Antonio Castellano : Conservación del lobo

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Si le ayudamos podrá conquistar un territorio que perdió por el devastador veneno y la escopeta.

Desde la Sociedad Zoológica de Extremadura llevamos pidiendo hace décadas una coherente y sensata gestión en la conservación del lobo en Extremadura. Incluso desde los últimos datos aportados por universidades y estamentos públicos sobre sus últimas poblaciones, hemos recalcado la importancia de la presencia de esta especie en zonas donde históricamente se los podría observar, que según los datos aportando por naturalistas, científicos, etc, englobarían casi todo el territorio extremeño.

Pero las distintas administraciones han sucumbido, la mayoría de las veces a la presión de sectores que repudian sin justificar y ponen el grito en el cielo al oír hablar de esta especie, sin tan siquiera saber sobre la gestión, bien llevada en otras zonas del planeta, donde coexiste esta especie con el ser humano, y en muchas otras ocasiones, por intereses oscuros, llevan a nuestros políticos a rajarse literalmente por falta de reaños, y que ha servido para que de nuestros gestores utilicen, hábilmente el tema del lobo como rédito político ante sectores que presionan impunemente sobre esta especie. Sea como fuere, seguimos en pleno siglo XXI si un planteamiento serio en la gestión de esta especie, gestión que al menos daría un respiro preventivo para que esta especie pueda subsistir en zonas donde la propia especie astutamente va colonizando de modo sutil y silenciosa esta tierra de conquistadores, quizás por eso mismo, por ser tierras de conquistadores, deberíamos ser gentiles y benefactores con esta especie que poco a poco y si le ayudamos podrá conquistar un territorio que perdió a base del devastador veneno y la impune escopeta.

La presencia del lobo en nuestros montes es garantía de salud ecológica, amén de otros beneficios añadidos sobre una cabaña ganadera cinegética en algunas zonas sobredimensionada, que trae consigo problemas de conservación para la propia especie y para el ecosistema. La expansión de grandes ungulados en algunas zonas está resultando desastrosas para el propio ecosistemas y el lobo es un regulador de poblaciones y no solo de estos animales sino un limitante de especies como el zorro, que diezman otras poblaciones de especies tan valiosa en el ecosistema mediterráneo para el propio dinamismo poblacional y para la conservación de otras especies en peligro, huelga decir de qué especies estamos hablando.

 

XLAS INCURSIONESx de ejemplares de lobo en algunas partes de nuestro cuadrante noroccidental está siendo tapado por las administraciones, por posibles presiones de colectivos ganaderos, colectivos que en muchos caso dejaron de desarrollar una ganadería tradicional, que creaba puestos de trabajo y que en muchos casos contraviene las fáciles directrices que llevaban a cabo nuestros antiguos y sabios ganaderos para contrarrestar los ataques del lobo a la ganadería doméstica. Esta información sobre dichas incursiones y observaciones debería generar satisfacción por la evidente recolonización de esta especie y así llevar a cabo una gestión adecuada, y no dejar al azar, al veneno o a la escopeta ilegal, el devenir de estos ejemplares que son la punta de flecha de dicha recolonización y por ende de un posible asentamiento en algunas zonas por parte de lobos en zonas que curiosamente se han ido despoblando por parte del ser humano.

El lobo es una especie interesante desde el punto de vista turístico. Proyectos generados en nuestro país y en Europa así lo atestiguan. Este animal como otros muchos, son el recurso de muchas zonas turísticas, siempre y cuando sea un turismo racional y sensato, además de coherente con la conservación de estas y otras especies, en definitiva sostenible.

Todas estas razones ecológicas, turísticas, etc., son más que suficientes para que este gobierno o los que los hagan en un futuro, se tomen en serio de una vez la conservación del lobo en Extremadura, sin remilgos ni presiones, porque lo contrario será dar la espalda a una especie a la que le debemos mucho más que quienes las desmitifican con historias, fabulas y cuentos que nada tienen que ver con la verdadera biología del lobo.

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