sara lópez | león 12/09/2013
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Un total de 59 ovejas muertas, 10 heridas y 14 sin ningún daño. Este es el balance que hace el ganadero de Benllera, Carlos Gutiérrez, tras el ataque producido por dos lobos y varias crías a su rebaño, formado por 83 ovejas. El suceso se produjo el sábado por la noche, cuando los animales fueron atacados por los cánidos en la finca de Gutiérrez, acabando en un primer instantes con 50 carneros e hiriendo a otras 19, de las que 9 han ido falleciendo a lo largo de la semana, quedando tan sólo 14 ilesas del ataque. «Me enteré de lo ocurrido el domingo por la tarde, cuando fui a visitar a la cabaña. El susto fue grande, al igual que la pérdida, y cuando llegué sobre las 17.00 horas, los buitres ya se habían comido parte de los restos», lamentó el ganadero.
En cuanto a las pérdidas económicas que ha supuesto este ataque, Gutiérrez aseguró no haber cuantificado aún los daños, aunque aseguró que «son grandes». «Sabemos que los autores de estos hechos han sido lobos por las huellas encontradas y porque Medio Ambiente lo ha corroborado. Estamos aún contabilizando las reses fallecidas, que ya algunas de las heridas han ido cayendo al pasar los días e incluso muchas estaban preñadas de cara a la Navidad», concretó el propietario de la cabaña, quien espera «recibir las indemnizaciones correspondientes».
Tras este ataque, el primero que se registra en la localidad, Gutiérrez ha movido a su ganado hasta una nave ubicada en el centro del pueblo, con el fin de ponerlas a salvo y de que sucesos de este tipo no se repitan. «El ganado se encontraba dentro de una finca vallada, lo que pasa que no había mastines porque la ley no permite tenerles sin la presencia de un pastor. Ahora las ovejas se encuentran en el pueblo, más seguras», agregó el afectado, quien además de ovejas tiene caballos de pura raza española y vacas de carne. «Tan sólo hacía poco más de un año que tenía esta cantidad tan grande de cabezas, pues normalmente siempre he tenido entre 10 y 15 ovejas», matizó el ganadero.
Primera vez
Por su parte, los vecinos compugidos por lo ocurrido aseguraron hasta este hecho no haber oído nada de ataques de lobos por la zona. «Es la primera vez que tenemos un problema de este tipo. Tampoco por la zona de La Magdalena habíamos oído de ataques», indicó Gutiérrez, quien tras lo sucedido aseguró no hacerse con más ovejas. «Tras esta mala experiencia, me quedaré con las que me quedan vivas».