Aciberos pide intervenir en la plaga de topillos que ha acabado con dos tercios de las cosechas
02.10.2013 | 08:49

A. SAAVEDRA Los vecinos de Aciberos denuncian la proliferación de lo que califican una plaga de topillos que han arrasado con dos terceras partes de las cosechas y los huertos que se siembran en todo el término, incluso en el centro del pueblo. «Lo que nunca se había visto aquí, que los topillos se comieran las cebollas», exclama el presidente de la Junta Vecinal de Aciberos, Guillermo Tejera. Las cuentas de la cosecha no salen. De los 1.000 kilos que recogía en la finca de la Era, pegada a la vivienda familiar y en el centro del pueblo, solo ha recogido unos 300 kilos. Algunos vecinos de la misma zona han desistido de sacar la cosecha de patatas a resultas de que lo único que obtienen es lo que los topillos no se han comido.
La sequía que ha sufrido toda la zona y el movimiento de tierras han tenido su incidencia en el incremento de la población de roedores en un año que la cosecha era buena porque la falta de agua se ha suplido con la red de regadío tradicional que alimenta los huertos. De la voracidad no se ha salvado ningún vecino, tampoco otros cultivos. En casa de la familia Tejera se sembraron habones para la primavera y los topos dieron cuenta de los tallos que brotaban secando las plantas, hasta el punto de tener que resembrar la cosecha y andar a palos cada vez que asomaban los topillos.
La indignación de los residentes va en aumento porque no está permitido el uso de plaguicidas y se han tenido que emplear trampas rudimentarias como los cebos de agua, cuencos ubicados en el patatal donde los topillos caen y no pueden salir. Han sido advertidos de las sanciones «prefiero que se coman todas las patatas antes de que me aticen con una multa de mil euros», critica uno de los afectados. El presidente de la Junta Vecinal ha dado traslado verbal de lo que está sucediendo y de las pérdidas en los cultivos para el sostenimiento familiar. La respuesta es que «no hay nada que hacer si el Ministerio de Agricultura no declara que hay una plaga». Una respuesta a los vecinos a todas luces curiosa máxime cuando están transferidas las competencias de esta materia a la Comunidad Autónoma. Guillermo establece diferencias entre los topos y ratones que pululan por la zona y que se venían controlando frente a estos topillos «diferentes al ratón común que había aquí y que son mucho más listos», en alusión al entramado de galerías por las que pululan de unos huertos a otros sorteando los bancales. La pérdida de cosechas ha suscitado comentarios en las reuniones de los vecinos que forman la Junta Vecinal y con serias protestas. Guillermo Tejera advertía que en todas las reuniones le pide a sus convecinos que no quemen el monte, porque «tenemos una riqueza incalculable y si se queman los castaños o los frutales se quema lo que es nuestro». La contestación directa y sin ambages de alguno de los asistentes fue que «cuando se quemaba el monte no había ni topillos ni plagas». Malestar que Guillermo Tejera cosecha entre los vecinos del pueblo y exige de las administraciones que tomen en cuenta las quejas vecinales y que procuren erradicar la presencia de topillos «y de todas las plagas que tenemos, de lobos, de corzos, de todo». Mientras desde lo alto de la sierra una cámara de dispositivo de videovigilancia apunta al centro del pueblo «una cámara que querían poner al otro lado y que dijimos que pusieran en este otro que coge todo el término «aquí no hemos tenido un incendio desde hace muchos años». Los que residen en esta zona «sabemos cómo cuidar el monte y los que conocemos las necesidades que tiene el medio ambiente somos nosotros. Pero si quieren que nos marchemos nos vamos y el que quiera patatas y cebollas que venga a sembrarlas y recogerlas». En unos momentos en que las pensiones y jubilaciones quedan tiritando muchos vecinos, pensionistas en su mayoría, no van a poder recoger la cosecha de este año. Algunos ni se han molestado en recogerla «¿para qué? A mí me queda por recoger pero estoy pensando que ni me voy a molestar». Mientras, el agricultor juega al ratón y al gato con el topillo de los huertos en.