- Al menos ésta es la impresión con la que salieron del encuentro los representantes de las organizaciones agrarias y el de la Federación Asturiana de Concejos, que no fue otro que el alcalde de Peñamellera Baja, José Manuel Fernández. «El nuevo plan podría ser más ambicioso. Permite abatir al lobo en cacerías con la presencia de guardas, que es un avance que permite ganar en eficacia, pero pienso que sólo se va a autorizar en casos excepcionales», manifestaba tras la reunión Joaquín López, secretario general de UCA. Similar es la opinión de la secretaria regional de COAG. «El plan no va a suponer cambios importantes. Hay pequeñas mejoras como la posibilidad de que cazadores y guardas puedan abatir lobos en casos puntuales», indicó Mercedes Cruzado. Ambos representantes de las organizaciones agrarias lamentaron que el problema de los ataques del lobo no sea percibido de igual manera por la población de la ciudad que por la del campo, que a fin de cuentas es la que lo padece, y echan en falta el apoyo de estos otros asturianos ya que aseguran que la situación actual «es insostenible».
El procedimiento de tramitación del nuevo plan será el siguiente: el plan se publicará en el BOPA tras lo cual se abrirá un plazo de alegaciones, una vez resultas y estimadas las que se consideren oportunas el texto se presentará a la Junta para su debate y posteriormente deberá ser el Consejo de Gobierno quien lo apruebe de manera definitiva.
Desde Agroganadería se asegura que el borrador del texto «pretende ser más eficaz, en particular, en todo lo referente a los procedimientos de control de la población». La directora general de Recursos Naturales, Fina Álvarez, asegura que «nuestras tasas de lobos a controlar se encuentran dentro del rango como tasas de extracción para poblaciones sostenibles». Unas cifras que «no son sensiblemente diferentes a las que, por ejemplo, deberían establecerse si la especie fuera cinegética»
Hasta alcanzar el cupo
Álvarez manifestó que «para alcanzar esas tasas de lobos abatidos se requiere un importante esfuerzo por parte del personal de la guardería». Por ello el Principado pretende incorporar nuevas formas de control «que permitan una mayor agilidad y aplicación según las necesidades de cada momento en cada zona de gestión». Y aquí es donde, entre otras medidas como podría ser fomentar la presencia de ungulados, se permitiría a guardas y cazadores abatir lobos en casos «excepcionales» en aquellas zonas donde no se haya alcanzado el cupo de ejemplares extraídos previsto en el Plan del Lobo. Para este 2013 el programa de control permite abatir hasta 66 ejemplares de los que hasta el momento se han eliminado 32, siendo la cifra más alta desde que existe un plan de gestión sobre esta especie, según el Principado. Para el año que viene no se prevé que haya grandes variaciones sobre la cifra máxima de cánidos que se podría extraer.
A la reunión de ayer no acudió ningún representante de los colectivos conservacionistas, un hecho que desde alguna organización agraria se interpretó como «un desprecio a lo que se iba a debatir y un insulto al colectivo ganadero». Ya fuese por ese motivo o por otro distinto no es ningún secreto que los ecologistas no están de acuerdo con el documento que se está tramitando y no sería descartable que lo llevasen a los tribunales con el fin de lograr su anulación.
Parte de los asistentes que acudieron ayer a la reunión del consejo del lobo. :: JESÚS DÍAZ