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Llaneza considera inevitable realizar controles de población sobre el lobo

lobo comercio

El experto que asesorará a la comisión que fijará los criterios de gestión de la especie en los Picos lamenta que el cánido se utilice como «arma arrojadiza»

uis Llaneza, el experto de reconocido prestigio que va a formar parte de la comisión de trabajo que fijará los criterios de gestión del lobo dentro del Parque Nacional de los Picos de Europa, está a la espera de conocer el funcionamiento de este órgano aunque celebra que se haya decidido incluir en ese equipo a investigadores. Llaneza es una de las personas que más conoce a la especie en el norte de España y desde 2006 ha llevado a cabo de manera continuada distintos trabajos relacionados con este gran carnívoro en los Picos.

Precisamente este conocimiento de la especie y de todo lo que le rodea le lleva a asegurar que «hoy en día el lobo no tiene graves problemas de conservación al norte del Duero». De hecho apunta que «parece que a nivel global el lobo, poco a poco, va recuperándose en Europa». Y es que, según el experto, esta especie tiene una gran capacidad de adaptación que le ha permitido sobrevivir al paso de los siglos, pese a haber estado perseguido y casi exterminado durante tiempos pasados. Tan bien se amolda que es capaz de convivir con el hombre en zonas humanizadas. Por todo ello, y debido a su situación demográfica actual, este biólogo asturiano afincado en Lugo entiende que «no va a quedar más remedio que realizar controles poblacionales. Lo que no hay que hacer es tirarse de los pelos cuando se mate a algún lobo, pero sí hay que demostrar que ese control tiene una justificación técnica».

Este experto opina que el problema del lobo y los daños que provoca a la cabaña ganadera «no tiene solución, porque si la tendría ya la habríamos encontrado». Por eso aboga por minimizar estos ataques hasta unos niveles que sean aceptados por las partes. Pero más allá aún del problema que suponen los ataques al ganado, considera todavía más grave la crispación que genera el lobo entre distintos colectivos sociales, especialmente en la comarca del Oriente, donde esta especie se utiliza como «arma arrojadiza» entre ganaderos y ecologistas. Para superar este escenario y avanzar el biólogo considera que «lo primero que tenemos que hacer es serenarnos porque el clima actual no es bueno, y luego hablar porque todos los agentes tienen su parte de razón. Hay que buscar puntos de entendimiento».

Este experto recuerda que en el 2012 se realizaron procesos de participación pública en el Parque Nacional donde las partes implicadas expusieron sus posturas y se celebraron debates, pero toda esa labor se fue al traste tras la muerte del lobo Marley, objeto de un estudio científico y abatido en agosto de aquel año. Para Llaneza sería muy importante para que la labor de la comisión de trabajo dé resultados que se recupere aquel clima de diálogo entre todas las partes «porque no hay una solución fácil y todos deben saber ceder un poco».

Ganaderos y ecologistas

El nombramiento de Luis Llaneza no ha sido bien acogido ni por el representante de los ganaderos en el Patronato del Parque Nacional ni por el de los conservacionistas. Valeriano Remis desconoce qué podrá aportar el biólogo a la comisión que fijará los criterios de gestión del lobo en el espacio protegido y se sigue mostrando contrario a este equipo de trabajo. «La comisión lo que va a provocar es que se alargue más el problema y los ganaderos lo que queremos son soluciones, no más reuniones», afirma.

Más crítica con el nombramiento de Llaneza se muestra la ecologista Laura López Varona. «Su criterio científico está condicionado por el contrato que tiene con la Administración. Pensamos que hay personas más capacitadas y con una visión más objetiva y menos sesgada», afirma la portavoz de los conservacionistas en el Patronato, quien sostiene que «su experiencia en el Parque Nacional es porque siempre le contratan a él para hacer seguimiento de la población del lobo. Lleva unos 15 años asesorando al parque y no ha solucionado el problema».

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