La ley de Montes podría prohibir la entrada a bosques mientras se caza

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La nueva ley de Montes que se está redactando en el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente podría incluir por primera vez la prohibición expresa de que cualquier persona entre a aquellas zonas de los boques en las que se esté celebrando una acción de caza hasta que esta no haya terminado. Esta es una de las muchas alegaciones que los cazadores han planteado a representantes del ministerio desde que el pasado marzo se presentara el borrador del nuevo texto legislativo  y que, según declaran desde la Oficina Nacional de Caza (colectivo que agrupa a siete federaciones y que representa a más del 70% de los aficionados españoles) ha sido aceptada. Esto significa que, de no haber cambios significativos durante los próximos meses de tramitación del borrador, una vez que el texto definitivo se apruebe y entre en vigor -hacia mediados del año que viene- los cazadores tendrán exclusividad de uso en batidas, cacerías, monterías y otras acciones cinegéticas autorizadas.
Ahora, siempre que se organiza una de estas actividades, los cazadores están obligados a informar del perímetro que van a ocupar en Ayuntamientos y en la Guardia Civil, así como a señalizar los accesos y a poner un cartel en el que se advierta al paseante o excursionista del peligro que corre. Sin embargo, si la futura Ley de Montes recoge la exclusividad del uso, los organizadores podrían poner un cartel en el que en lugar de limitarse a advertir, se prohíba expresamente el paso, de manera que si alguien lo infringe porque quiere pasear, coger setas o hacer una ruta en bici por esa misma zona, lo hace bajo su responsabilidad y sabiendo que tenía prohibido el paso.
El presidente de la Federación de Caza de Castilla y León, Santiago Iturmendi, ha participado en muchas de las conversaciones y foros celebrados en relación a esta y otras cuestiones de la nueva ley y explicó que esta modificación legislativa «es una cuestión de sentido común y, sobre todo, de seguridad para el ciudadano, sobre todo cuando se trata de caza mayor». En este sentido, Iturmendi recalcó que los cazadores que participan en estas actividades cinegéticas están pendientes de los tiradores que tienen próximos, pero destacó que no pueden responder ante imprevistos como la aparición silenciosa de alguien caminando o buscando setas. «Con lo grande que es el monte, no creo que pase nada porque quien quiera dar un paseo o hacer una ruta en bici se busque alternativas. Las manchas [zonas que ocupan los cazadores] no superan las 300 o 400 hectáreas y se trata de su propia seguridad. Creo que es cuestión de sentido común y voluntad».
Paseantes, aficionados a las setas y ciclistas serían los ciudadanos más afectados en caso de que este matiz llegara a incluirse en el texto definitivo, por lo que hay colectivos que ya se están moviendo para tratar de alcanzar un acuerdo que satisfaga a todos. De hecho, Santiago Iturmendi afirmó que ya  ha recibido una carta «del presidente de la Federación de Asociaciones de Bicicleta de Montaña de Castilla y León para tratar esta cuestión». Otros, como la Federación de Asociaciones Micológicas de Castilla y León prefieren no pronunciarse. El presidente de este colectivo, Enrique Fernández, aseguró a este periódico que «preferimos no opinar hasta que no se nos facilite el borrador oficial en el que se recoja esta prohibición».
Sin embargo, tanto Iturmendi como el presidente de la federación burgalesa, José Antonio Calzada, afirmaron que es fundamental que se acabe con el «actual vacío legal» porque, subrayaron, hay discusiones con frecuencia por este tema y, sobre todo, con los buscadores de setas. ¿Por qué?Porque un paseante o un ciclista puede buscar otra ruta alternativa sin dificultad, pero los amantes de la micología suelen acudir a sitios muy concretos y, según señalan ambos cazadores, a medida que se incrementa el interés por las setas, hay más confrontaciones con los cazadores apostados en esos mismos lugares. Desde la federación micológica de Castilla y León, sin embargo, rebaten estas críticas asegurando que los métodos que se emplean ahora para señalizar las zonas de caza, son mejorables. El presidente, Enrique Fernández, explicó que «si yo no entro en el Ayuntamiento, puedo no enterarme de donde va a haber balas, así que no es que no se respeten las señalizaciones que ponen los cazadores, sino que es que muchas veces, no nos enteramos de que están allí». Fernández añadió que él mismo se ha llevado algún susto mientras buscaba setas, por lo que, repitió «considero fundamental que la ley haga un esfuerzo en mejorar este punto, en exigir que se dé información en puntos del municipio ubicados fuera del Ayuntamiento o en un único camino de acceso».

Los dueños deciden

Los cazadores insisten en que ese matiz de la exclusividad de uso que se supone va a introducirse en la ley, acabaría con las confrontaciones entre cazadores y otros colectivos. «No se trata de poner puertas al campo, sino de priorizar las actividades y los aprovechamientos», señaló el presidente del gremio en Castilla y León.
¿Y quién debe decidir que usos tienen la prioridad? El propietario del monte en cuestión. Y en este punto, no está del todo claro qué criterios se van a seguir a la hora de decidir sobre una cosa u otra. Hay quienes opinan que, teniendo en cuenta los ingresos que genera la caza para la Administración o para los propietarios de los terrenos, siempre se les dará prioridad frente a otros como excursionistas o ciclistas, que acuden por pura afición, o los aficionados a la micología que, aún pagando por recoger setas, no abonan las mismas cantidades. «La caza son dos días al año, pero los seteros pueden ir al monte muchísimos días al año. Creo que es solo cuestión de voluntad», concluyó Santiago Iturmendi.
Está previsto que los colectivos afectados o interesados en el contenido de la nueva ley de Montes celebren más reuniones con el ministerio para afinar flecos pendientes, aunque el período para presentar alegaciones ya ha terminado. En cualquier caso, si alguien tiene interés en consultar el último borrador que se ha hecho público hasta la fecha (el 4.1), puede consultarlo en la web del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente o en distintas páginas de internet.

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