Esta es mi historia…..

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José Alberto López Molina tiene 52 años. Vive en Leganés, Madrid. Es paralítico cerebral desde que nació. Sus dos grandes pasiones son la Naturaleza y los animales. Le encantan especialmente los cánidos, y más concretamente los lobos.

El 4 de febrero de 2008 es una fecha que no se le olvidará jamás. Fue entonces, hace nueve meses, cuando cumplió su gran sueño: conocer al mítico, “sanguinario” y “cruel” lobo. De la mano de Carlos Sanz, uno de los mejores especialistas del mundo en estos animales además de naturalista, fotógrafo, realizador de documentales, etc, Alberto pudo conocer por fin, a la edad de 51 años, la verdadera y noble faz del lobo ibérico, del Canis Lupus Signatus. Se convirtió, de esta manera, en el primer discapacitado del mundo que ha convivido con una manada de lobos.

COMO  Félix Rodríguez de la Fuente hace más de 30 años, nuestro amigo Alberto enseguida se dio cuenta de que todo aquello que había escuchado y leido sobre este cánido, no era cierto. Descubrió en el lobo un buen amigo.

A continuación, tenéis un emocionante relato escrito de primera mano por el propio Alberto, donde nos cuenta su gran aventura con los lobos:

UN SUEÑO HECHO REALIDAD

Eran las 9:40 de la mañana cuando llegamos a nuestro destino, un pequeño pueblo de la Sierra Noroeste de la provincia de Madrid. Cuando llegamos a su pequeña plaza, llamamos a Carlos por el móvil, no tardo mucho en aparecer, en un viejo R5 de color rojo. Tras una cordial presentación, Carlos nos dijo lo que íbamos a hacer, y nos monto en su coche, salimos fuera del pueblo, y tras pasar una gran puerta de hierro nos adentramos en un precioso bosque de robles y encinas, de repente, Carlos paro el coche y nos dijo: “Estamos a treinta metros de ellos, voy a intentar que aúllen para que los oigas”. Bajo del coche y empezó a aullar, como si de un lobo se tratara.

Aulló a intervalos de un minuto, pero no obtuvo respuesta por parte de ellos, los lobos ya sabían que Carlos no venia solo, y se mantuvieron en silencio por precaución. Seguimos el corto trayecto, y enseguida vimos la alambrada. ¡¡Y allí, tras esa alambrada estaban!! Yo lo primero que vi, fueron sus orejas, tiesas como antenas, y cuando vieron a Carlos empezaron a saltar y correr de contentos de verlo, entonces, cogió el cubo lleno de carne y se metió con ellos, y para nuestra gran sorpresa le dijo a mi sobrina y a su novio que se metieran también sin miedo. Yo, todavía tendría que esperar unos minutos para ver cumplido mi sueño, estar cerca, sin ninguna alambrada, con el famoso lobo.

Alberto Lopex

Alberto Lopex

¿Qué sientes cuando estas rodeado de una manada de siete lobos? Primeramente sientes incredulidad, luego admiración y un montón de calificativos difíciles de expresar, pero también sientes seguridad, si amigos, me sentía seguro entre ellos, sabiendo que estaba a mi lado uno de los mejores biólogos especialista en lobos de Europa: mi admirado y desde ayer amigo, Carlos Sanz. Y poco a poco, te das cuenta de que aquel mítico animal que nos enseñaron desde pequeño en el cuento de Caperucita Roja y que han catalogado de mil maneras horribles, como de sanguinario, asesino, y cruel, va perdiendo su mito, para convertirse en todo lo contrario, un ser noble, extremadamente sociable y dócil con el hombre.

Alberto Lopez

Alberto Lopez

El “Canis lupus signatus”, o como se le conoce popularmente, lobo ibérico, es el más grande súper-depredador de la Península Ibérica. Su adaptación a todos los terrenos le llevo antaño a poblar casi toda España, entrando directamente en conflicto con el hombre. Fue casi exterminado y puesto en peligro de extinción hasta los años 70, momento en el que apareció su más firme defensor, Félix Rodríguez de la Fuente, que logro un plan de protección, que evitaría que tan bello animal desapareciera de nuestro paisaje. Hoy en día está en proceso de recuperación y se está extendiendo por todo el Norte de España hasta llegar a los alrededores de Madrid.

En las dos horas que estuvimos con la manada no hubo ni un gruñido, ni un mal gesto, ni una pelea entre ellos pese a que Carlos los dio de comer delante de mí y de los que me acompañaban, sabiendo perfectamente cada uno cual era su lugar y su comida.

Luego Carlos, los saco de su terreno para que yo los viera y los tocara. Ellos olisquearon mi silla, desconfiados, pero aun así se mostraban dóciles y mansos como perritos. Poco a poco fueron cogiendo confianza, y entonces fue cuando pude disfrutar con ellos como nunca lo hubiera soñado. Se acercaban a mí, yo los tocaba y acariciaba como lo hago con mi perro Buster, se me subían encima, me lamian la cara, les tocaba el hocico e incluso me atreví a meterle la mano en su boca y ellos me lamian la mano. ¡¡Era increíble!! Me parecía increíble que un animal así fuera tan maltratado por la gente de tantas y tantas épocas hasta nuestros días.

Alberto Lopez

Alberto Lopez

Cuando llego la hora de dejarlos, me fui con pena, me hubiera gustado quedarme con ellos para siempre, porque siempre me han encantado, y ahora que los conozco de cerca me fascinan mucho más y sé que no son lo que dice la gente. Por eso escribo este artículo, para que los conozcan un poco más, y para rendir homenaje a Carlos Sanz, pues sin él, no hubiera sido posible realizar ese sueño: el sueño de estar con los lobos ibéricos, un sueño hecho realidad.

Quiero agradecer una vez más a Carlos Sanz y a todos los que habéis colaborado en esta mi aventura lobuna.

¡¡Gracias. Nunca lo olvidare!!

 

Alberto López