Un ataque atribuido al lobo deja 13 ovejas muertas y siete malheridas en Escober

Victoriano Antón denuncia la «indefensión» de los ganaderos y lamenta que la Administración proteja más al depredador que «a nosotros»

07.01.2014 | 09:48

Cadáveres de dos ovejas al parecer atacadas por el lobo el pasado sábado en un rebaño de Escober de Tábara.

Cadáveres de dos ovejas al parecer atacadas por el lobo el pasado sábado en un rebaño de Escober de Tábara. Foto E. Jorge

I. G. Trece ovejas muertas, siete graves y unas veinte más desaparecidas es el balance de lo que se presume como un nuevo ataque de lobo en la provincia. Esta vez ha sido en una ganadería de Escober de Tábara, perteneciente a Victoriano Antón, quien a media mañana del sábado se encontraba con la carnicería, cuando acudió a atender al rebaño. Pese a que los animales estaban guardados en un corral de piedra «con las paredes bien altas», el depredador fue capaz de saltar y provocar la lobada, causando «importantes daños» en una cabaña de aproximadamente 340 ovejas.

Los cadáveres todavía permanecían ayer por la tarde en la finca, más de veinticuatro horas después del ataque. Al coincidir en fin de semana, los técnicos de la Junta no acuden hasta hoy por la mañana a reconocer este nuevo ataque al ganado en las inmediaciones de la Reserva Sierra de la Culebra. Según ha comentado el propio ganadero, a mediodía del sábado comunicaba el suceso en el Cuartel de la Guardia Civil en Tábara; «me dijeron que vendrían los del Seprona, pero como no llegaban volví a llamar por la tarde, luego otra vez y al final me dicen que avisara al veterinario y éste me dijo que era cosa de Medio Ambiente. Pero aquí no se ha presentado nadie», explicaba a primeras horas de la tarde de ayer a este diario un abatido Victoriano Antón.

El golpe sufrido por el rebaño de ovejas de Raza Castellana ha dejado a la familia ganadera de Escober sumida en la indignación. «Estamos totalmente indefensos, protegen a los lobos más que a las personas» se quejaba Victoriano Antón, todavía sin creerse lo ocurrido. «No hay derecho a que tengamos que cargar con estos animales tan dañinos, si los tuvieran que mantener ellos (en referencia a los responsables de la Administración) seguro que se habían muerto de hambre». Aunque este ganadero ha sufrido algún ataque esporádico de animales sueltos, el último con una cabra, nunca se había enfrentado al espectáculo con el que se encontró el sábado por la mañana, con los cadáveres de las ovejas esparcidos por el cercado y otras deambulando malheridas. «Muchas de estas se van a morir» vaticinaba Antón, quien ayer por la tarde todavía esperaba la presencia de algún técnico de la Junta y de la Guardia Civil.

Por su parte José Manuel Soto, responsable de Medio Ambiente en el sindicato agrario Coag, reclamaba la «indeminización inmediata» por los daños ocasionados a la ganadería de Escober de Tábara. «Este pueblo está en la situación de otros, con parte metido en la Reserva y la otra no, pero vamos a reclamar que se pague como si fuera Espacio Natural, que no nos vengan con cantinelas y paguen los daños al ganadero, que vive honradamente de su trabajo y de sus animales». Soto insistió en la responsabilidad de la Junta a la hora de «controlar a los lobos» y afirmó que para los ganaderos «no hay días de fiestas, a ver dónde están los técnicos de la Junta. Es que ni uno de guardia para atender estos casos, es increíble».

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