LOS COLECCIONISTAS DE MUERTE

Rocio Fdez Encontrado en La Genicera, Leon

Cabeza de lobo fotografiada en las dependencias de la Guardia Civil.

 21/04/2014

Los hechos sucedieron hace aproximadamente un mes. Vecinos de la zona de Genicera, al norte de León, encontraron el cadáver de un lobo, recién muerto por disparos, y con la cabeza cortada, alertando a continuación a la Guardia Civil. Los furtivos tuvieron que abandonar su preciado trofeo al oír gente en los alrededores, dándose inmediatamente a la fuga. Parece ser que no han encontrado a los culpables. Nos informan también que ésta es una zona elegida por los furtivos, en la cual delitos como éste no son un caso aislado.

Este lobo ha sido muerto y decapitado ilegalmente. Su muerte no será contabilizada ni restará una unidad al cupo de 137 lobos que este año tiene previsto eliminar la Junta de Castilla y León. Pero no nos engañemos, este lobo no entendía de papeles. Para él y para el resto de su manada, que tendrá que sobrevivir a su pérdida como pueda, qué más da que el ser que separó la cabeza de su cuerpo porte o no una licencia bajo el brazo.

El lobo no se come. Su muerte, a manos de los seres humanos, no tiene justificación alguna como legítimo recurso. Por tanto, la legalidad e ilegalidad que nos ocupa va mucho más allá del furtivismo. Todos y cada una de las muertes  de un lobo, autorizados o no, perpretados por los gobiernos o por ciudadanos respetables o por delincuentes, son debidos a una de dos, o las dos motivaciones: venganza o placer por matar. Basta ya.

Basta ya de seguir encubriendo las lacras de una sociedad, basta ya de legitimar en pleno siglo XXI barbaries ancestrales, basta ya de seguir utilizando eufemismos. Hasta 137 cabezas como ésta colgarán de la mano de los «autorizados» mientras en la otra mano sostienen una autorización de la Junta de Castilla y León para seguir dando rienda suelta a una actividad cruel permitida desde tiempos inmemoriales. Y ni sabemos cuántas más lo harán de manos de los que no portan papeles oficiales, como este pobre lobito.

Ya es hora de que las cosas empiecen realmente a cambiar. Es hora ya de reflexión profunda y sincera y de llamar a las cosas por su nombre. Se acabó el tiempo de las máscaras de carnaval. No sirven ya excusas en nombre de los problemas de coexistencia. Éstos tienen soluciones y todos las conocemos. Es momento de que la ley y la política recojan y den forma a la voluntad de una sociedad sana, evolucionada y empática , que se horroriza al verse inmersa en un entorno legal donde continúa rigiendo la sinrazón y las ansias incomprensibles de una minoría. Al lobo no se lo puede matar. NO SE LO PUEDE MATAR. Que no, que decimos de una vez y por todas BASTA YA. Cualquier cabeza de lobo colgada de una pared tendría que ser considerado delito y perseguido por la ley. Cualquier lobo muerto tiene que ser considerado delito y perseguido por la ley. Y esto tiene un único nombre que también todos conocemos: LOBO ESPECIE PROTEGIDA POR LA LEY EN TODO EL TERRITORIO NACIONAL.