Picos de Europa recuperará el Lago de Ándara, que desapareció hace un siglo.(Gestión del lobo)

Tras un año al frente del Parque Nacional, la consejera Blanca Martínez asegura que la restauración del estanque «marcará un antes y un después».

Picos de Europa recuperará el Lago de Ándara, que desapareció hace un siglo

El Pozo de Ándara, en el municipio de Cillorigo de Liébana, era hace un siglo un lago de 20.000 metros cuadrados / Alberto Aja

Fuente Dé y Sotama, dos puntos de referencia

Fuente Dé es la segunda puerta de entrada por la que más visitantes acceden a conocer el Parque Nacional. Según los datos parciales de los seis primeros meses –el balance anual no está cerrado–, por esa entrada pasaron hasta junio 175.710 visitantes. En comparación, por la de Lagos subieron 191.042 visitantes, 58.096 por la de Valdeón y 58.647 por Cabrales. En cuanto a centros de visitantes o puntos de información, el de Sotama, con 19.336 turistas, fue el más visitado; en la caseta de Fuente Dé entraron 1.414 personas y 419 en la de La Hermida. Otros puntos clave son los de Cangas de Onís (2.702), el Centro de visitantes Pedro Pidal (4.697), la Caseta de Buferrera (7.605), Poncebos-Ruta Cares (3.719), por Asturias, y Posada de Valdeón (205), Chorco de los lobos (499) y Oseja de Sajambre (230), por Castilla y León.

Mañana vence el año y el miércoles Cantabria cederá el testigo de la presidencia del Parque Nacional de los Picos de Europa. Durante 2013, Cantabria ha llevado las riendas de este espacio que ocupa 64.640 hectáreas de un terreno de la Cordillera Cantábrica que comparte con Asturias y Castilla y León: el territorio natural más visitado de España y en el que la gestión debe conjugar la conservación con el equilibrio sostenible de sus recursos y la población que vive en él. En ese simbólico traspaso de poderes, Cantabria deja sobre la mesa un texto muy avanzado del que será el Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG), así como los trabajos previos y el proyecto técnico para la recuperación del Lago de Ándara, situado en territorio cántabro y lugar que podría convertirse en un nuevo foco de atracción turística para el Parque Nacional.

El actual Pozo de Ándara era, en su origen, el tercer lago en extensión de los Picos de Europa, por detrás de los de Covadonga –el Enol y el Ercina–, en la parte asturiana. El de Ándara, al que se accede desde Tresviso, Bejes y Sotres, se encuentra dentro del municipio cántabro de Cillorigo de Liébana, pero en la actualidad se ha visto reducido a una poza, poco más que una charca, debido a las labores de desecho procedentes de las minas de Mazarrasa y Providencia –que se desarrollaron en su entorno durante la primera década del siglo XX–. Por un lado, la minería terminó colmatando el lago con escombros, y por otro, una voladura accidental provocó unas filtraciones que terminaron por desecar el estanque.

La recuperación del Ándara puede convertirse en uno de los proyectos estrella del Parque para los próximos años, según explica la consejera de Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural, Blanca Martínez, que ha ocupado este año la presidencia del Parque Nacional y bajo cuya dirección se han impulsado los trabajos previos para la restauración del lago.

«El proyecto es viable», asegura la consejera. «La actuación resultará compleja, pero lo importante es que se han sentado las bases para ir avanzando en las distintas alternativas o soluciones técnicas y en la financiación», señala Martínez para referirse tanto al coste –que según algunas fuentes podría superar los 200.000 euros–, como al sellado de las fisuras, al arreglo de los antiguos caminos mineros para el acceso de pequeña maquinaria o al posible impacto medioambiental que supone pasar de la actual charca en la vega de Redondal a recuperar las dimensiones del lago original.

Se estima que el Ándara tenía unos 325 metros de largo por 75 de ancho hasta completar una lámina de agua de unos 20.000 metros cuadrados, por lo que una vez recuperado se convertirá en el tercer lago más grande de Picos de Europa. Según la consejera, este proyecto marcará «un antes y un después» para el Parque en general, y para Cantabria en particular. Y a buen seguro, esa tercera gran bolsa de agua dentro del espacio protegido también atraerá visitantes.

El proyecto para la recuperación del Pozo de Ándara ya se contempla en el Plan Rector de Uso y Gestión, cuya redacción se ha agilizado a lo largo de este año. El impulso a la futura normativa permitirá que, a lo largo de 2014, se concrete un borrador técnico, antesala del texto definitivo, que rija y regule las actividades agropecuarias, el acceso de turistas y vehículos, la caza, la pesca y las edificaciones del espacio protegido. Un documento que viene demandándose desde que en 1995 se creó el Parque Nacional de los Picos de Europa, heredero del Parque de la Montaña de Covadonga.

Este espacio protegido ha conocido ya un puñado de borradores de planes normativos que se quedaron en simples bocetos, pero la consejera cántabra considera que en esta ocasión se han sentado por fin las bases del definitivo PRUG, cuya redacción estará terminada a mediados del próximo año. Por otra parte, se ha llegado a los necesarios acuerdos entre los representantes de las tres comunidades y de los colectivos implicados para que, a lo largo de 2014, se puedan dar los pasos necesarios para materializar el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) del Parque.

