pánico y miran a otro lado negando la evidencia.

 

Tenemos un déficit de humanidad y una deuda educativa importantes, pero todos los esfuerzos que se hagan por inculcar valores a las nuevas generaciones se ven saboteados por el ejemplo que dan las clases dominantes. Actividades recreativas como los toros y la caza de trofeos son señas de identidad de nuestras presuntas élites, y al margen de todos los disfraces culturales con que se las quiera vestir, estas “aficiones” envían un mensaje simple y contundente a la ciudadanía: MATAR MOLA. Esta contradicción entre la educación y el ejemplo causa una especie de cortocircuito neuronal, y las personas simplemente vuelven a la casilla de partida de la evolución mental, es decir al planteamiento cavernario de toda la vida: “chico, tú abusa antes de que otros abusen de tí”.

 

Por si este vídeo poco edificante no fuese bastante, las redes nos obsequian hoy con otra imagen en la misma línea: el hijo del presidente actual de los Estados Unidos posa en algún país africano frente a un elefante recién abatido, y exhibe ante la cámara la cola recién cercenada del paquidermo. Incluso este acto de ostentación no basta al joven heredero, que querría llevarse el macabro despojo de vuelta a casa para presumir ante la clase de amigos que valoran semejante hazaña. Pero la ley actual en su país prohibe la importación de esos trofeos y el joven exigió la ayuda de su todopoderoso padre, que ahora se ha propuesto modificar la ley para permitir la importación de fragmentos amputados de elefantes a los Estados Unidos.

 

De vuelta en España, pocas actividades resumen tan bien la sed de muerte y el abuso de poder como la caza de lobos como trofeos. Las autoridades de nuestro país, en vez de defender nuestro patrimonio natural, tocan una y otra vez a la puerta de Europa para pedir que el lobo sea declarado especie cinegética en territorios en que la ley comunitaria establece su protección estricta. De este modo entregarían el regalo más codiciado para aquellos a los que les pica el dedo en el gatillo con sólo pensar en disparar al rey de los depredadores ibéricos. Los niños mimados de nuestro sistema nos están enviando un mensaje claro de violencia y dominación, y lo malo es que ni siquiera nos damos cuenta de que ese mensaje está calando. Es urgente desterrar de nuestra sociedad pasatiempos anacrónicos basados en la violencia gratuita que sólo contribuyen a embotar la sensibilidad de las personas. Y es que la sensibilidad, como la cultura, es algo que enriquece nuestra vida y nos hace libres. No dejemos que una minoría ociosa nos la arrebate.

 

 

Mauricio Antón

Vicepresidente de Lobo Marley