POR LA RECUPERACIÓN DEL LOBO EN ANDALUCÍA

Lobo Marley tiene entre sus objetivos el conseguir que le administración andaluza asuma un compromiso creíble con la necesaria recuperación del lobo ibérico en esa comunidad, donde estamos preparando una serie de iniciativas encaminadas a ese fin.

 

La desaparición del lobo en Andalucía en años recientes ha sido un claro ejemplo de los efectos de la desidia y la incapacidad de las administraciones para actuar ante una extinción anunciada. Es incomprensible que ni siquiera se haya declarado al lobo como especie en peligro de extinción en esa comunidad autónoma cuando se estaba presenciando el declive imparable de sus poblaciones y finalmente la ausencia de evidencias creíbles de su supervivencia desde principios de la década pasada. Y todo esto ha ocurrido a pesar de tratarse de una especie de interés comunitario a nivel europeo, protegida estrictamente en España al sur del Duero.

 

Las razones de la extinción del lobo en Andalucía son diversas, pero tal vez la más importante sea el sistema de explotación cinegética imperante en esa comunidad, donde las grandes fincas privadas cubren la mayor parte de las áreas naturales, restringiendo el movimiento natural de la fauna mediante vallados y convirtiendo los cotos en explotaciones más cercanas a la ganadería que a una gestión cinegética racional. Lógicamente este sistema es incompatible con la presencia del lobo, impidiendo no sólo sus movimientos naturales sino también la dinamización que el lobo causa en las poblaciones de ungulados salvajes. Ese efecto dinamizador del lobo es fundamental para mantener la salud de esos ungulados, minimizar su impacto local sobre la vegetación autóctona y mantener a raya las zoonosis y su transmisión al ganado doméstico. A pesar de los mensajes alarmistas de algunos sindicatos agroganaderos, el impacto del lobo sobre la ganadería en Andalucía es mínimo, y los potenciales daños, fácilmente evitables con las más elementales medidas preventivas. En este caso, más que velar por los intereses de sus afiliados, esos sindicatos se están convirtiendo en altavoces del lobby de la caza de trofeos, blanqueando sus reivindicaciones al asimilarlas a las del sector agropecuario.

 

Ante este panorama, no queda ninguna excusa para seguir postponiendo la declaración del lobo como especie en peligro en Andalucía, que debe ir acompañada de la redacción del correspondiente plan de recuperación para esta especie que se ha desvanecido ante la mirada impávida de los sucesivos gobiernos regionales.

 

Por todo esto, desde Lobo Marley hemos enviado una carta al Defensor del Pueblo en Andalucía, cuyo texto podéis leer al final de este artículo, solicitándole que reclame al gobierno regional la toma de las medidas oportunas. Como no podemos quedarnos de brazos cruzados esperando una respuesta, en este momento los miembros de nuestra asociación en Andalucía trabajan en la preparación de diversas iniciativas para presionar a las administraciones y concienciar a la población sobre la necesidad de restaurar al lobo ibérico en su papel dentro de la fauna autóctona de esta comunidad, como parte de la inaplazable transición hacia un modelo de convivencia con la naturaleza y de recuperación de la biodiversidad. Una iniciativa en la que podéis participar todos desde ya es nuestra petición de firmas, que utilizaremos oportunamente para presionar a la Junta de Andalucía. Aquí tenéis el enlace:

 

https://www.peticion.es/el_lobo_tiene_que_volver_a_andalucia

 

 

Sr. Defensor del Pueblo Andaluz

El sur de la Península Ibérica, debido a la conservación de enormes masas forestales, fue históricamente un inmenso territorio de caza para el Lobo Ibérico (Canis lupus signatus), donde estos cánidos depredaban sobre ciervos, corzos o jabalíes. Desde finales del siglo XIX se produjo un dramático proceso de deforestación para dedicar al cultivo grandes superficies antes cubiertas por bosques y otros tipos de vegetación natural.  El resultado no fue otro que la disminución de las grandes poblaciones de ungulados silvestres, comenzando a escasear y permaneciendo de manera estable únicamente en los terrenos acotados para la caza mayor, generalmente administrados por manos privadas. Algunas especies (las más exigentes ecológicamente) se extinguieron o se volvieron muy escasas. Esto trajo como consecuencia que el lobo depredara sobre la ganadería,  desatándose la persecución no solamente por cazadores sino también por los ganaderos.

La pérdida de ejemplares de lobo arrancó desde mediados del pasado siglo, pero el declive de las poblaciones se disparó a finales de ese mismo siglo, con escasas manadas y problemas de endogamia y de hibridaciones con canidos domésticos. En 1999 había documentados tan sólos ocho grupos familiares que se habían reproducido. Pero, diez años después, ya solo había constancia de un grupo.

En 1986, bajo el DECRETO 4/1986, se incluyó al lobo en el listado de  especies protegidas y se dictaron normas para su protección en el territorio de la Comunidad Autónoma de Andalucía.

Desde el año 2012 no se han encontrado rastros o indicios algunos de la existencia de este animal en tierras andaluzas.

En el año 2003 se creó el Programa de seguimiento y Conservación del lobo en Andalucía, que no era más que un simple sucedáneo para acallar las voces que ya se escuchaban en favor de la protección del lobo. Este programa de “Seguimiento y Conservación” se basaba en el control de la distribución del lobo, minimización y compensación de daños y asesoramiento y concienciación a la población rural, pero nunca hizo nada para proteger las poblaciones loberas debido a la presión de distintas Organizaciones Agrarias y Ganaderas. Este plan ya se veía como un futuro fracaso para la conservación del lobo, fracaso que queda confirmado a día de hoy.

Después de todo esto la administración andaluza, en cumplimiento de lo establecido en la Ley 8/2003 de Flora y Fauna Silvestres y la Ley 42/2007 de Patrimonio Natural, y atendiendo a las exigencias y objetivos en materia de conservación de especies amenazadas y hábitats protegidos en la Comunidad Autónoma Andaluza, debería haber declarado al Lobo Ibérico como especie en Peligro de Extinción, y aprobar y ejecutar un plan de recuperación de esta especie, plan que a día de hoy ni existe ni se le espera.Cabe destacar que en la Península Ibérica la Directiva Hábitats de la Unión Europea, establece que el lobo ibérico es una especie estrictamente protegida al sur del Río Duero.

Es por todo lo anteriormente expuesto, por lo que desde este asociación, solicitamos a este Defensor del Pueblo de Andalucía que realice las gestiones oportunas ante la Junta de Andalucía para que ponga en marcha elnecesario plan de recuperación de este magnífico animal que tan sólo habita nuestra península Ibérica.