aqui: firmaAustralian dedicated serverasturianofuncionamiento problema cualquiertiene europeas autoridadesachieve goal mainparaFree godaddy hostinglobo

El lobo, víctima y verdugo

La necesidad de controlar las poblaciones para reducir daños cierra la posibilidad de incluir la especie en el catálogo de fauna amenazada, como piden los conservacionistas

30.01.2014 | 01:57

Concentración de ganaderos el pasado 28 de noviembre en protesta por los daños del lobo.

Concentración de ganaderos el pasado 28 de noviembre en protesta por los daños del lobo. Miki Lopez

Oviedo, M. J. IGLESIAS La revisión del Plan de Gestión del Lobo, que será aprobado en febrero por el gobierno del Principado, según las previsiones de la consejería de Agroganadería, mantendrá el actual estatus de la especie en Asturias, donde no es ni protegida, ni cinegética, a fin de posibilitar el control de poblaciones que se saldó en 2013 con 38 ejemplares abatidos con autorización administrativa.

El Principado descarta incluir a los cánidos en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas. Lo justifica en la situación de los lobos en el territorio asturiano y en la necesidad de aplicar medidas de control. En 2013 se estableció un cupo máximo de 66 ejemplares, de los que se eliminaron 38, el récord en once años. El ejecutivo regional descarta, por tanto, aplicar al lobo la ley de 2007 sobre el patrimonio natural, que prohíbe inquietar, matar y molestar a la fauna previamente catalogada.

Desde la aprobación, a finales de diciembre de 2002, del Plan de Gestión del Lobo en Asturias en los controles poblacionales efectuados se abaten una media de 16 lobos anuales, aunque existe una gran variabilidad interanual que van del pico máximo de 38 lobos, el año pasado, frente a los 6 lobos abatidos en 2011, cuando gobernó Foro Asturias, que es la más baja del periodo. A esos datos de mortalidad provocada por el hombre se suman unos 10 lobos anuales fallecidos por otras causas.

Los controles, que los ganaderos ven con buenos ojos, agobiados por las bajas que causan en la cabaña los ataques de lobos al ganado -cifrados en un millón de euros anual- son rechazados por las organizaciones conservacionistas que lamentan que se pierde la oportunidad de definir con más precisión el papel que juega el lobo en el ecosistema regional.

La abogada Laura López Varona, representante de las asociaciones ecologistas en el Patronato del Parque Nacional de los Picos de Europa y vicepresidenta de la Asociación para la Defensa Jurídica del Medio Ambiente «Ulex», considera que el lobo debería figurar en el listado de especies silvestres con régimen de protección especial. «Con la situación actual es difícil aplicar el código penal y establecer un castigo cuando se mata un lobo sin autorización previa», señala la letrada. Actualmente la caza de un ejemplar acarrea una multa por infracción. «Y la mayor parte de los casos ni se llega a ella, por eso pensamos que debería prohibirse expresamente matar lobos», indica. López Varona alude a la directiva europea extrapolada a la normativa española, que considera al lobo ibérico de interés comunitario y cuya conservación es uno de los argumentos que sustentan parte de las ayudas medioambientales a la ganadería.

El Plan del Lobo de 2002 obligaba a que, a los cinco años se promoviese una revisión general del documento para definir los logros alcanzados y establecer nuevos objetivos. El nuevo documento no contiene ninguna definición de logros y los objetivos son idénticos a los ya establecidos entonces. «Si no se ha alcanzado ninguno, entonces habría que analizar las causas de los fracasos», indica López Varona.

Los colectivos ecologistas asturianos tampoco pasan por alto que casi ninguna explotación agraria se acoge a la solicitud de subvenciones para incorporar a sus explotaciones cercados como medios de prevención de daños producidos por especies silvestres. «Tampoco acuden a la convocatoria de subvenciones a las Entidades Locales del Principado de Asturias aprobada para actuaciones de protección contra ataques de animales silvestres», resalta López Varona. Lo que demuestra, a su modo de ver «que no existe demasiado interés en evitar los ataques de lobo sobre las ganaderías», insisten.

Los colectivos conservacionistas también califican de «fracaso» la política de indemnizaciones por daños. Aseguran que cuando el ganado está abandonado a su suerte en el monte, enfermo, en condiciones climáticas lamentables para su salud, «concurre la culpa del damnificado, que se convierte en corresponsable de los daños por causa de la falta de ejercicio profesional de su labor en calidad de titular de la explotación ganadera y propietario de los animales», según lo previsto en la Ley de Modernización de las Explotaciones Agrarias, que establece el número de horas de jornada diaria que deben dedicar a la actividad los ganaderos profesionales y a título principal de las ganaderías de la región.

«El pago de compensaciones está propiciando que los ganaderos sean indemnizados independientemente de la diligencia que desplieguen como profesionales en el cuidado de sus reses», señala López Varona. El documento establece como novedad la realización de estudios sobre el papel del lobo en los ecosistemas asturianos y en su relación o incidencia sobre otras especies silvestres.

En este punto, el Principado plantea cooperar con instituciones de investigación que puedan aportar conocimientos que mejoren la gestión de la especie, así como promover la implicación de sectores que, como el cinegético, tienen una amplia implantación territorial, en la realización de actividades que, como el seguimiento de los animales, repercuten en el mejor conocimiento del lobo.

En el Parque Nacional de los Picos de Europa, cuya gestión se desarrolla de manera coordinada con las comunidades autónomas limítrofes de Cantabria y Castilla y León, las medidas anuales de actuaciones incorporarán el plan anual de control de fauna silvestre que aprueben cada año los órganos de gestión del espacio, en lo que afecta a la especie.

Precisamente este año, los presupuestos no se han aprobado y por tanto, no existe partida oficialmente habilitada para el pago de los daños, una cuestión que preocupa de manera especial a los ganaderos.

La población ibérica de lobos se estima en más de 300 manadas o grupos, de los cuales del orden de treinta habitan en la región. El área de distribución de la población noroccidental ibérica se sitúa en torno a los 140.000 kilómetros cuadrados, mientras que el área de distribución habitual en Asturias está próxima a los 7.500 kilómetros cuadrados, en los que se reparten unos 300 ejemplares.

Tomando como base la cantidad de daños registrados en la cabaña ganadera del Principado, Joaquín López, secretario general de la Unión de Campesinos Asturianos (UCA), afirma que «Asturias tiene tantos lobos como Francia e Italia juntas. Últimamente se están viendo ataques hasta a las vacas que es algo que no es habitual», señala este representante agrario.

Desde 2003 se realizan necropsias al conjunto de lobos muertos en Asturias, lo que permitido reunir una gran información sobre el estado sanitario de la población. Por eso se sabe que aunque los lobos están en contacto frecuente con distintos agentes patógenos, los casos con afección clínica detectados son escasos. El porcentaje más elevado aparece en la sarna con un 16 por ciento.

El Plan de Gestión del Lobo en Asturias tiene como finalidad la conservación de la especie en el ámbito regional, manteniendo un nivel poblacional adecuado en el marco de la preservación de la población noroccidental ibérica de lobos en un estado de conservación favorable, compatible con el desarrollo de las explotaciones agrarias, de modo que la especie pueda llegar a ser un elemento al servicio del desarrollo rural y aceptada por la sociedad en su conjunto.

Fuente noticia: http://www.lne.es