Los lobos atacan de nuevo en el monte Llosorio, la segunda vez en una semana

cabra muerta

El lobo lo ha vuelto a hacer y en el mismo sitio, en el monte Llosorio de Mieres. Entre el miércoles y el jueves ha matado a tres cabras y es el segundo ataque en una semana. Se da la circunstancia que todas las cabezas perdidas pertenecen al rebaño del mismo ganadero, Manuel Remis, que ya no puede esconder su indignación y disgusto. «Llamé a la guardería del Principado y dicen que no son muertes por lobo. Así, la Administración no tiene que pagar. Nos toman por tontos», afirma.

«Cada vez que subo me llevo un susto. En lo que llevo de año, ya he perdido ocho cabritos y seis cabras; esto no cambia». Dice esto último porque solo el año pasado perdió 60 cabras por la acción del lobo. «Está acabando con esta forma de vida y de entender el pastoreo», añade.

La Asociación de Ganaderos Afectados por el Llobu acusó ayer a la consejera de Agroganadería «de ser la culpable de esta situación, por no aportar soluciones y dejar a su suerte a los ganaderos de Asturias». Según datos facilitados por Agall, en estos cinco primeros meses del año ya se han contabilizado medio centenar de animales muertos en la cuenca del Caudal. Son, sobre todo, cabras y ovejas y terneros. Llama especialmente la atención que de estas 50 cabezas, 14 han sido potros. Pero a este problema se le suma otro, según denuncian los ganaderos. «Y es que el Principado solo ha recocido un 20% de los casos como consecuencia de la acción del lobo; esto es, que por el 80% de las cabezas perdidas no recibirán indemnización regional», dice la agrupación.

Desde Agall se critica, además, que las pocas que se pagan luego, ante Hacienda, computan como ganancias, por lo que hay que declararlo con el consiguiente pago, lo que califican de injusto. «La Administración regional se comporta como si todos los ganaderos que hemos sufrido ataques de lobos quisiéramos engañarlos. Eso y la falta evidente de dinero en el Principado hace casi imposible recibir compensación algunas por estos daños», sostiene la agrupación. Los ganaderos no quieren el exterminio del lobo, pero sí que se controle su población, que consideran se está desbordando en los montes de la cuenca del Caudal. Los avistamientos a plena luz del día son ya muy frecuentes y generan inquietud entre el colectivo, que ve perder sus cabezas de ganado. Una de las soluciones que plantean es que se considere al lobo como especie cinegética.

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