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¿HAY QUE CONTROLAR A LOS DEPREDADORES? UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA

Batallones Mauricio AntónHace nueve millones de años, lo que hoy es la comunidad de Madrid era como el Serengueti. Lo sabemos gracias a un maravilloso conjunto de yacimientos paleontológicos: el cerro de los Batallones, en Torrejón de Velasco. Desde hace un cuarto de siglo tengo el privilegio de colaborar con un equipo de científicos que están sacando a la luz un tesoro incomparable de información sobre la evolución de los ecosistemas y las faunas, y en particular de los grandes carnívoros. En aquel período, conocido como Mioceno, las praderas y bosques estaban habitados por una fauna espectacular que incluía, entre otros, caballos de tres dedos, rinocerontes, antílopes, jabalíes gigantescos, y mastodontes, semejantes a nuestros elefantes actuales pero armados con cuatro defensas. Pero ningún ecosistema está completo sin sus depredadores, y sobre éstos, los yacimientos de Batallones aportan una riqueza asombrosa de fósiles. Los legendarios “tigres de dientes de sable” eran los reyes de la sabana, pero compartían su entorno con una variedad de carnívoros tales como los imponentes “perros-oso” (conocidos por los paleontólogos como anficiónidos), mustélidos gigantes de la talla de un leopardo, osos verdaderos, hiénidos, y un largo etcétera.

 

El análisis de semejante riqueza fosilífera nos ha permitido publicar estudios científicos que han revolucionado a nivel mundial el estudio de la evolución de los carnívoros, pero el público español apenas conoce la existencia de este tesoro. Y esto es una pena porque todos tenemos derecho a conocer nuestro patrimonio paleontológico, que además tiene un potencial educativo enorme, sobre todo para desterrar conceptos trasnochados como el de la necesidad de “gestionar” a los grandes carnívoros actuales. Y es que a aquéllos que desde tal o cual rincón de la península dicen “aquí nunca hubo lobos” les resultaría ilustrativo conocer la verdadera historia de nuestra fauna. Los lobos, y muchos otros carnívoros, estaban aquí antes de que hubiese imaginarios helicópteros del Icona para soltarlos, mucho antes, de hecho, de que nuestra especie llegase a la península como lo que realmente somos: unos inmigrantes bastante recientes.

 

Los yacimientos de Batallones son los más importantes de Europa para el estudio de los carnívoros del Mioceno, pero nuestro registro fósil demuestra que su riqueza faunística no fue una excepción. Hay docenas de yacimientos en la península que confirman cómo esa riqueza se mantuvo, con sus lógicas fluctuaciones, casi hasta la actualidad. Ya en el Pleistoceno inferior, hace un millón de años, las primeras poblaciones de homínidos precedentes del Este llegaron a la península ibérica, y se encontraron un auténtico paraíso natural. Tres especies de homínidos llegaron en sucesivas oleadas: el Homo antecessor, el Homo heidelbergensis, y los famosos neandertales. Una vez aquí, nuestros antepasados convivieron con los “tigres de dientes de sable”, pero también con leones, hienas, osos, cuones y lobos. Todos ellos competían por una enorme variedad de presas, incluyendo caballos, rinocerontes, bisontes, cabras monteses, cérvidos y elefantes.

 

Los humanos modernos, Homo sapiens, somos los inmigrantes homínidos más recientes. Llegamos a Iberia hace “apenas” unos cuarenta mil años, en mitad de un severo período glacial, pero el clima gélido no impedía que la fauna mantuviese una riqueza que quitaba el aliento. Mamuts y rinocerontes lanudos, caballos, cérvidos, bisontes y uros galopaban por las estepas, bajo la mirada hambrienta de los leones, leopardos, hienas y, por supuesto, lobos. Aquellos primeros humanos modernos, conocidos por los antropólogos como “cromañones”, eran cazadores-recolectores, y se integraron a los ecosistemas ibéricos como una especie de depredador más. Con su tecnología superior y su compleja organización social, arrinconaron a los neandertales, que se extinguieron al cabo de unos pocos milenios. Pero tal vez el cambio más drástico en nuestra relación con el medio la marcó la llegada del neolítico, cuando las tribus de cazadores nómadas se convirtieron en agricultores y ganaderos sedentarios y se inició el proceso de “domesticación” de la naturaleza.

