Medio Ambiente sanciona con dos años sin cazar a la asociación Montes de Cierzo

la medida se une a la imputación de cinco personas por envenenar aves en la ribera

TUDELA. El departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra ha resuelto sancionar a la asociación de cazadores y pescadores deportivos Montes de Cierzo con la suspensión, durante dos años, de la actividad cinegética. Esta medida es una de las tres de carácter administrativo que el departamento puso en marcha tras hacerse público el envenenamiento masivo de aves en los cotos de caza de Tudela y Cintruénigo, entre los meses de abril y julio de 2012.

Por esos hechos hay actualmente imputadas cinco personas, dos de ellas las que ostentaban la presidencia de los cotos afectados y las otras tres, un guarda de Montes de Cierzo y un vocal, y un quinto individuo de Tudela. A todos ellos, por una sentencia del Juzgado de Instrucción nº 2 de Tudela, se les prohibió el ejercicio de la caza y se les retiraron las licencias y permisos para este fin. Además, podrían enfrentarse a una pena de prisión de entre 14 meses y dos años, y una multa.

HECHOS A esas medidas cautelares solicitadas por los colectivos denunciantes de los hechos -SEO/BirdLife, WWF España y Ecologistas en Acción- se une ahora esta resolución, que forma parte de los tres expedientes sancionadores incoados por el Gobierno de Navarra: el de Montes de Cierzo, frente a la asociación de cazadores de éste y a la asociación de cazadores de Cintruénigo, respectivamente, por «no comunicar» al departamento la presencia de veneno y aves muertas en los cotos.

Antes de la resolución, la asociación de cazadores y pescadores deportivos de Montes de Cierzo presentó una serie de alegaciones que fueron desestimadas por el departamento del Gobierno de Navarra. Entre ellas, calificaban de «artimaña torticera» la incoación del procedimiento para perjudicar al colectivo. También apelaban a la presunción de inocencia. En ambos casos, la resolución es rotunda. Por un lado, se considera que la Administración ha ejercido sus funciones y ha velado por el principio de legalidad. En el segundo, se da como «acreditada documentalmente» por los atestados del guarderío forestal que «se han producido sucesos de envenenamiento y uso de artes prohibidas en el acotado». También se aprecia que la hipótesis de que la sociedad de cazadores ignorara los hechos, «queda desacreditada por el gran número de aves encontradas, por su dispersión, por lo prolongado del período en el que fueron apareciendo sus cadáveres y porque aparecieron en puntos fácilmente accesibles y de elevado tránsito», constatan.

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