Un experto alerta del aumento del riesgo de extinción del lince ibérico

Asegura que los últimos censos constatan una caída de las poblaciones silvestres tanto en Doñana como en Andújar

Efe huelva , medio ambiente | Actualizado 07.02.2014 – 05:01

Suelta de un lince ibérico.

José María Gil-Sánchez, técnico de los programas de conservación del lince ibérico en la última década, ha alertado en una entrevista con Efe del aumento del riesgo de extinción de este felino tras las erróneas decisiones adoptadas, en su opinión, por responsables de este proyecto.Gil-Sánchez, quien tras más de doce años de servicio abandonó el pasado 15 de diciembre el programa de conservación del lince ibérico, denuncia el retroceso sufrido por este felino en los últimos años en un escrito dirigido a científicos y responsables internacionales, nacionales y autonómicos de la conservación de esta especie.Según el técnico, los últimos censos de la Junta de Andalucía han constatado un descenso de las dos únicas poblaciones silvestres de lince ibérico: la de Andújar-Cardeña, en Sierra Morena, y la de Doñana-Aljarafe, en las provincias de Huelva y Sevilla. En Andújar-Cardeña se censaron a final del pasado año 169 linces, 33 menos que hace dos años, mientras que la población de Doñana sumaba 85 ejemplares, tres menos que en 2011, pese a haberse reforzado con al menos dos linces procedentes de la cría en cautividad, según datos cotejados por Efe.

Aunque Gil-Sánchez ha rehusado facilitar datos sobre las actuales poblaciones silvestres de este felino sí destacó que «es fácil calcular» que su preocupante declive continuará en los próximos años, dada la pérdida de ejemplares, en especial de cachorros, que en Andújar-Cardeña ha sido de un 65 %, según el censo de la Junta de Andalucía.

En su opinión, esta situación es especialmente preocupante en esta población, no sólo por la pérdida cuantitativa de ejemplares de lo que califica como «el principal centro de cría de lince ibérico», sino porque la población de Andújar-Cardeña atesora la mayor reserva genética de este especie.

«Con cada lince que se pierde de esta población se pierde también una riqueza genética que es muy difícil, por no decir imposible recuperar; el lince está en una situación in extremis genéticamente hablando y cualquier medida de conservación que se tome en su ayuda, por muy polémica que parezca, es absolutamente necesaria», asevera. En este sentido, defendió el mantenimiento de la alimentación suplementaria para esta población en contra de la opinión del director del programa, quien decidió eliminarla en 2011.