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«El lobo en los Picos de Europa se llevó por delante todas las alternativas»

Hace escasamente quince días que se abría la temporada de pastos en el puerto de la Montaña de Covadonga y los ganaderos ya han tenido cuenta de los ataques de su eterno enemigo, el lobo. La paciencia de estos hombres y mujeres se ha agotado y no piensan dejar de luchar hasta ver los terrenos de los Picos de Europa como hace años los dejaron sus antecesores. Así lo transmite en su nombre el regidor de pastos de la Montaña de Covadonga, José Antonio García, que está dispuesto a movilizar a todo el gremio ganadero desde Amieva hasta las Peñamelleras.

-¿Cuántos años llevan los ganaderos sufriendo el ataque masivo del lobo?

-El lobo siempre existió pero sus ataques comenzaron a ser mayores desde hace 10 o 15 años. Al principio se mataban y controlaban, luego la gente empezó a desanimarse y a dejar la actividad y ahora es ya una situación insostenible.

-¿Se podría afirmar que esta es la principal causa del descenso en la actividad ganadera?

-Es la principal causa, pero no la única. Aquí en los Picos hace unos años la gente empezó a buscar otras alternativas laborales, más cómodas y menos atadas, y también se perdieron muchas ganaderías. Ahora mismo, en la situación en la que estamos a nivel nacional, esta actividad sería una importante alternativa para el empleo pero, ¿quién va a subir, por ejemplo, ha hacer queso al puerto si no puedes tener ni una oveja ni una cabra?. La intromisión del lobo en los Picos se llevó por delante todas las alternativas posibles.

-La escasez de ganado además supone el detrimento de los pastos…

-Desde el punto de vista ecológico, al no haber ni cabras ni ovejas, el monte se convierte en una selva. Si eso se quiere paliar de forma manual el presupuesto es desorbitado y ¿dónde está el dinero?.

-¿Cuál era hace años la alternativa?

-Toda la vida vivieron aquí y explotaron la zona los ganaderos haciendo quemas controladas. Se puede trabajar manualmente, pero cuesta mucho dinero a la Administración, y ahora no está para soltar dinero porque no lo tiene. Usos tradicionales es lo que se necesita en esta zona. Que exploten la zona de los Picos quedan actualmente unos 600 ganaderos, -una cifra que hace diez años se multiplicaba por tres aproximadamente- y todos queremos lo mejor para la zona porque vivimos de ella.

-¿Y para el lobo?

-Los lobos si nos los dejan a nosotros tardan un mes en desaparecer. Como pasaba antes. Aquí lobos siempre los hubo pero éramos nosotros los que los controlábamos. Ahora mismo se puede decir que la convivencia entre el lobo y los pastores es imposible, porque al imponer la Dirección del Parque todas las prohibiciones existentes, él gana la guerra. Dicen que debemos buscar un equilibrio, ahora mismo está a un 98% del lado del cánido. Los lobos están protegidos y nosotros no.

-Es necesario entonces retroceder en el tiempo…

-Los usos tradicionales antiguos son los que funcionaron siempre, y a las pruebas me remito. Hace 20 años en el parque vivía todo el mundo de lo que este área ofrecía. El acceso era libre, no había restricciones motivadas por la actividad turística. Antes estaba el puerto súper limpio, ahora todo son matorrales. Por eso pedimos una unión de todos los ganaderos, formar un bloque fuerte para hacer frente a quien sea. Defender que aquí, en esta tierra, se hacen las cosas a nuestra manera porque nosotros conocemos el terreno. Así se hizo durante miles de años y funcionaba, y desde que esto cambió hace 15 años lo único que se hizo fue ir hacia atrás.

-¿Hay alguna especie más que ataque al ganado?

-Hay otra especie muy dañina dentro del parque que es el jabalí, del cual las cacerías están prohibidas, pero no es por ataques al ganado. Tienen las vegas completamente levantadas. Se iba a hacer un censo para controlar también la población pero se paralizó y no se movió más.

-En el terreno de las indemnizaciones la cosa pinta igual de mal.

-Las indemnizaciones llegan tarde y mal y a esto se añade el problema de la certificación de la muerte. Ocho horas después del ataque ya se empiezan a poner trabas. Así no podemos seguir. La Administración tiene que pensar que esto así no va bien. Deben responder a los daños en tiempo y forma al 100%.

-Los grupos ecologistas han hecho mucha presión en los últimos años.

-Nosotros de asociaciones ecologistas y de ciertos políticos no esperamos nada. Pueden opinar lo que quieran, pero ellos tienen su cocido garantizado, en su mayoría, y nosotros no, esa es la diferencia.

-¿Es suficiente la implicación de los ayuntamientos?

-Los ayuntamientos lo que tiene que hacer es mojarse más. Aquí tenemos que implicarnos todos. Y quien no quiera mojarse, como estamos en democracia, que no lo haga pero que lo reconozca públicamente. Yo respondo por mi gente, que son los ganaderos de a pie. Si hace falta se hace un boicot al Parque Nacional, por parte de los ayuntamientos, y a la Dirección y al Ministerio de Medio Ambiente si es necesario. Aquí primero estamos nosotros. Las cosas están muy mal planteadas.

-¿Qué es principalmente lo que falta?

-No hay un desarrollo con una hoja de ruta para ver qué va a pasar aquí, porque es algo que debería haberse confeccionado, pero no existe. No sabemos a lo que atenernos.

-¿Y qué es lo que sobra?

-Que haya un presupuesto para recuperar el urogallo que cuenta con 7 millones de euros, cuando se deben los daños desde hace varios años a ciertos ganaderos porque alegan que no son indemnizables a pesar de haber huellas y excrementos que lo pueden demostrar. Yo no tengo nada en contra del urogallo, pero eso es pecado. Es como la introducción del quebrantahuesos, los costes que conlleva. Esto no lo ven con buenos ojos no sólo los ganaderos, sino la gente en general en el mundo en el que vivimos. Destinar ese dinero público para después bajar los sueldos a los trabajadores, a mi, como ciudadano, no me parece normal. Hay gente pasando hambre. Primero están las personas y después este tipo de especies, como es el caso de los lobos.