Chorco de los lobos

chorco1
Antiguamente, debido a la abundancia de estos carnívoros en la zona, y del aislamiento geográfico que padecían, sobre todo en invierno, el Chorco de los lobos posiblemente haya sido un punto de unión para la defensa de interés de los habitantes de Valdeón, esto es para los pueblos de Caldevilla,
 
Soto, Posada, Prada, Los Llanos, y Cordiñanes; y hasta tal punto, que se escribieron, desde sus inicios, las «Ordenanzas de Montería», donde se detalla el sistema de acoso y captura de los lobos, especificando los puestos y funciones a desempeñar por cada persona, así como las obligaciones de los vecinos para el mantenimiento de la empalizada y del Chorco e incluso del mismo monte de Corona. La legislación más antigua que regula el funcionamiento del Chorco de Corona data del año 1610, y de ella se hizo reforma en el año 1776.
 
 
Esta Ordenanza antigua hecha el año 1610, fue encontrada en el año 1862 en los papeles del Archivo de la Junta Vecinal del Real Concejo del Valle de Valdeón. Se copia y se vuelve a rehacer el 14 de julio de 1912, en sesión general para aprobar, confirmar, añadir y trasladar las Ordenanzas antiguas debido a que estaban escritas en letra poco clara. No se menciona, sin embargo, las modificaciones introducidas el año 1818, tal como consta en el propio archivo.

La Ordenanza fijaba quienes debían participar: Cabezas de familia, varones, mayores de 16 años y menores de 65, criados de servicio, personas más útiles de cada casa y de no haberlos irían las mujeres.

Las pieles o piezas útiles de caza que con arreglo a estas Ordenanzas serían cobradas, vendiéndolas en pública subasta al mejor postor, siendo en igualdad de precio adjudicado a cualquiera de los cazadores.

 
Las faltas al cumplimiento de las obligaciones impuestas por las Ordenanzas eran castigadas por multas, así por ejemplo la reparación de la empalizada se repartía entre los vecinos que tenían la obligación de tenerla en buenas condiciones, si el lobo lograba escapar por tramo de
 
empalizada por hallarse en malas condiciones el vecino encargado de la misma sería multado por su negligencia.

Las faltas al cumplimiento de las obligaciones impuestas por las Ordenanzas eran castigadas por multas, así por ejemplo la reparación de la empalizada se repartía entre los vecinos que tenían la obligación de tenerla en buenas condiciones, si el lobo lograba escapar por tramo de empalizada por hallarse en malas condiciones el vecino encargado de la misma sería multado por su negligencia.

Además todos los años en el mes de noviembre se reparaban las cerraduras del Chorco para tenerlas en buenas condiciones cara a épocas de nieve, que eran las más propicias para la captura del lobo en el Chorco.

Asimismo se prohibía cortar árboles de pie y ramaje grueso dentro del radio que ocupan las cerraduras, chozos y sus inmediaciones, teniendo obligación de plantar árboles (tilos, fresnos o robles) las personas asignadas a la conversación o mantenimiento de las mismas.

También estaba prohibido llevar perros a Corona en tiempos en los que hubiese conocimiento de la existencia de algún lobo dentro del municipio, quedando igualmente prohibido tener «mastines» en el pueblo de Cordiñanes, por interrumpir la entrada de los lobos en el monte de Corona.

Llama la atención la minuciosidad con que se detalla todo en las Ordenanzas y la importancia que se le daba a la lucha contra el lobo. Sin duda era considerado el enemigo público número uno, y además era muy numeroso.
 

Se adivina que por aquellos tiempos el principal medio de vida era la ganadería, explicándose así esta lucha a muerte declarada contra el lobo, al ser éste el mayor enemigo que afectaba a la propia subsistencia.

Resulta ejemplar ver como varios pueblos se organizaban comunitariamente en una empresa que defendía los mismos intereses.

Modo de reunirse: En cualquier día del año y a cualquier hora, excepto cuando se esté celebrando la Santa Misa, al toque de campana dos veces, en el sitio que se señale antes de media hora, (Iglesia de Sta. Eulalia, Posada de Valdeón). Donde se reunirían los monteros de Posada, Prada y los Llanos, y si a estos les parecía oportuno, el Montero de Posada pasaría aviso al de Soto y este al de Caldevilla, tocando la campana de Soto.

Así mismo se asignaban por nombramiento los siguientes puestos:

Montero mayor: Recaía siempre en el alcalde de Posada de Valdeón si era del antiguo Concejo de Valdeón y en su defecto el Concejal de más alta representación corporativa o de más edad que reuniese las debidas condiciones de naturalidad y residencia, también era el único que tenia el privilegio de ir a la batida montando a caballo.

Montero menor: Uno por cada pueblo de los que participaban activamente y de forma obligatoria, siendo estos de señalada honradez y buenas condiciones físicas. Disponen cada uno de una corneta, adquirida con fondos comunes.

Monteros: Dieciocho en total: Dos por Cordiñanes, tres por los Llanos, tres por Posada, tres por Prada, cuatro por Soto, y tres por Caldevilla pudiendo aumentar o disminuir el número según las necesidades.

Choceros: Treinta y cuatro en total: dos por Cordiñanes, cuatro por Los Llanos, cinco por Posada, seis por Prada, once por Soto y seis por Caldevilla. Eran los encargados de ocupar los «chozos», que son pequeñas edificaciones construidas en el interior de la empalizada en la zona ya más cercana al pozo o «Chorco». Los tres más cercanos, estaban provistos de un venablo o «chuzo», que es como una lanza con la que se ayudaban para azuzar al animal, para que cayese al Chorco o bien poder darle muerte en el tramo final de la empalizada si éste se negaba a continuar su camino hacia el Chorco. Las personas encargadas de ocupar estos puestos eran elegidos entre los más fuertes y valientes de las gentes del Valle.

Montañeros: Diecisiete en total, que serían los encargados de cerrar los pasos en canales, sedos (pasos estos hacia la zona alta y por donde el lobo podía intentar huir al verse acosado por la batida). Como dato curioso decir que los encargados de ocupar el sedo llamado «Los Cabidos»(zona donde cortarían, impedirían el paso del lobo hacia la Canal de Capozo) y » Tras La Invernosa»(otra canal cercana a la anterior) serian cuatro personas uno de Los Llanos, otro de Posada y dos de la Parroquia de San Pedro (Soto y Caldevilla) siendo estos los casados más recientes, que no excediesen los cincuenta años o estuviesen físicamente impedidos.

Enramadores del chorco: Serían dos, uno de Prada y otro de los Llanos, además de ser los encargados de cubrir con ramaje débil la boca e inmediaciones del Chorco, tendrán un venablo cada uno para la salida de las fieras, del Chorco, así como una escalera para extraer la caza viva o muerta, teniendo igualmente la obligación de quitar las pieles a los animales. Recordamos que la puerta inferior que existe hoy en día en el Chorco fue abierta posteriormente a la última reforma de las Ordenanzas del mismo.

Espías: Dos, encargados de imponer orden y silencio, acusando ante los Montaneros a los que no cumplían con su labor.

Los puestos fijos no serían abandonados mientras permanezca ondeando la bandera en Cueto Pardo, lugar visible desde todos los puntos.

Fuente noticia: http://www.valdeon.org/chorco.html