Los problemas de los daños del lobo no son algo exclusivo de la comarca oriental. Se están produciendo en toda la región. Tanto que algunos sindicatos agrarios califican la situación actual de «insostenible». La consejera de Agroganadería desveló el jueves en el Pleno de la Junta que se llevan abatidos este año en Asturias 32 de los 66 lobos que estaban previstos en el plan anual de actuaciones de control de la Consejería. Los sindicatos consideran que «son pocos», más aún con el elevado número de cánidos que estiman que habitan en la región. Aunque no hay cifras oficiales, en la Dirección General de Recursos Naturales se calcula que en Asturias existen en torno a una treintena de grupos familiares, cada uno de los cuales oscila entre los 5 y los 9 miembros. Esto supone que el número de lobos en la región podría rondar los 300 ejemplares. Desde UCA consideran que existe cierto «oscurantismo» desde hace ya años a la hora de cifrar con exactitud el número de cánidos en Asturias y entienden que no se disponen de «datos fiables» sobre la cantidad de depredadores existentes en el Principado. Eso sí, en base a la cantidad de daños que se están produciendo en la cabaña ganadera su secretario general, Joaquín López, afirma que «en UCA defendemos que Asturias tiene tantos lobos como Francia e Italia juntas. Últimamente se están viendo ataques hasta a las vacas que es algo que no es habitual».
López considera que sólo se lleven cazados 32 de los 66 lobos previstos para este año supone un «retraso excesivo porque a estas alturas tendríamos que estar por encima del 70%» de la cifra contemplada. Afirma que las batidas «son el sistema menos eficaz» para reducir el número de ejemplares, y asegura que «cada vez es más difícil planificar los aguardos porque los montes tienen cada vez más maleza y están más cerrados. Es difícil ver a veces al ganado, así que aún más al lobo». Y precisamente por este motivo entiende que la mayoría de los 32 lobos capturados este año lo hayan sido en el Occidente «porque allí hay muchas zonas de pastizales donde es más fácil controlar a la especie». En cuanto al Oriente, el secretario general de UCA afirma que los lobos que se encuentran en esta comarca «han pasado desde León». «Antes, cuando el Parque Nacional de los Picos de Europa estaba limpio era más sencillo controlar a la especie que ahora», concluye.
En COAG también piensan que «hay más lobos en Asturias de los que dice la Consejería. Los daños están dándose a nivel del mar y eso no es normal. La situación es insostenible para los que vivimos en el medio rural». Su secretaria regional, Mercedes Cruzado afirma que «a falta de dos meses para que acabe el año se lleven tan pocos lobos abatidos no es buen para nadie». Cruzado señala que los «métodos de control que se están utilizando no son efectivos y son caros, se debería hacer nada más se produzcan los daños por esa misma zona y permitir participar en ellos a los ganaderos y a los cazadores locales que son los que conocen el lugar». La secretaria regional de COAG estima que «si no se apoya con decisiones valientes al ganadero, que es el que cuida del monte, esto se acaba tal y como lo conocemos. Y que los ecologistas descuiden que nadie aquí habla de extinguir al lobo».
En Asaja opinan que «en Asturias sobran más de los 66 lobos que está previsto que se abatan este año. Es un problema grande y cada vez hay más daños». Geli González considera que «hay que buscar nuevos métodos para hacer los controles más efectivos porque así también habría que destinar menos dinero a cubrir los daños». La representante de Asaja insiste en que «los ganaderos pedimos que haya una población del lobo compatible con la ganadería. No queremos que se extingan pero tampoco nosotros criamos animales para que se los coma el lobo». González indica además que, con la actual problemática «hay zonas donde no se va a poder llevar a pastar el ganado a causa de los cánicos y esos lugares se van a llenar de matorrales». También manda un mensaje a aquellos que reclaman que los pastores pasen todo el día cuidando a sus animales. «No sería del siglo XXI que los ganaderos se estén las 24 horas día vigilando a sus reses para que no las ataque el lobo. Eso es algo que no se le pide a ningún sector económico de la sociedad», señala.
Por otro lado aclarar, en referencia al coste de los controles, que los entre 86 y 110 euros que cobran los guardas que participan en las batidas es lo que perciben estos funcionarios por su jornada laboral ordinaria. Y que ingresan el mismo salario ya dediquen ese día a realizar batidas o a cualquier otra de las actividades que efectúan como puede ser la vigilancia para que no se produzcan incendios forestales. Es decir, no perciben una cantidad extra por realizar las batidas.
El lobo se ensañó en septiembre en terrenos del concejo de Onís con el rebaño de ovejas de Carmen Tomás Rojo. :: NEL ACEBAL