EQUO manifiesta su oposición ante el Principado de acabar con más Lobos

EQUO Asturias lamenta profundamente y manifiesta su oposición más frontal a la intención del Principado de acabar con los lobos en las sierras del Cuera, Ibéu y Cuana, que responde únicamente a satisfacer intereses privados por encima de los intereses generales en materia de protección del medio ambiente.

“No existe base documental alguna que justifique considerar estas zonas como de exclusión ya que se crearon muy recientemente a petición de los ganaderos, más bien al contrario: todas las zonas mencionadas han sido territorios del lobo, a excepción del nefasto y reciente, en términos históricos, período en que los alimañeros ejercían su labor. Por tanto, no se puede afirmar que la especie esté colonizando nuevos territorios; en todo caso, lo que está acometiendo, es la recuperación de los espacios donde fue exterminado en épocas históricas poco o nada lejanas en el tiempo” comenta Adrián Blanco Co-Portavoz de EQUO.

Por otra parte, desde EQUO Asturias entendemos que cuando el Plan de Gestión menciona “zonas libres de lobos”, hace referencia a la no existencia de manadas estables en el momento en que se elaboró dicho Plan. No así a que esas zonas deban perdurar intactas en el tiempo o a que se deba coartar en modo alguno la expansión natural de la especie, cada vez más desplazada, por la acción humana, a las pocas zonas deshumanizadas donde puede vivir y desarrollarse sin soportar la presión de las diversas actividades que desarrollamos en el entorno.

Desde Equo Asturias se señalan además las nefastas consecuencias que este tipo de gestión ha tenido tanto sobre la fauna silvestre, como sobre la mayor incidencia de ataques en el ganado que estos “controles”, siempre a golpe de escopeta, han propiciado. Es un hecho constatado por numerosos expertos, el que, al no ser un método selectivo, al disparar sobre ejemplares que no han sido previamente seleccionados a tal fin en base a criterios científicos, sino sobre el primer ejemplar que se pone a tiro, finalmente,el prentendido “control” resulta contraproducente, pues se desequilibra al grupo de forma tal que los cachorros no aprenden a cazar y se aumenta así el número de ejemplares que no son capaces de cazar piezas silvestres, atacando entonces con mayor frecuencia al ganado doméstico, presa fácil, y provocando además la sobrepoblación de especies dañinas para los cultivos, como el jabalí.

Cabe resaltar que la sierra del Cuera, se encuentra, además, dentro del área de influencia socioeconómica del Parque Nacional, y, por tanto, en virtud del Real Decreto 1229/2005, recibe ayudas destinadas a “la promoción del desarrollo sostenible, es decir, un desarrollo económico y social que sea compatible con la protección y mejora del medio ambiente”. Por tanto, la decisión de la Consejería de Agroganadería, a entender de EQUO Asturias, no sólo prescinde de cualquier criterio de carácter medio-ambiental, sino que además contraviene la legislación vigente en éste y otros puntos. Así, la ley 42/2007, art.58.1 y la Directiva de Hábitats, art.16, dicen que para matar un lobo tiene que constar que no hay otra solución satisfactoria. Y esto lo tienen que comunicar a la Directiva: justificar con un informe a la UE las medidas excepcionales, motivos, riesgos, soluciones alternativas adoptadas, y justificación científica.

Incluso para las excepciones que se puedan contemplar en la Directiva Europea, art.15, se prohibe la desaparición local de una especie. Además, se prohíben métodos masivos, participación de cazadores locales, que sea en época de cría, etc.

“Desde Equo Asturias entendemos que esta decisión responde únicamente a satisfacer los intereses privados del sector ganadero de la zona y se da la circunstancia, además, que muchos de ellos producen carne bajo la etiqueta “ecológica”, algo que choca frontalmente con su exigencia de eliminar fauna silvestre bajo criterios puramente económicos” Continúa Blanco.

Equo Asturias hace un llamamiento a la Consejería, para que, lejos de llevar a cabo esta acción, contraproducente y prevaricadora a ojos vista, cumpla con mayor rigor y ejemplaridad lo dispuesto en el Plan de Gestión, recuperando la idea original de ser un plan para el mantenimiento de la especie y para conseguir la compatibilidad de la actividad humana con su conservación, propiciando la implantación de medidas preventivas, ampliamente conocidas, que disminuyan la frecuencia e importancia de los ataques, agilizando tanto la tramitación como el pago de daños ocasionados y en definitiva, estableciendo los cauces adecuados, para que la conflictividad social de un único sector no sea el criterio principal que decida la supervivencia o extinción, directa o indirecta, de esta emblemática especie.