El PP dice que «se pedirá ayuda a Europa si se tiene que hacer», pero afirma desconocer la solicitud realizada por la Junta al respecto
Varias ovejas en un establo.
fiebre catarral ovina, más conocida como lengua azul, que afecta ya a 12 municipios onubenses, además de en otras provincias como Cádiz, Málaga y algunas localidades sevillanas. El Ministerio de Agricultura ha dictado la vacunación obligatoria de la cabaña ovina y bovina de estas zonas y la Consejería del ramo ha activado el protocolo para ello.
E l presidente de Asaja-Huelva, José Luis García-Palacios, remarcaba ayer que es «injusto» que el agricultor tenga que sufragar de su propio bolsillo las vacunas y lo consideraba como «una especie de petición de suicidio hacia la ganadería extensiva». En este sentido, manifestó que es la primera vez que se dan estas circunstancias, ya que, según recordó, cuando se iniciaron los problemas con la lengua azul, que es una enfermedad que lleva decenas de años instalada en la Península, «se sufragaron las vacunas porque era una medida obligatoria por parte de la Administración, pero esto ha ido decreciendo hasta el punto de que nos dejan con la normativa a cumplir».
Por ello, García-Palacios ha lamentado que en este caso «vuelve a estar presente la orfandad que tiene la ganadería extensiva concretamente en ovino y vacuno, ya que las vacunas las van a cubrir los ganaderos cuando se tratan de unas medidas puramente administrativas, que es la consideración que se puede tener de esta enfermedad». En este punto, insistió en que es «inocuo para el ser humano en cualquier proceso», así que «pagar tres o cuatro euros por vacuna por parte del ganadero es injusto para la ya deteriorada economía de la ganadería extensiva».
El presidente de Asaja-Huelva prevé que entre las tres provincias afectadas el número de cabezas susceptibles de vacunarse supera las 230.000 cabezas, por lo que el coste será «muy alto», por tanto pide a las administraciones «conciencia y sentido común para no tirar por la borda una joya, ya no sólo de la gastronomía sino de las conservación del medio natural como son las ganaderías extensivas».
De igual modo, apuntó que el índice de la transmisión de la enfermedad va a ser «bajo porque el frío hace que se inactive el principal vector de la enfermedad», por ello, lo que ha quedado claro a los ganaderos es que la administración «le ha dado la espalda» en este sentido.
Los municipios onubenses afectados son Almonte, Bonares, Cartaya, Calañas, Gibraleón, Lucena del Puerto, Niebla, Trigueros, Valverde del Camino, Villablanca, San Juan del Puerto y San Silvestre de Guzmán.
La Junta de Andalucía solicitó por carta hace unos días al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente que propusiera a las autoridades europeas la dotación de fondos para la implementación de sistemas de vigilancia para una detección precoz y la aplicación de medidas de lucha específicas, como las vacunaciones, ante posibles brotes de epizootias con origen en el norte de África. Al respecto, el presidente de la Comisión de Agricultura del Congreso de los Diputados, José Ignacio Llorens, aseguró que «se pedirá ayuda a Europa si se tiene que hacer», no obstante lamentó que la primera información sobre el asunto la han encontrado «en los periódicos», por lo que esperó que el Gobierno andaluz «actúe con más celeridad que la demostrada».
Por su parte, el presidente del PP provincial de Huelva y secretario de la Mesa del Parlamento andaluz, Manuel Andrés, señaló que su grupo ha presentado una iniciativa en el Parlamento andaluz con el fin de obtener información sobre las medidas que ha puesto en marcha la Consejería de Agricultura y Pesca para erradicar el virus de la fiebre catarral ovina.
En declaraciones a los periodistas antes de participar en un encuentro con miembros de la Comisión del Sector Agroalimentario de la Mesa por el Empleo de Huelva, González valoró la petición de los empresarios que «demandan la contribución económica de las administraciones para intentar erradicar esta enfermedad».