 

Con el paso de los milenios, los humanos rompimos el pacto de integración en la diversidad ibérica, y nos convertimos en colonizadores en toda regla, arrogándonos la hegemonía sobre todas las especies, y declarando la guerra abierta a los carnívoros. Por un lado los percibíamos como amenazas para el ganado, y por otro lado la caza como medio de subsistencia humana dejó paso a la caza por diversión, sobre todo para las clases dirigentes de la antigüedad, y al final hemos terminado tratando a las especies “cinegéticas” como un monocultivo más, eliminando a los depredadores del mismo modo que un agricultor fumiga sus tierras para eliminar las plagas de las cosechas. Estos son procesos esperables en una especie que se ha librado de muchos de los frenos que le imponía la ecología, y que da rienda suelta a sus impulsos de manera irreflexiva. Ni siquiera implican una actitud culpable. Pero a mediados del siglo XX empieza a insinuarse una naciente conciencia ecológica, y surge la necesidad de autojustificación para perpetuar la persecución contra los depredadores. Así se desarrolla la teoría de que los carnívoros necesitan ser controlados por el ser humano porque, si se les dejase, acabarían con las poblaciones de sus presas y arruinarían el equilibrio de la naturaleza. Esta idea peregrina se convirtió en una máxima entre los que buscaban hacer “ingeniería” con la naturaleza salvaje, y llevó a las autoridades de los parques nacionales de algunos países a erradicar a los depredadores para que sus presas viviesen mejor.

 

En la segunda mitad del siglo XX se sucedieron los estudios de campo concienzudos que demostraron el absurdo trágico de esas medidas de control de depredadores. Hoy sabemos que la acción de los carnívoros tiene efectos en cascada que benefician al ecosistema, repercutiendo en la salud de la vegetación y hasta del agua. Pero además, los datos de la paleontología nos dan la perspectiva histórica necesaria, mostrándonos que la biodiversidad actual no es más que un fotograma en la película de la evolución de la biosfera. Si sólo vemos el presente, nuestra percepción es plana porque nos falta la dimensión temporal. Ahora sabemos que la relación entre los carnívoros, los herbívoros y las plantas es parte de un proceso de coevolución que se desarrolla a lo largo de millones de años, y cuando la especie humana interfiere con estos procesos es como soltar un elefante en una cacharrería. El impacto de nuestras prácticas de tala y quema para dar prioridad absoluta a los pastos durante los últimos siglos ha desencadenado un proceso de desertización en la península cuyas consecuencias apenas estamos empezando a sufrir.

 

Ahora bien, la paleontología es una ciencia histórica, más que experimental, y cabe preguntarse: ¿sería posible realizar un experimento que demostrase las hipótesis basadas en el estudio del pasado? Podemos decir cuantas veces queramos que los espacios naturales de nuestra Europa podrían recuperar su salud, diversidad y productividad si dejásemos de intervenir y de “gestionarlos”, pero para demostrarlo sería necesario un experimento. Ahora bien, ese experimento ya se ha realizado, y en estas fechas está de actualidad: se llama Chernobyl, y durante sus 30 años de abandono lleva demostrando lo que ocurre cuando se deja a una amplia zona librada a los mecanismos y equilibrios de la naturaleza. Desde los bosques que, libres de la gestión forestal de los funcionarios soviéticos han recuperado una productividad asombrosa, hasta los lobos, que han regresado libremente a la zona y mantienen el equilibrio de una floreciente población de ungulados, el escenario de la peor catástrofe nuclear de la historia se ha convertido también en un gigantesco laboratorio en el que comprobar el funcionamiento de una naturaleza prácticamente prehistórica.

