Los manifestantes pedían un plan serio que defienda a la ganadería frente al cánido, así como desbroces y quemas, dentro y fuera del Parque.
Más de 500 personas, en su mayor parte ganaderos de los concejos de Onís, Cangas de Onís, Cabrales, Llanes, Piloña, Sobrescobio y Laviana, participaron ayer en una manifestación por las calles de Benia en protesta por los daños del lobo en la cabaña ganadera, la falta de desbroces y quemas controladas y «porque estamos hasta las narices de sentirnos engañados por algunos políticos», según comentó José Antonio García Álvarez, regidor de pastos de la Montaña de Covadonga.
La manifestación, con la carretera cortada al tráfico, duró 75 minutos y finalizó a las puertas del Ayuntamiento de Onís con la lectura de un manifiesto a cargo del niño José Ramón Peláez Fernández, de 9 años, quien explicó que en el futuro «quisiera continuar en esta difícil y dura profesión de pastor», y finalizó expresando que «queremos que esta situación se acabe ya y que Asturias sea de verdad un Paraíso Natural y no un Paraíso de Matorral».
Los manifestantes salieron a la calle enarbolando seis pancartas y todas ellas tenían como denominador común el daño que los lobos están ocasionando en la ganadería. Los pastores se acompañaban de cencerros y sirenas y dándoles apoyo en el interior de la manifestación se encontraban los alcaldes y concejales de Cangas de Onís, Cabrales y Amieva, así como Marina Huerta, diputada de Foro Asturias. No se perdió detalle de la protesta, sin participar en ella, Tomasa Arce, directora general de Desarrollo Rural y Agroalimentación, ni los alcaldes socialistas de Onís, Parres, Colunga y Piloña, así como el diputado regional Alejandro Vega.
Antes de que la manifestación se pusiera en marcha, los organizadores reclamaron «respeto hacia la gente y para con los actos del certamen de quesos». Y la consigna se cumplió a rajatabla.
Los pastores tenían muy claro cuáles eran las razones que les impulsaban a la protesta de ayer en Benia. De forma individual, o en grupos, exigían «la aprobación de un Plan del Lobo serio, que defienda la ganadería en la vertiente Norte de los Picos de Europa como espacio libre de lobos». Tenían muy claro que «en el Parque resulta imposible la convivencia entre el lobo y el ganado. El espacio es 100% ganadero y por tanto la población de lobos tiene que ser inexistente». También exigían «desbroces y quemas controladas, dentro y fuera del Parque, pero sin tanta burocracia. Hechas por los ganaderos, en presencia de la guardería».
Por activa y por pasiva, los ganaderos querían dejar muy claro que «no tenemos intención de posicionarnos políticamente pero nos veremos obligados a hacerlo en un futuro si las cosas siguen igual que hasta ahora». No se escondieron los pastores y a la cara le dijeron a los políticos que «os esperamos con la mano tendida siempre que recapacitéis, rebobinéis y rectifiquéis». Al alcalde de Onís, José Manuel Abeledo, la manifestación le pareció «correcta», y Tomasa Arce la calificó como «respetuosa, al compatibilizar el desarrollo del mercado del mejor queso del mundo y una protesta ganadera».
