El lobo mata a tres vacas en el Parque de los Picos de Europa

TERRY BASTERRA

El lobo mata a tres vacas en el Parque de los Picos de Europa

Según aseguran los ganaderos los ataques se han producido en la zona del Espadañal, en Cangas de Onís. Otras cinco reses están desaparecidas

Si la semana pasada los ataques del lobo en la comarca del Oriente de Asturias se cebaron con la cabaña ganadera del concejo de Onís, estos días la voracidad de cánido se está dejando sentir en el vecino municipio de Cangas de Onís. Y es que según han comunicado varios pastores, el martes el depredador acabó con la vida de tres vacas en la zona del Espadañal, dentro del Parque Nacional de los Picos de Europa. Además otras cinco reses siguen sin haber sido localizadas desde entonces.

Aunque éste no es el único ataque que ha sufrido la cabaña ganadera del Oriente de Asturias durante esta semana. Según aseguran ganaderos pertenecientes a la plataforma ‘Con lobos no hay paraíso’, al menos el lunes se produjo otro ataque. Éste tuvo lugar en la zona de Veranzas, en el concejo de Onís, y se saldó con la muerte de una novilla y un potro, además de haber desaparecido varias ovejas que también se encontraban pastando en las proximidades de este entorno.

Ganaderos veteranos de la zona oriental como Valeriano Remis, presidente de la Identificación Geográfica Protegida (IGP) ‘Ternera Asturiana’, alertan que «este año va a ser un desastre porque hay muchos lobos y están atacando al ganado nada más que se han subido los animales al puerto». Remis asegura que «el problema es muy gordo y si no se hace algo a los ganaderos no nos va a quedar otra que salir a la calle».

Y es que los ánimos entre este colectivo están muy caldeados, más aún cuando son varios los pastores que aseguran desconocer cuándo se van a retomar las batidas de lobos anunciadas por la consejera de Agroganadería y Recursos Autóctonos, María Jesús Álvarez, en las sierras de Cuana, Ibéu y el Cuera, después de que éstas fueran suspendidas la pasada semana tras de dos intentos fallidos en los que no se avistó al que se ha convertido en el enemigo público número uno de los ganaderos de la comarca.

Malestar y desánimo

Este malestar es consecuencia de varias cosas. Por un lado la crisis endémica que persigue al campo desde hace años y que se ha visto recrudecida por el contexto global, por otro la poca agilidad de la Administración a la hora de abonar las indemnizaciones por los daños del lobo, y por último el desasosiego que provoca a estos profesionales del campo descubrir los cadáveres de sus animales desgarrados por las fauces del cánido. Estos tres aspectos, sumados al sentimiento que albergan numerosos pastores de la zona respecto a que los poderes políticos no están haciendo todo lo que está en su mano para solucionar el que es uno de sus principales problemas, hace que el enfado y el desánimo sean cada vez más una constante entre estos profesionales del campo.

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