 

Así pues, sólo desde la ignorancia y la miopía se pude entender la “gestión” de la fauna que se realiza en nuestro país, donde en los cotos de caza se matan miles de carnívoros todos los años a mayor gloria de un pasatiempo anacrónico que esquilma el medio y retrasa la modernización de amplias regiones de España. Pero la complicidad de las administraciones con esa “extinción de alimañas” de tintes franquistas es un ejemplo de corrupción en toda regla, poniendo el patrimonio natural de todos en manos de unos analfabetos ambientales con la misma visión de futuro y solidaridad que los capos de la mafia siciliana. Por todo ello, querido lector, la proxima vez que oiga hablar de “control de depredadores” le invito a que recuerde dos lugares: Batallones y Chernobyl. El pasado prehistórico, el presente nuclear, y todo lo que ha ocurrido entre medias. Entonces sospechará que nos estamos jugando cosas más serias que el hobby cinegético de unos señoritos o la continuidad en el cargo de unos políticos cortos de miras. Estamos hablando del aire que respiramos, del agua que bebemos, y de la continuidad de los procesos de la biosfera que nos mantienen con vida. Que cada uno ponga las cosas en la balanza y saque sus conclusiones.

 

Mauricio Antón

Vicepresidente de Lobo Marley

SUPERSTICIONES, GRAJOS Y LOBOS

El chotacabras es un ave nocturna que recibió su sonoro nombre en los tiempos en que la gente le atribuía la insólita costumbre de mamar de las ubres de las cabras. Hoy sabemos que se trata de un ave insectívora vital para el ecosistema, pero imaginemos por un momento que una parte de la población aún creyese en la superstición medieval y se pidiesen “controles” para proteger a las cabras, ¿Qué actitud debería tomar la administración? ¿Deberían matar al menos unos pocos chotacabras, en un intento de mantener la concordia? Lo cierto es que hoy en día la ignorancia sigue atribuyendo comportamientos imposibles a otros animales, como meloncillos y buitres, retratándolos como azotes del ganado, pero la más reciente y sorprendente leyenda es la de los grajos asesinos, un alarde de imaginación digno de una película de Hitchcock. Un colectivo de ganaderos de ovino de la provincia de Burgos se ha quejado de que los “grajos” (denominación coloquial con la cual seguramente se refieren a las grajillas, o tal vez a grajas o cornejas) están matando ovejas en sus explotaciones. Esto sería una muestra casi entrañable de colorido local si no fuese porque los sindicatos agroganaderos se han apresurado a hacerse eco de la superchería y la han convertido en reivindicación, exigiendo a la consejería de Medio Ambiente de la junta de Castilla y León que “controle esta especie”. ¿Debería acaso la junta matar grajillas para aplacar a los sindicatos, aunque estemos ante observaciones tan carentes de base como las que valieron su nombre al chotacabras?

No es menos grotesco lo que está ocurriendo con el meloncillo en otras zonas de España, donde se acusa a este herpéstido de matar ovejas y hasta vacas. Cualquier zoólogo sabe que la dieta de las mangostas, incluyendo al meloncillo, se basa en el consumo de invertebrados, reptiles, anfibios y pequeños mamíferos, y que el ataque a grandes ungulados es simplemente una imposibilidad biológica. Pero esto no impide que la prensa local olvide todo atisbo de rigor periodístico y publique los relatos más inverosímiles, convertidos por los sindicatos en leña para el fuego de la perpetua reclamación de “controles”. Ahora bien, cuando los mismos medios que publican historias sobre grajos, buitres y meloncillos sedientos de sangre nos bombardean con incontables relatos sobre ataques de lobos, ¿cuánta credibilidad les podemos dar?

Lo cierto es que ante la ignorancia, bien o mal intencionada, caben dos respuestas: combatirla mediante la educación, o “dialogar” con ella en plano de igualdad. Por desgracia, desde la administración y desde algunos sectores del conservacionismo parece que se ha impuesto la segunda opción. Hace tiempo que se predica y se practica una supuesta equidistancia en la conservación de los carnívoros y en particular del lobo, y aquí entra en juego una peligrosa vertiente “social” de la política medioambiental. Se dice que la gestión de los carnívoros siempre será un tema conflictivo, y que por lo tanto hay que “ceder” ante las demandas de controles letales. Aun cuando se ha demostrado científicamente que matar lobos no disminuye sino que aumenta el número de ataques al ganado, se siguen sacrificando numerosos ejemplares en el altar de la ignorancia, para aplacar la desazón social.

