La recuperación del lince ibérico

Especies protegidas / Córdoba sostenible

La recuperación del lince ibérico

La población de la especie en peligro crítico de extinción se ha triplicado. Guadalmellato se ha convertido en uno de los núcleos fundamentales

F. EXPOSITO 13/12/2013

 Suelta de 'Jaén', lince ibérico que se puso en libertad en Villafranca en abril de este año. Suelta de ‘Jaén’, lince ibérico que se puso en libertad en Villafranca en abril de este año. Foto:RAFA ALCAIDE / EFE

La imagen de un cazador mostrando como trofeo un lince ibérico no es muy antigua y es fácil rastrearla en los archivos. La caza, pero también la presión a la que se vio sometida la especie por el hombre al destruir su hábitat, junto a la caída de la población de conejos, hizo que el número de ejemplares se redujera al mínimo en los años noventa. Hoy, el lince ibérico sigue catalogado como especie en peligro crítico de extinción, pero todo ha comenzado a cambiar. La situación había llegado a ser dramática ante el cúmulo de adversidades que confluyeron desde mediados del siglo pasado. Uno de los principales problemas fue la drástica caída de la población de conejo de monte al verse afectada por la mixomatosis y la enfermedad hemorrágica. Desde la Consejería de Medio Ambiente se adoptaron entonces medidas que buscaban evitar la desaparición de este felino que a principios de los noventa del pasado siglo se extendía sobre ocho subpoblaciones en la provincia.

La Junta, con el apoyo de distintas administraciones, propietarios y cazadores, inició en el año 2002 la puesta en marcha de importantes programas para evitar la desaparición del lince ibérico, lo que ha permitido en la última década triplicar la población. Pese a esto, la población mundial se reduce a menos de 300 ejemplares que se reparten en las poblaciones de Doñana-Aljarafe y el Este de Sierra Morena. Junto al incremento de la población, uno de los retos principales fue recuperar núcleos desaparecidos para extender los territorios de la especie. Los técnicos estudiaron hasta 21 variables en los que el hábitat podía ser favorable por la presencia de conejo y el apoyo social, siendo seleccionados dos como los más adecuados: el valle del río Guadalmellato (Córdoba) y el valle del río Guarrizas (Jaén). Fue así como se inició la reintroducción del lince, optando la Junta por el área de Guadalmellato, al presentar mejores condiciones de cobertura vegetal, para después continuar por la zona de Jaén.

 

GUADALMELLATO No fueron fáciles los inicios, pero los resultados llegaron pronto. Antes de proceder a la reintroducción de los linces en el valle del río Guadalmellato la Junta de Andalucía firmó convenios de colaboración con los propietarios de las fincas y con sociedades de cazadores. Además, puso en marcha campañas de divulgación para advertir de la importancia del proyecto que estaba impulsando. Era el otoño de 2009. El lince ibérico volvería a Guadalmellato después de desaparecer en los años ochenta del pasado siglo. Las primeras liberaciones tuvieron lugar en 2010, aunque se optó por sueltas blandas en las que se introducían los animales en cercados de preadaptación de 5 hectáreas de superficie antes de ser liberados definitivamente. Ese primer año se dejaron en libertad 3 machos y 4 hembras. Tres de estas hembras se quedaron preñadas, aunque solo una sacó adelante dos cachorros. Al año siguiente se liberaron cinco ejemplares y se hicieron sueltas directas en el campo sin pasar por cercados. En el 2011 se inició también la reintroducción de ejemplares en el valle del río Guarrizas (Jaén). Además, desde entonces se procedió a la suelta de linces nacidos en cautividad.

Durante estos tres años se han liberado en Guadalmellato 26 linces, a los que se han unido 24 en Guarrizas. Todos los ejemplares se han adaptado a la libertad, por lo que Medio Ambiente no ha tenido que recapturar ninguno por inadaptación al medio. En la actualidad, la población está integrada por 36 ejemplares, de los que 13 son cachorros nacidos este año.

Pese a que durante este periodo han muerto 11 linces ibéricos en la zona de Guadalmellato, la Consejería de Medio Ambiente hace un balance positivo ante la dificultad del proyecto. Cinco de estos ejemplares perecieron por atropellos y cuatro fueron víctimas del furtivismo. Para reducir la mortandad, Medio Ambiente ha mantenido reuniones con la Consejería de Fomento y con el Ministerio de Fomento y ADIF para establecer un plan de medidas para evitar atropellos y disminuyan las muertes. Asimismo, está realizando campañas para evitar las prácticas furtivas.

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