Berodia (Cabrales), Emilio G. CEA El enésimo ataque del lobo en la comarca se cebó esta vez con el ganadero de la localidad cabraliega de Berodia Carlos Mier, cuya cabaña ha sufrido sendas embestidas en los últimos días que han terminado con un buen puñado de bajas entre cabezas de ganado muertas, desaparecidas y heridas.
El primer ataque que afectó al diezmado rebaño de ovejas propiedad de su hijo tuvo lugar hace diez días, dando como resultado seis ovejas desaparecidas, dos muertas y otras dos heridas. Un segundo ataque del lobo acaecido el pasado martes finalizó con dos ovejas heridas, cuatro desaparecidas y otras dos muertas.
«Las ovejas heridas tienen pequeñas marcas en las patas. El ataque lo debió de llevar a cabo un cachorro pequeño», asegura Mier. El ganadero mostró su pesar, pues los ataques se produjeron en zonas de difícil acceso, que impiden certificar la totalidad de las bajas contabilizadas. A esto, dijo, hay que sumar la rápida actuación de los buitres.
«Con todo lo que está pasando a los ganaderos se nos está acabando la paciencia. Debemos hacer públicos todos los ataques que sufrimos para que la gente sepa de nuestro problema», añadió este ganadero. Mier y su hijo subieron el ganado a los pastos del monte de Berodia, ubicados a más de una hora a pie de la localidad cabraliega, hace aproximadamente mes y medio. El año pasado fueron un total de ocho las bajas contabilizadas entre sus ovejas. «Mi hijo comenzó hace unos años con un rebaño de sesenta y pico ovejas que, a día de hoy, son cuarenta por los ataques del lobo», dijo.