Los regidores consideran que se debe primar a los ganaderos por encima del cánido en el Parque Nacional.
Durante esta semana los alcaldes de los concejos asturianos integrados en el Parque Nacional de los Picos de Europa han recibido una carta en la que se les insta a elegir quién de ellos va a ser la persona que represente a estos cinco ayuntamientos en el grupo de trabajo que debe determinar los criterios de gestión del lobo en el espacio protegido. Estos cinco regidores asturianos coinciden en que esta comisión debe dar una solución al problema del cánido para que este no cause el nivel de daños a la cabaña ganadera de este año que ahora acaba. Eso sí, en mayor o menor medida, los alcaldes asturianos tienen dudas sobre la eficacia de esta comisión.
«Su objetivo debe ser dar agilidad al problema y garantizar que se va a controlar al lobo y reducir los daños a la ganadería a cero. Ese es el objetivo que tenemos que tratar de alcanzar», asegura José Manuel Abeledo, alcalde de Onís, quien afirma que «hace 25 años no había daños por el lobo en la vertiente asturiana de los Picos de Europa».
El alcalde de Cabrales, Carlos Puente, entiende que este grupo de trabajo que previsiblemente comience a trabajar en enero «debe dejarse de tantos estudios, porque ya los hay, y tomar decisiones para dar soluciones a la gente». Puente entiende que es preciso «pasar a la acción y que se haga algo ya, no esperar por nuevos informes». El regidor cabraliego es de los que considera que «esta comisión sólo va a servir para seguir dándole vueltas al tema y retrasar las soluciones, al menos esa es mi opinión».
En unos términos similares se expresa el regidor de Amieva, José Félix Fernández. «Crear más comités nos parece que va a suponer darle más vueltas a la cuestión, pero que al final va a quedar en nada. Lo que se requieren son soluciones». Este alcalde entiende que quien debe dar respuesta a este problema es el Gobierno de Asturias. «El Principado debe ser quien aporte las soluciones porque tenemos más ataques del lobo en Asturias que en Cantabria y en Castilla y León, porque aquí no se le puede cazar y allí sí». Volviendo al grupo de trabajo que debe abordar la gestión del lobo en el Parque Nacional, el regidor amievense opina que no se debe dedicar tiempo a elaborar más estudios «porque ya los hay en todas las direcciones y el problema sigue sin solucionarse. Se sabe que el lobo no es una especie en peligro de extinción, que cada vez está más cerca de los pueblos y que ha perdido todo tipo de temor». Y es que hace menos de un mes el cánido atacó a un rebaño de ovejas en Llerimundi, unos terrenos situados en unos a menor altura que el pueblo de Amieva.
El alcalde de Cangas de Onís se muestra más esperanzado que sus colegas en que este grupo de trabajo logre aportar resultados postivos a las demandas de los ganaderos del concejo. «Los alcaldes vamos a aprovechar este instrumento que nos ofrece el Parque Nacional para tener voz en el comité. Aspiro a que este grupo trabaje con agilidad y que no se demore en estudios y se tomen decisiones que aporten soliciones», señala José Manuel González.
Ayudas a los ganaderos
Desde Peñamellera Baja su alcalde, José Manuel Fernández, considera que la finalidad de este grupo de trabajo debe ser «lograr el equilibrio entre la población del lobo y los ganaderos, pero dándole prioridad a estos últimos». «Sabemos que es algo difícil de lograr pero, dada la actual situación, se requie que se adopten medidas», recalca. Fernández propone como medida adicional para paliar los daños que sufren los pastores que éstos tengan «prioridad» a la hora de acceder a las ayudas del área socioeconómica del Parque Nacional cuando han perdido reses a causa del lobo. De manera que puedan utilizar estos fondos para adquirir más animales o para mejoras relacionadas con su actividad. El regidor peñamellera afirma que el Ministerio de Medio Ambiente está valorando recuperar esta línea de ayudas en 2014 para hacerlas llegar a los municipios integrados dentro de los parques nacionales de todo el país.