Sant Llorenç del Munt se erige como zona de estudio de los jabalíes

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Un proyecto analiza las conductas de estos animales para extrapolarlas a todo el país y reducir su incidencia en áreas urbanas.

ada vez es más frecuente encontrar jabalíes merodeando las zonas urbanas cercanas a los bosques de nuestro país. En los últimos años este fenómeno se ha acentuado en la zona metropolitana de Barcelona, donde estos animales han dejado huella en Barcelona, Sant Cugat o Cerdanyola. Con el fin de analizar el comportamiento de estos animales, el Parc Natural de Sant Llorenç del Munt i l’Obac acoge un estudio de campo sobre la población de estos animales, que ha permitido seguir hasta la fecha a un total de 65 jabalíes.

El estudio es fruto de un convenio entre el Departament d’Agricultura de la Generalitat, la Diputació de Barcelona y la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), que supone la continuidad de la investigación sobre jabalíes realizada entre 2007 y 2008 al detectar el incremento de su presencia en zonas pobladas. Los animales, salvajes por naturaleza pero con nuevos hábitos, se acercaban cada vez más a urbanizaciones y calles, donde los contenedores de basura ofrecían un auténtico bufé libre en horarios regulares.

«El acuerdo marco al que hemos llegado pretende establecer las medidas de gestión de la especie en el parque y en el resto del ámbito mediterráneo», explica Àngel Miño, director del Parc Natural de Sant Llorenç del Munt i l’Obac. Analizan cómo se mueven los ejemplares por el parque para trasladar los resultados a los diferentes entornos de Catalunya donde residen. A la luz de los primeros datos obtenidos, los investigadores han demostrado que algunas de las tesis vigentes, pese a tener referencias bibliográficas, no se ajustan a la realidad actual de la especie en este hábitat específico.

Para ello, los miembros del Servei d’Ecopatologia de Fauna Salvatge de la Facultad de Veterinaria de la UAB han conseguido realizar el seguimiento de un total de 65 individuos, tres de los cuales mediante un collar con localizador GPS (uno en funcionamiento actualmente) y otros 17 con emisores de radiofrecuencia. El último de ellos fue capturado el pasado miércoles.

Seguimiento de los jabalíes
El estudio permite realizar un seguimiento de los movimientos de los jabalíes por el entorno natural y, si llegan, también en espacios urbanos o periurbanos. «Miramos el uso que hacen del espacio, por qué zonas se mueven y con qué carencia, hacemos gráficos de cada uno de ellos que nos indican dónde tenemos más posibilidades de encontrarlos», señala el doctor Francesc Closa, veterinario e investigador de la UAB.

El análisis ha permitido detallar que existen puntos concretos donde hay un 90% de posibilidades de encontrarlos. «En los espacios naturales suelen frecuentar las zonas con encinas, porque la bellota es parte importante de su alimentación, pero en el parque hemos detectado que también merodean en zonas que antiguamente se incendiaron porque están más tranquilos», asegura el doctor Closa.

Movimientos que no concuerdan con lo establecido
El uso de collares de seguimiento ha permitido detectar que los jabalíes se mueven más de lo que reflejan las referencias bibliográficas existentes. Una de las principales sorpresas fue encontrar uno de estos especímenes a 100 kilómetros de distancia desde el último punto de captura. El animal se localizó por primera vez en Sant Llorenç, pero al cabo de un tiempo apareció en Vilanova de Meià, en la Noguera (Lleida).

«Hay que tener en cuenta que esta distancia es en línea recta y que seguramente el animal realizó un recorrido mayor», apunta Closa. Paralelamente, han encontrado otros ejemplares que han llegado hasta Cercs (Berguedà), Sant Boi de Lluçanès (Osona) y Prats de Lluçanès (Osona).

Género de dispersión: primera sorpresa
Una de las primeras novedades con las que se han encontrado los investigadores tiene que ver precisamente con el sexo de los animales que se han desplazado lejos de su punto de captura. Inicialmente se creía que los que más recorrido trazaban eran los machos, porque a los diez u once meses de vida son expulsados del grupo para evitar que se crucen con otras hembras de su misma familia.

«El macho joven, normalmente solitario aunque ocasionalmente puede acompañar un ejemplar de mayor edad y experiencia, busca un territorio donde establecerse vagando por los bosques, pero puede encontrar machos residentes que, defendiendo su territorio, echan a dicho individuo provocando su dispersión», señala Closa. Aún así, el seguimiento de les especímenes marcados ha demostrado que los jabalíes que han recorrido más kilómetros, hasta el momento, son hembras. Una de las explicaciones es la búsqueda de alimentos para la camada y el conjunto familiar, de características matriarcales.

Entornos urbanos
El incremento de la presencia de los jabalíes en zonas urbanizadas despertó una curiosidad y simpatía entre los vecinos que poco a poco se convirtió en preocupación y molestia. La dulce imagen de los animalitos paseando por las calles alumbradas por la noche se convirtió en desesperación de algunos al ver cómo volcaban contenedores y destrozaban parte de los jardines y de los espacios comunes.

Los investigadores admiten que existe una especie de «domesticación» del jabalí, pero no entendido como animal de compañía sino por el hecho de facilitar el alimento a partir de los restos que pueden encontrar en las inmediaciones de los contenedores de basura. «Los animales salvajes tienen que aprender a buscar su propio alimento, y aquí los estamos domesticando», señala Closa. «La gente no debe confundirse: hay que ir con cuidado porque pueden atacar», alerta.

Control poblacional
El proyecto pretende tener un control del censo de jabalíes que existen y cuál es su evolución demográfica. Precisamente, entre octubre y enero se celebra la fase de apareamiento, por lo que las crías nacen entre abril y mayo. Los primeros resultados del estudio reflejan que en Sant Llorenç no existe una sobrepoblación, donde hay una ratio de 4 especímenes por cada 100 hectáreas, una densidad media que se localiza tanto en las áreas de caza controlada como en aquellas donde está prohibida.

Ciertamente, la caza es uno de los sistemas de control de la población de jabalíes. El año pasado se superaron los 30.000 animales abatidos en todo el país, con el objetivo que la especie no experimente crecimientos que podrían ser perjudiciales para su entorno. Los datos que se desprendan del proyecto servirán para determinar si es necesario ampliar los periodos anuales de caza permitida, así como investigar cómo mejorar la gestión de esta especie.

Extrapolación a todo el territorio
Los resultados del estudio deberán permitir extrapolarlos a todo el territorio catalán, con el objetivo de trazar patrones comunes que pueden ampliar el conocimiento que hasta la fecha hay sobre esta especie. «Nos puede aportar datos que sean de interés social, como sus itinerarios, que queremos difundir», señala el director del parque, Àngel Miño.

El hecho que este tipo de animales no sigan un patrón muy regular hace interesante y necesario un análisis en profundidad, ya no sólo por su incidencia en el entorno natural que habita, sino por su presencia cada vez más grande en espacios urbanos para poder gestionar su presencia y minimizar los posibles daños que pueda causar.