El lobo mata dos ovejas en Cañedo, a escasos metros de los molinos de La Veiga

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Los vecinos alertan de que los cánidos deambulan por el día por áreas turísticas como la de la Ruta de los marineros.

13.11.2013 | 01:31

Cañedo (Pravia), Mónica G. SALAS  El lobo ha llegado hasta Pravia, pero parece que con la intención de quedarse. No ha transcurrido apenas una semana desde el último ataque en Quinzanas y el concejo ya ha vuelto a convertirse en víctima de los cánidos. La nueva incursión tuvo lugar el sábado en una finca de Cañedo, situada próxima a los molinos harineros de La Veiga (una de las instalaciones más visitadas del municipio por parte de los turistas) y se saldó con la muerte de dos ovejas preñadas.

Según su propietaria, María Illoana Díaz, el ataque tuvo lugar sobre las ocho de la mañana del sábado, momento en el que recibió el aviso de uno de sus vecinos. «Cuando llegamos -su casa está a un kilómetro de la zona donde se encuentra el rebaño-, dos de ellas estaban totalmente destrozadas, con sus corderinos fuera muertos», cuenta Díaz, muy afectada por lo ocurrido. Y se explica: «Yo respeto a los lobos si están en el monte, pero lo que no consiento es que maten a mis ovejas. Porque para mí son más que animales, todas ellas tienen su nombre y a muchas les he tenido que dar el biberón. Les tengo cariño».

Este nuevo ataque se produce, según Díaz, después de que varios vecinos llamasen a los guardas al haber avistado a cuatro lobos «grandes» en la zona. Pero «nos tomaron a pitorreo. Ponían en duda todo lo que les decíamos», protesta la mujer, que cree además, que la presencia del lobo en Pravia en estas últimas semanas se debe «a los cánidos que soltó el FAPAS (Fondo para la Protección de los Animales Salvajes) hace poco por el Pico Cueto. Sus responsables lo niegan, pero varios vecinos lo han visto», asegura.

Con todo, el temor ya está extendido por el concejo. El ataque en Corralinos, Quinzanas y ahora también en Cañedo se puede volver a repetir en cualquier momento. De hecho, «el mismo sábado del suceso, a las tres de la tarde, vimos a un lobo, que se veía que estaba bien alimentado, comiendo a la oveja que ya habían matado por la mañana», indica María Illoana Díaz. Y ésta no es la única razón para alarmarse. «Ya bajan por el día por la Ruta de los Marineros pravianos por la que camina gente todos los días», añade.

Tras lo ocurrido, la propietaria de la finca afectada avisó a los guardas para dar cuenta del ataque. Aunque en esta ocasión, dice, se han comprometido a solicitar una batida a la Consejería de Agroganadería y Recursos Autóctono del Principado de Asturias, el argumento parece ser siempre el mismo. «Nos dicen que tenemos que reforzar el cierre y guardar a los animales. Pero esa no es la solución y al final nos obligarán a tener que deshacernos del ganado, porque llega un momento en el que no es rentable. Aparte de que ya tienes miedo hasta a salir de casa. Porque dicen que no atacan a las personas, pero también afirmaban que no comían animales muertos y lo han hecho», lamenta.

 

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