La reciella ya está en el puerto

Los pastores suben con el ganado menor a la Montaña de Covadonga, donde elaborarán queso hasta octubre

08.06.2013 | 00:00

 Covadonga Fernández, ayer, junto a su hijo y su nieto, en La Güesera.

Covadonga Fernández, ayer, junto a su hijo y su nieto, en La Güesera. alba sánchez r.

 

Cangas, A. SÁNCHEZ R. «A ver qué suerte corremos», fueron las palabras de preocupación ante los últimos ataques de lobos al ganado vacuno de la pastora y quesera canguesa Covadonga Fernández. Por fin, tras abrirse los pastos el día 1 a todo tipo de ganados, el tiempo permitió -eso sí en medio de una intensa niebla- que subiera como manda la tradición la reciella ( ganado menor), a la Montaña de Covadonga. Una ascenso por los caminos ancestrales desde el valle hasta las majadas, a unos mil metros de altura, dónde los pastores pasarán cuatro meses elaborando uno de los quesos más caros del mundo, el gamonéu del puerto.
La de Fernández es una de las pocas familias que sigue con la tradición ancestral de trasladar todo su ganado (15 vacas, 80 ovejas y 80 cabras, además de gallinas y cerdos) a los pastos de altura. Ayer subieron también su hijo Manuel Valle Fernández, y su nieto Manuel Valle Cue Le duele mucho cuando uno de sus animales sufre por cualquier motivo, más por algo que se podría evitar «haciendo algún tipo de control». Con este problema el relevo generacional es más difícil, ya que sus propias hijas, también queseras en el valle, tienen miedo de subir y perder a sus animales.
La pastora cree que los ganaderos podrían, incluso, adoptar «medidas extraordinarias» para prevenir los ataques de los lobos. Pese a todo, añadía que «esta vida no la cambio por nada». Así definía las ganas que tenía de subir al puerto junto a su marido, Manuel Valle Blanco, a elaborar queso. Un sector que no entiende de crisis, pues ya tienen vendida por adelantado toda la producción de queso que elabore hasta el próximo otoño.
Este año tan sólo son cuatro los queseros de Onís y Cangas que subirán al puerto a pasar los cuatro meses junto a sus familias. Elaborarán alrededor de 10 kilogramos al día de queso en las majadas de Fana y Gumartini, en Cangas de Onís, y Belbín y Vega Mayor, en Onís. Los más viejos recuerdan que hace años era un centenar de familias las que decidían subir a pasar la temporada estival en el puerto. Eso sí, resaltaba Fernández, «con peores condiciones que ahora».

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