Pero los hechos son tozudos. Aunque en España se están matando lobos desde hace décadas en un intento de apaciguar el malestar, no hay ningún indicio de que estos sacrificios estén creando la paz que se perseguía. Al contrario, cuando se percibe que la administración responde a las demandas con más matanzas, el siguiente paso es pedir aún más, como estamos viendo: el exterminio local y las siniestras “zonas libres de lobos”. Al aceptar negociar con la ignorancia hemos creado un monstruo insaciable que se alimenta del conflicto continuo. Los administradores de nuestro patrimonio natural se parecen a aquellos sacerdotes aztecas que pedían sacrificios humanos para propiciar a los dioses de la lluvia, y cuando no funcionaba, concluían que los dioses aún no estaban satisfechos y exigían aún más muertes.

Aún no es tarde para remediar estos entuertos. Desde las redacciones de la prensa regional se puede exigir profesionalidad a los periodistas. Desde las administraciones se puede recuperar la confianza en que las personas, si se les informa y se les respeta, pueden dejar atrás la ignorancia. Y desde el conservacionismo se puede abandonar la psicología del rehén y exponer los hechos con honestidad, en lugar de tratar a los paisanos como niños irritables a los que no se pueden contar las realidades de la ciencia porque no las entenderían. Claro que las pueden entender. Asumir que la ignorancia ha venido para quedarse y renunciar a remediarla es la muestra más flagrante de una mentalidad retrógrada y reaccionaria, cuando no un indicio del afán de utilizar esa ignorancia con fines demagógicos. La educación es una labor larga y esforzada, pero es la única garantía de progreso real, en asuntos de conservación y en todos los demás. Y matar lobos no puede ser la alternativa a la educación ambiental, aunque para una administración oportunista resulte, desde luego, bastante más fácil.

 

Mauricio Antón

Vicepresidente de Lobo Marley

DEFENDIENDO AL LOBO SIN COMPLEJOS

Este 13 de marzo en la Puerta del Sol la sociedad lanzó un mensaje muy claro: queremos al lobo ibérico vivo y protegido, y lo queremos ya. Pero en Lobo Marley, al tiempo que nos alegrábamos por esta fiesta de la participación ciudadana, nos temíamos que los ataques de las fuerzas de la parálisis social nos iban a llegar en breve. Sabíamos que, donde la mayoría vemos un caudal de fuerza e idealismo, otros verían la ocasión de sembrar dudas y cizaña. Y en efecto, en medio del torrente de ilusión por la defensa del lobo que domina las redes sociales desde el domingo, detectamos mensajes amargos que no parecen tener más propósito que poner varas en las ruedas del cambio, y nos hacen recordar porqué en este país algunas cosas parece que no cambian nunca.

 

Un ejemplo es el artículo titulado “De Lobos y Toros” publicado en un blog asociado a la revista “Vanity Fair”. Aunque el autor presume de querer “el lobo vivo, por supuesto”, en seguida pasa a acusar a Lobo Marley de “miserable” y “canalla” a cuento de un texto publicado en nuestras redes tiempo atrás. En aquél texto se planteaba la ambigüedad de algunas reivindicaciones ganaderas, y es posible que su retórica no fuese la más políticamente correcta. Cada articulista se mueve dentro del margen de maniobra de su propio estilo, cosa que el bloguero en cuestión sabrá valorar mejor que nadie. En todo caso, desde Lobo Marley como asociación queremos expresar, una vez más, nuestra comprensión hacia el sufrimiento de aquellos ganaderos que, después de haber tomado las medidas preventivas de rigor, puedan padecer el ataque del lobo sobre su ganado. En nuestras filas militan ganaderos responsables, y nuestra postura oficial a favor de la convivencia entre el pastoreo y el lobo es bien conocida. De hecho abogamos por un pacto territorial que estimule eficazmente esa convivencia. Pero hablamos, eso sí, de una ganadería sensible hacia el medio ambiente y el bienestar animal, y no de una explotación sin escrúpulos de nuestro patrimonio.