Proyectos Life

Blanca Martínez deja en la mesa de la presidencia del Parque Nacional seis proyectos Life –el instrumento financiero de la Comisión Europea para contribuir a la conservación de la naturaleza–. Uno de ellos es el de la reintroducción del quebrantahuesos para contribuir a la recuperación de la especie, desaparecida desde hace décadas en el entorno de los Picos de Europa, y que en la práctica implica soltar 30 ejemplares de aquí a 2018.

En la actualidad, al menos un ejemplar de esta ave en peligro de extinción ya sobrevuela las cimas del Parque Nacional. El del quebrantahuesos quizá sea el proyecto más llamativo, pero no hay que olvidar otros planes importantes como el referido al programa para la conservación del urogallo y su hábitat, el de la restauración de humedales, el de la mitigación de enfermedades infecciosas de anfibios o el de la conservación y manejo de poblaciones amenazadas de mariposas.

Gestión del lobo

Asimismo, se ha dado un gran impulso a la definitiva gestión del lobo en los Picos de Europa, con la contratación del biólogo asturiano Luis Llaneza. El grupo de trabajo que encabezará este experto de reconocido prestigio fijará unos criterios de gestión de la especie dentro del territorio, que satisfagan los intereses de todas las partes, desde ganaderos y asociaciones agrarias a ecologistas o representantes de los municipios incluidos en el Parque Nacional.

«El diálogo es el instrumento que nos aporta las mejores soluciones», asegura Blanca Martínez para expresar su deseo de que, con el asesoramiento y los conocimientos que aporte Llaneza, quede regulada y consensuada la presencia de este cánido salvaje en los límites del territorio. Seis manadas de lobos pululan actualmente en el territorio que ocupa el Parque Nacional de los Picos de Europa, aunque oficialmente no se sabe el número de ejemplares que puede tener cada manada. A la acción de esos lobos se achaca la muerte de 153 reses de distintas especies –este año ha sido el de mayor número de ataques al ganado vacuno en los últimos tiempos– y entre los datos se precisa que han sido 63 los terneros muertos dentro del espacio protegido, dos de ellos en Cantabria.

Precisamente, el Gobierno cántabro es la única de las tres administraciones implicadas en el Parque que compensa los daños por ataques de animales salvajes en su área de influencia, además de habilitar también ayudas socioeconómicas a proyectos o trabajos de ayuntamientos, juntas vecinales y particulares con el fin de revitalizar sus territorios dentro del Parque Nacional. De hecho, Cantabria acaba de autorizar el pago de 207.600 euros que se destinarán a administraciones locales (170.000), personas físicas (20.000) e instituciones sin ánimo de lucro (17.600) para una quincena de proyectos orientados, por ejemplo, a soterrar líneas eléctricas, mejorar las infraestructuras rurales, desbroces, rehabilitación de invernales, sustitución de cerramientos o proyectos de rutas ornitológicas autoguiadas.

Denegadas las ayudas a quince juntas vecinales de Liébana (Por Pedro Álvarez)

No todos los proyectos presentados por los ayuntamientos o juntas vecinales para percibir las ayudas del Gobierno han salido adelante. Se han denegado subvenciones a quince pedanías de la comarca de Liébana que aportan terrenos al Parque Nacional, y entre las razones esgrimidas predomina la limitación presupuestaria. Las juntas vecinales que no recibirán las ayudas solicitadas son las de Pendes, Bedoya, Castro Cillorigo, Bejes, Cabañes y Armaño –en el municipio de Cillorigo de Liébana– y las de Brez, Mogrovejo, Tanarrio, Argüébanes, Pembes, Turieno, Baró, Lon y Cosgaya –en el Ayuntamiento de Camaleño–.

Asimismo, se han denegado dos ayudas al municipio de Tresviso por superar la cuantía global máxima por solicitante, otra ayuda al Ayuntamiento de Camaleño por el mismo concepto y otra al de Potes, por estimar que no cumple los requisitos para ser beneficiario de las subvenciones. Igualmente, en el marco de empresas, propietarios privados y personas residentes se han denegado ayudas a Adrián Collado, por limitación presupuestaria, y a Luis Alberto Alles, por superar la cuantía global máxima por solicitante.

Para Jesús Cuevas, alcalde de Cillorigo de Liébana, este año se ha realizado un reparto «equitativo» al conceder solamente una obra a cada uno de los tres Ayuntamientos que aportan terrenos al Parque. Cuevas alabó también el hecho de que las ayudas a las juntas se han concedido «a los mejores proyectos presentados y a los que mayor puntuación han conseguido». Más crítico se mostró Óscar Casares, regidor de Camaleño, al considerar que «no se han tenido en cuenta las hectáreas de terreno aportadas al espacio protegido por cada junta vecinal y en cambio han dado dinero a juntas que no tienen ningún terreno en el interior del Parque». «Nosotros tenemos Cosgaya, que aporta mil hectáreas, y lleva tres años sin que reciba ninguna subvención», precisó Casares.

Desde Tresviso, el alcalde Javier Campo considera que está «en clara desventaja» porque no dispone de juntas vecinales y, por tanto, solo se les concede una subvención. «El Gobierno central sigue sin dar ayudas y eso que la totalidad de Tresviso se encuentra en el interior del Parque Nacional».

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