Agroganadería asegura que el protocolo para capturar cánidos vivos limita el uso de armas de fuego para «ahuyentar» a los plantígrados
29.11.2013 | 08:13
Cangas de Onís, R. DÍAZ Las trampas colocadas en el parque nacional de los Picos de Europa para capturar lobos vivos no han puesto en peligro la vida «de ningún ejemplar de oso pardo»; primero, porque «no se ha dado el caso» de que ningún plantígrado haya transitado cerca de los lazos, y, segundo, porque «poner en riesgo la vida de un ejemplar es algo más que el que pueda darse la hipotética presencia de un ejemplar de la especie en kilómetros a la redonda de la zona donde se está actuando», señaló la Consejería de Agroganadería, que salía así al paso de los reparos de los ecologistas sobre estas acciones. La Consejería negó que se haya registrado la muerte de animal alguno en las trampas.
El protocolo para capturar lobos, aprobado en 2007, según Agroganadería, limita el uso de las armas de fuego a situaciones excepcionales y únicamente para ahuyentar a los osos. Además, el tipo de trampas utilizadas, elásticas y de limitada resistencia, así como la frecuencia en la revisión de las mismas (al menos, dos veces al día) limitan «enormemente» este riesgo, según la Consejería. Los rectores del parque y del Principado adoptan las máximas medidas de seguridad. El protocolo fue redactado teniendo en cuenta las aportaciones de los grupos que trabajaron en captura y radiomarcaje de oso pardo en la cordillera Cantábrica y en Estados Unidos, así como, por su experiencia en manejo de ejemplares de esta especie, del equipo del parque de la naturaleza de Cabárceno (Cantabria). El protocolo ha sido analizado, «para cada ocasión», por el comité técnico del Parque.
Para evitar la captura accidental de un oso se incluyen medidas como la prospección previa de las zonas de trabajo y evitar la actuación en caso de detectarse presencia de osas con cría en las mismas en las cuarenta y ocho horas previas a la actividad. Más: el fabricante de las trampas informó de que fueron usadas en Canadá en zonas oseras y nunca se registró una captura accidental. Un equipo que capturó osos en la cordillera Cantábrica y Norteamérica recomendó, por seguridad, acompañar al equipo con una persona armada, para ahuyentar en caso de necesidad a un plantígrado «con disparos al aire».
Incluso en el hipotético caso de que se capture una cría de oso y su madre intente protegerlo el uso de las armas sería únicamente en el momento de la liberación y para asustar al ejemplar adulto. Asimismo es obligatoria la presencia de un veterinario por si resulta necesario el uso de anestésicos.
El protocolo
Captura de crías
«Un caso especial es la captura accidental de una cría de oso con la madre libre y protegiéndolo sobre el terreno. En este caso, además de lo señalado en el protocolo, habrá de acompañar al equipo, cuando se vaya a producir la liberación del ejemplar, un agente autorizado para portar y usar arma de fuego, que inicialmente será empleada como elemento para asustar al ejemplar adulto y poner en conocimiento de los directores y de la comunidad autónoma, del Seprona y de las fundaciones Oso que corresponda», señala el documento.