 

Pero el desacuerdo del bloguero con el texto en cuestión sólo es el punto de partida para desatar un argumento mucho más tóxico: la consabida descalificación de cualquier reivindicación conservacionista acusándola de provenir de “ecologistas de salón”. Este mote despectivo se viene aplicando a prácticamente cualquier persona preocupada por el medio ambiente, por la mera razón de que viva en una ciudad como le ocurre, lo quieran o no, a la gran mayoría de los habitantes de Europa occidental. El fundamento de esta acusación, según la cual habitar en una urbe inhabilita a cualquier ciudadano para reclamar que se cuide su patrimonio natural, es tan patético que nos asombra que un tópico tan grosero se pueda repetir impunemente en pleno siglo XXI.

 

Fomentar esta falsa dialéctica, que busca crear un conflicto entre dos mundos profundamente interconectados como son el campo y la ciudad, es una manera perversa de matar el tiempo por parte de alguien que cobra por jugar con las palabras. Pero aún más lamentable es el tópico del que hace uso en los últimos párrafos de su ocurrencia literaria, cuando, tras mostrar la imagen sangrienta de una res semidevorada, invita a sus lectores a pensar: “¿Imagina usted que en su trabajo le sucediese algo similar?”. Este llamamiento es tan absurdo como demagógico. Por supuesto que eso es algo que todos hemos imaginado alguna vez, y es la razón por la cual cada tendero compra candados para su negocio, y cada taxista tiene que dejar su coche cerrado y aparcado cuando se va a su casa a descansar.

 

El bloguero admite que él no acudió a la manifestación, lo cual es patente por el desconocimiento desde el cual profiere sus descalificaciones. Si hubiese estado allí, sabría que 230 agrupaciones, incluyendo a los pesos pesados de la conservación en España, no se suman a la ligera a una concentración como ésta. Sabría que el acto generoso de acudir a Madrid desde el campo o la ciudad, desde Zamora, Galicia, Portugal o Francia para defender lo que es de todos y de nadie al mismo tiempo, le da a los manifestantes una autoridad moral a la que él nunca podrá aspirar. El artículo concluye con una propuesta casi angelical: “que ganaderos, administración y conservacionistas trabajen juntos”. ¿Piensa acaso el autor que los que acudimos a la manifestación deseamos algo distinto? El recurso de invitar a la concordia para dar a entender que los demás no la queremos es un truco simple pero de peligrosa efectividad.

 

Puede parecer desproporcionado que dediquemos tanto espacio a un producto literario de segunda como el que nos ocupa. Sin embargo, por la manera superficial en la que repite los tópicos más retrógradas contra el compromiso medioambiental, ese artículo resulta ilustrativo. Una vez que la sociedad se ha expresado con la contundencia con que lo hizo el 13M, es previsible que veremos muchos más ejemplos de esta retórica barata. Este bloguero es sólo uno entre muchos que usan las mismas tácticas, y es importante que sus efectos no nos pillen desprevenidos. Tenemos un largo y laborioso camino por delante, y piedrecitas como ésta las vamos a encontrar una y otra vez. ¡Que no nos hagan tropezar!

 

 

El equipo de Lobo Marley

 

UN MENSAJE DE AGRADECIMIENTO DESDE LOBO MARLEY

20.000 personas Puerta del Sol Madrid Lobo Marley

El domingo 13 de marzo, todos juntos conseguimos lo que parecía imposible, y desde Lobo Marley queremos trasladaros nuestra alegría por la confluencia, física y en la distancia, de tantos defensores del lobo.

Es imposible plasmar en palabras las emociones vividas al sentir esas más de 20.000 voces aullando y reafirmando aún más nuestra determinación en la defensa del lobo. Ayer, en el aniversario del fallecimiento de Felix Rodríguez de la Fuente, nos sentimos con más fuerza que nunca para llevar el testigo de su gran labor.

