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Los últimos nómadas ibéricos

Un invidente alistano, José Cruz, el «Ciego de Mellanes», acompaña a los pastores trashumantes desde Rabanales a Sanabria

13.07.2013 | 03:28

El pastor controla que las reses se mantengan juntas.

El pastor controla que las reses se mantengan juntas.

Los pastores y ganados de ovino de raza autóctona «Castellana» (Blanca y Negra), reconocidos por los expertos como los «Últimos Nómadas Ibéricos», iniciaron el pasado jueves la ancestral aventura de la trashumancia pura y dura que llevará a alrededor de 16.000 reses de pura sangre desde las llanuras y valles alistanos, afectadas por el sol veraniego y los ya secos pastos, a la bonanza alimentaria de las sierras de la Alta Sanabria en busca de sus verdes y ricas hierbas.
Este año la siempre dura lucha por la supervivencia natural dentro del ecosistema más puro y salvaje del oeste (zamorano) entre pastores y ovejas, fauna y flora, cuenta con un participante de excepción, un joven invidente, José Cruz Mateos, más conocido a nivel popular como «El Ciego de Mellanes» y también, según él, como «Vista Alegre».
En compañía de una vieja mula, cruce de burra «Zamorano-Leonesa», acompaña a los míticos trashumantes en una ruta llena de aventuras, avatares, grandezas y penurias, donde predomina la convivencia y la hermandad. Los cinco sentidos son necesarios para sobrevivir y que sobrevivan las reses a las que guía y protege, bajo el acecho de los lobos ibéricos, él, privado de la vista, tendrá de valerse únicamente del oído noche y día.
El Ciego de Mellanes forma parte de la «Cabaña de Rabanales», donde su cuñado tiene un rebaño, al que él va a ayudar en la medida de sus posibilidades físicas, que lleva alrededor de 3.500 ovejas desde la estepa alistana a la «Sierra de la Gamoneda». Este gran rebaño es dirigido por siete pastores y varios zagales, los cuales recorren 100 kilómetros en tan solo cuatro días. Esta formada por seis rebaños de cuatro pueblos y tres municipios diferentes: dos de Palazuelo de las Cuevas, uno de Rabanales, dos de San Vicente de la Cabeza y uno de Tolilla.
La ruta se inició el jueves y ayer se fueron agrupando los rebaños para sestear en «La Fuente del Horno», en pleno «Campo de Aliste» para seguir su camino por la tarde hasta «El Pinar de Flechas», ya en plena Sierra de la Culebra, donde pasaron la noche en tierra de lobos, a la vera de «Peña Mira».
Hoy a las 6.30 horas, iniciarán la tercera jornada para adentrarse ya en La Carballeda y Sanabria. El abandono de la actividad agraria y ganadera, pero también la usurpación de las vías pecuarias, está trayendo consigo grandes y graves problemas para pasar, a veces provocados por cuellos de botella de uno o dos metros de anchura, por lo que deben pasar miles de ovejas, al haber desaparecido cordeles, cañadas y veredas, bajo carreteras, cercas de prados y cortinas e incluso viviendas. Uno de los lugares más temidos por los trashumantes es históricamente el conocido como «Paso de Ungilde», al que nos pastores alistanos conoce con el sobrenombre de « Calleja el Infierno».
A finales de los años noventa realizaban la trashumancia unas 5.000 ovejas y 1.500 vacas desde Extremadura a Sanabria. La región alistana contribuía en esta trashumancia con 23.000 ovejas, que en apenas diez años se han reducido hasta 16.000 ejemplares.

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