El pago de los daños causados no puede ser nunca inmediato, responde la Junta

José Ángel Arranz, director del Medio Natural de la Junta. DL

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«Cuando un lobo mata a una res, la Junta de Castilla y León no puede indemnizar al ganadero de manera inmediata porque, entre otros, hay que probar que existe la responsabilidad patrimonial» que, además, supone un complejo trámite. Con estas palabras responde el director general del Medio Natural de la Junta de Castilla y León, José Ángel Arranz, a la petición de las organizaciones profesionales agrarias de que se hagan pagos inmediatos tras los ataques de lobo. Las indemnizaciones vía responsabilidad patrimonial conllevan una tramitación que, actualmente, ronda los diez u once meses y que la Junta se ha comprometido a revisar para acortar plazos, en los casos de ataques de lobos a la ganadería. Asegura Arranz que se «va a intentar establecer unos parámetros más claros y agilizar los procedimientos» con la revisión del Plan de Gestión y Conservación del Lobo Ibérico, pero recuerda que el ganadero tiene en su mano la posibilidad de obtener una indemnización muy rápida a través de la suscripción de un seguro contra ese riesgo, una medida que está financiada por la Junta y con la que, según Arranz, cuenta un alto porcentaje de ganaderos, pero para aquellos que no quieran optar por esta vía, la Administración, junto con el sector, ya busca «fórmulas» para que los pagos sean más rápidos, «aunque nunca habrá pagos directos».

14 expedientes

Desde que en marzo, el Tribunal Supremo sentenció que la Junta se debía hacer cargo de los daños ocasionados al ganado por el lobo al sur del Duero (donde la especie es protegida), la Administración autonómica está tramitando 14 expedientes de las provincias de Ávila, Segovia y Salamanca, aunque aún no ha efectuado el pago de ninguno de ellos, puesto que los expedientes aún no se han cerrado. En cualquier caso, afirma contundente, el director general del Medio Natural, la Junta «nunca» negó esa responsabilidad patrimonial.

Con la revisión de este Plan, explica, se busca «mejorar» aquellos puntos que no se han llegado a cumplir, el principal, que «los daños continúan y hay que rebajarlos», por otro lado, se da respuesta a la doble sentencia del Supremo que dejó sin efecto los artículos relativos a la caza de la especie al sur del Duero y que obliga a la Junta a las indemnizaciones vía patrimonial en esta zona. Ambos quedan recogidos «de manera clara» en el texto que tendrá, desde su punto de partida, «todas las garantías jurídicas».

Otro de los objetivos incumplidos es que los cupos que, anualmente, la Junta autoriza que se puedan cazar se cumplan, es una demanda histórica de los cazadores que piden que, por cada ejemplar, se autorice más de una batida, pues es complicado matar un lobo en una sola salida al monte. Todo ello al norte del río Duero, estos cupos, recuerda Arranz, «son cupos técnicos compatibles con la sostenibilidad, pero es complicado llevarlos a efecto», de hecho, «no se ha conseguido llegar a cumplirlos». Para lograr la convivencia entre el ganado y el lobo, la revisión del Plan plantea trabajar sobre todo al sur del Duero, ya que al norte, donde se está mas habituado a convivir con la especie, «hay modalidades de pastoreo pensando en el lobo y hay menos problema». Al sur, añade Arranz, donde la especie es «nueva» es donde «hay mas problemas» y «hay que ajustar los sistemas de pastoreo y eso se puede hacer en el marco de las ayudas que la administración en marcha».

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