El lobo no conoce de fronteras ni de banderas; es un ser indómito, icono de libertad, esencial en nuestro planeta y ecosistemas, como bien saben en Ecologistas en Acción, WWF y las más de 230 entidades que apoyaron este acto olvidando divergencias, con un objetivo común; marcar el pulso actual de nuestra sociedad.

Estamos satisfechos de que, junto a tantas entidades conservacionistas de nuestro país también acudiesen agrupaciones extranjeras, como Ferus (Francia) y Zoological (Portugal), que además de a sus respectivos países, también representaban, junto a Lobo Marley, a nuestra “Alianza Europea para la Conservación del Lobo”. Y nos alegra enormemente que también encabezasen esta marcha dos fuerzas políticas: Pacma y Equo, que han sido claro ejemplo de captación del sentir de los ciudadanos, de ese pulso social. Y es que la defensa del lobo ya no es una opción, sino que es un deber.

Confiamos en que pronto junto a Equo y Pacma se aúnen más esfuerzos para que el lobo tenga la consideración y protección que por ley natural le pertenece, porque por él fuimos multitud el domingo 13, pero mañana seremos legión.

¡¡Lobo Vivo, Lobo Protegido!!

El equipo de Lobo Marley

15 de marzo de 2016.

‪#‎LoboProtegidoYa‬

Autobuses para la Manifestación 13 de marzo en defensa del Lobo ibérico

TALAVERA DE LA REINA: Telefonos de contacto: 620 97 20 63  y  680 967 255

 

JAÉN: Ecologistas en Acción-Andalucía, salida desde Jaén. Teléfono y persona de contacto: 633826749 Javier Ramírez. Inscripción hasta el 7 de marzo.

 

EUSKADI (BILBAO / VITORIA): Inscripción obligatoria: coste 15€ por persona

Para apuntarse: dejar nombre y apellidos, teléfono y lugar de recogida en la Ekoetxea. C/Pelota 5, bajo – 48005 Bilbao. Tlf: 944 79 01 19

bizkaia@ekologistakmartxan.org

komunikazioa@ekologistakmartxan.org

Fecha tope de inscripción: 11 de marzo a las 13:00h

 

BURGOS: 15€ interesados contactar con somosmanadaburgos@gmail.com

http://heyevent.com/event/qihpa4fzxu3usa/manifestacion-por-la-defensa-del-lobo-iberico

 

SANTANDER: Salida a las 06:00 y vuelta a las 17:00 horas, precio 15€. https://docs.google.com/forms/d/1afxC2TEUc2H6zycng5KLNmVB0U2QTogq1TWqCk-oV14/viewform

Escribir a: equocantabria@gmail.com

 

GRANADA CON PARADA EN JAEN: El autobús saldrá de GRANADA a las 6:00 h. desde la Calle Neptuno (enfrente del Centro Comercial Neptuno, en la acera del Gimnasio O2). Llegará y saldrá de JAÉN a las 7:00 h, en la rotonda del Carrefour de la entrada de Jaén (Centro Comercial La Loma), donde hay una gasolinera Shell y un Mcdonald´s. Llegada a Madrid (zona Puerta de Alcalá – Cibeles) sobre las 11:30 h. Teléfono de contacto 606 548 002, David.

Más información: https://www.facebook.com/events/551512341704915/

 

CADIZ: Asociación Gaditana para la Defensa y Estudio de la Naturaleza.

Contactar con AGADEN: https://www.facebook.com/Agaden-Ecologistas-1007793402597162/

Más de 150 organizaciones se unen a la manifestación en Madrid por la protección del lobo ibérico

Manifestacion en defensa del lobo iberico 13 marzo 2016La concentración será el 13 de marzo y las entidades piden acabar con  el fin de la caza y establecer una legislación para su protección.

La convocatoria ha conseguido reunir a colectivos de muy diversos sectores, no solo animalistas, o ecologistas, sino también del sector turístico o incluso ganadero.

 

A la manifestación convocada e impulsada por Lobo Marley, EQUO, Alianza Europea para la Conservación del Lobo (EAWC), European Greens y PACMA, se han unido más de 150 organizaciones participantes. Todas ellas demandarán una mayor protección del lobo ibérico en la próxima manifestación del 13 de marzo en Madrid, que comenzará a las 12:00 horas en calle Alcalá numero 24.

