Costa Rica da un paso adelante en ganadería sostenible

 

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Es alrededor del mediodía. A lo lejos vemos una fila casi perfecta de vacas que caminan pausadamente del campo hacia la lechería del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE). El centro está ubicado en Turrialba, una cálida y húmeda ciudad principalmente agrícola que se ubica entre la capital y Caribe de Costa Rica. Pero hoy el día está fresco, y quizá por eso el hato va sin prisa a su cita con el almuerzo.

El CATIE es una institución académica especializada en agricultura y recursos naturales y su Finca Comercial cuenta con más de 600 hectáreas dedicadas al cultivo de árboles, café y caña de azúcar, y otra parte a la ganadería de leche y de carne.

La finca posee 135 vacas para la producción de leche, las cuales se ubican en 73 ha manejadas de forma excepcional. En ellas se implementan prácticas de producción sostenible y responsable para conservar los recursos naturales, mitigar la emisión de gases de efecto invernadero, brindar un trato humanitario al ganado y asegurar los derechos y el bienestar de los trabajadores. Gracias a estos esfuerzos, la Finca Comercial del CATIE se convirtió en la primera de Costa Rica en recibir la certificación Rainforest Alliance para producción ganadera sostenible, y se une así a un selecto grupo de fincas en Brasil y Guatemala que ya ostentan el sello de la ranita.

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Visitamos la ganadería para aprender todo lo que la hace diferente de una “convencional”. Alrededor del mundo, la ganadería genera entre el 14,5% al 18% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, principalmente gas metano y óxido nitroso, los cuales son más perjudiciales que el CO2. Asimismo, es la primera causa de deforestación en los países tropicales y está asociada con el maltrato animal.

Para empezar, nos contó Alejandro Molina, el administrador de la finca, el CATIE cuenta solo con razas de ganado adaptadas al trópico, las cuales son más longevas y productivas. También pastorean más, lo que favorece una dieta más natural, digestible y barata, ya que requieren menos concentrado.
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Sus vacas lecheras pasan la mayor parte de la jornada en el campo y consumen un promedio de 40 kg de pasto fresco por día. Y no es cualquier pasto. Como parte de las mejoras implementadas para la certificación Rainforest Alliance, la finca siembra hierbas más digestibles, utiliza fertilizante orgánico y manejan los pastizales de forma rotativa, para evitar que se degraden rápidamente.

El resto de su dieta consiste en 5 kg de concentrado mezclado con pasto seco, miel y minerales. Molina dice que esto es como un manjar para ellas.

Fuente noticia: http://thefrogblog.es