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El lobo en la sierra de Andújar: una continua discusión, lucha y secretismo.

Para Víctor Gutiérrez Alba, autor del libro El lobo ibérico en Andalucía. Historia, mitología, relaciones con el hombre, la situación actual del lobo en la Sierra de Andújar es “más que crítica, pues cada vez son menos los indicios de reproducción, los ataques al ganado o los avistamientos fiables”, relata. Todos los años, el equipo de seguimiento de la especie de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía lleva a cabo un censo de la población, cuyos resultados se mantienen aparentemente invariables desde hace casi 40 años en nuestra Comunidad Autónoma. Unas siete manadas o unos 49 individuos, según datos oficiales, “y su área de distribución también se mantiene en unos 4500 Km.2″, dice Víctor.

 

El área de distribución, se restringe a dos áreas muy concretas de Sierra Morena: la más abundante, se encuentra en la zona más noroccidental del Parque Natural Sierra de Andujar. Existe otra mucho más reducida en el Parque Natural Sierra de Hornachuelos, cuya población hace incursiones ocasionales en el de la Sierra Norte de Sevilla. “En cualquier caso, se trata de una población relicta y fragmentada, aislada de las copiosas poblaciones lobunas del norte de la Península Ibérica”, relata el biólogo.

mapa del lobo en Andalucíamapa de la distribución del lobo en Andalucía

Pero, a pesar de la escasa población de lobo en la Sierra de Andújar, las únicas medidas que se toman para la conservación de este animal son, según el agente medioambiental Aquilino Duque, la indemnización por parte de la Junta de Andalucía de los daños ocasionados por el lobo, algunas recomendaciones a los ganaderos y el seguimiento que realiza la Junta de Andalucía anualmente. Este seguimiento es considerado por muchos críticos, como Ecologistas en Acción, de poco riguroso.

Según José Luis Anguita, miembro de Ecologistas en Acción, no se puede hablar de censo, sino de estimas poblacionales. José Luis considera que la metodología usada para esa estimación no es apropiada, pues ésta debería de “hacerse por grupos reproductores y ejemplares adultos, y hay que tener en cuenta que no todos los grupos se reproducen”. El ecologista, tampoco está de acuerdo con que se hagan entrevistas a personas no especializadas o a que se achaque de manera directa la presencia de lobo en un ataque al ganado, pues podría ser un cánido distinto al lobo.

Víctor dando una charla del lobo en la UPOVíctor dando una charla del lobo en la UPO

Para Víctor, el principal problema del lobo es la codicia de los propietarios de las fincas privadas, dedicadas a la caza mayor, donde vive el lobo en Andalucía. “No toleran un carnívoro “competidor” que consume de manera natural sus reses, y pone “en peligro” su negocio económico, el cinegético, cuya rentabilidad social y laboral en la Sierra de Andújar es mínima.” Según Víctor, está demostrado científicamente que el lobo depreda sobre ejemplares viejos o enfermos, de hecho, los mejores trofeos de ciervo actualmente se obtienen en la Sierra de la Culebra (Zamora), la zona de Europa occidental de mayor densidad de lobos. A mayor número de lobos, mejores trofeos. Según Víctor, los grandes terratenientes se echan las manos a la cabeza cuando un ciervo es depredado por el lobo, y sin embargo ellos mismos hacen todos los años descastes de cientos de ciervas en sus fincas.  Para José Luis Anguita, los principales problemas de conservación de este animal, son el cinegético, las vallas, que impide su libre movimiento, las muertes en monterías, su endogamia, que “podría haber hecho perder un 25% o más de su diversidad en dos décadas” y su invisibilidad social, pues “no existe una especie en problemas si no se habla nada de ella”, matiza el ecologista.

programa de actuaciones para la conservación del lobo

Alrededor del lobo hay un gran secretismo por parte de la administración. José Luis, explica que es por intereses cinegéticos minoritarios, que están en manos de unas pocas personas poderosas, y la actitud con prejuicios culturales y laborales de una parte del medio rural, es decir, los guardas de coto. La administración teme la repercusión política y mediática por grupos o lobbies contrarios a sus conservación, como cazadores, Asaja o propietarios de fincas. Estos grupos ven erróneamente al lobo como una amenaza para sus fincas y sus negocios. Son grupos influyentes a nivel político (influencia directa y votos), económico, mediático y jurídico. José Luis cree, que también existe en la administración muchos políticos y funcionarios que son cazadores y que ven en este sector una fuente de ingresos para las arcas públicas que hay que proteger. Todo esto hace que las medidas llevadas a cabo para la conservación intenten pasar desapercibidas y sean insuficientes. Al mismo tiempo la administración se ha excusado desde hace décadas que ocultando la presencia de la especie se mantenía a salvo de sus detractores y que no dando información sobre sus problemas y estado de conservación, se mantenía a la opinión pública proconservacionista lejos del debate. Tampoco se informa sobre la importancia ecológica de la especie en los ecosistemas. Según José Luis, el lobo ibérico no está catalogado como en peligro de extinción, porque eso legalmente implicaría la redacción de un Plan de Recuperación específico, que seguramente tendría que atajar los factores negativos que inciden sobre sus poblaciones. Ese Plan sería legalmente vinculante y de obligado cumplimiento y toparía con la negativa y el freno de varios sectores de intereses.

lobo en un azulejo en la Sierra de Andújarlobo en un azulejo en la Sierra de Andújar

Según Víctor, el lobo en Andalucía nos ha dado cultura, historia, toponimia, refranes, construcciones arquitectónicas, manejo del ganado, misterio, leyendas, artesanía, heráldica, vocabulario… Tenemos una deuda histórica con la especie que hemos de pagar. Además, nos faltaría el elemento central e indispensable del control natural de los herbívoros de nuestros ecosistemas. Andalucía sería menos Andalucía y más pobre cultural y ecológicamente sin el mítico lobo ibérico.

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