La convocatoria ha conseguido apoyos de muy diversos sectores: animalistas, ecologistas, medioambientales, medios de comunicación, turismo e incluso desde el sector ganadero.

Entre las organizaciones adheridas destacan WWF, Ecologistas en Acción, Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia y el Maltrato Animal (AVATMA), Plataforma la Tortura no es Cultura, Sociedad Cooperativa Ganaderías Ecológicas Gallegas o la revista Quercus.

“Nuestra manifestación no es contra nadie, es a favor de nuestro patrimonio compartido y el de nuestros hijos e hijas, a favor de la naturaleza y del mundo rural comprometido con su futuro”, asegura Luis Miguel Domínguez presidente de Lobo Marley, uno de los impulsores de esta iniciativa.

Los convocantes esperan que la manifestación, que se desarrollará entre Banco de España y Sol, sea multitudinaria y que acudan desde todas partes de España. Muchas de las plataformas adheridas están organizando viajes en autobús para acudir a la manifestación.

“Hay que plantear políticas a nivel autonómico y nacional que permitan el margen necesario a las medidas preventivas y eliminen el concepto de la matanza como gestión de la población de lobos” ha declarado el coportavoz de EQUO y diputado Juantxo López de Uralde.

«En un momento como este, la declaración del lobo como especie protegida, es el anhelo de millones de españoles que reclaman un mayor respeto para su patrimonio natural. El nuevo Gobierno tendrá que tomar buena nota después del 13 de marzo» ha declarado Domínguez.

La manifestación quiere ser también un homenaje a Félix Rodríguez de la Fuente, nacido un 14 de marzo, quien presentó una imagen más completa del lobo. “Un ser social, como nosotros mismos, y emblema viviente de la naturaleza española”, defienden las organizaciones.

 

 

MANIFIESTO – Manifestación en Defensa del Lobo ibérico 13 de Marzo

POR LA PROTECCIÓN DEL LOBO IBÉRICO Y EL FIN DE LAS MATANZAS.

El lobo ibérico no sólo es un animal hermoso y emblemático, sino una pieza imprescindible del rompecabezas de nuestra naturaleza. Pero en pleno siglo XXI estamos asistiendo en España a una matanza de lobos a gran escala, una situación intolerable que genera una movilización sin precedentes de la ciudadanía. Cada vez somos más conscientes de que una naturaleza sana no es un lujo de minorías, sino la única garantía de supervivencia de nuestra especie. Y es que proteger nuestro patrimonio natural es, en realidad, un acto de defensa propia.

Los grandes carnívoros son los controladores naturales del equilibrio de los herbívoros silvestres, y esa función produce efectos en cascada en la pirámide ecológica, que redundan en una mayor salud de la fauna, la vegetación, el agua y el aire. La necesidad de restaurar esos equilibrios naturales es una prioridad mundial, y por eso las subvenciones al campo, que se pagan con los impuestos de todos, deben estar sujetas a la adopción de prácticas respetuosas con el medio ambiente, que es nuestro patrimonio común.

El lobo ibérico se desangra hoy en medio de una situación de profundo anacronismo. Nuestra legislación lleva décadas de retraso respecto al conocimiento científico. Aunque el lobo es una especie de interés comunitario en Europa, lo que nos obliga a mantener una población viable y sana, todavía se usa la matanza oficial de lobos (bajo el eufemismo de “control de población”) para, supuestamente, reducir los ataques al ganado. Pero sabemos de sobra que esas medidas no sólo no disminuyen los ataques sino que, al desestructurar las manadas, hacen que éstos aumenten. En algunas regiones el lobo es especie cinegética, a disposición del negocio de la caza de trofeos. Y aunque en teoría la caza deportiva sigue criterios técnicos, lo cierto es que el trofeo más buscado es el macho alfa, aquél cuya muerte causa el mayor trastorno en la sociedad del lobo y las peores consecuencias para la naturaleza y la ganadería.

Para colmo, parte de los lobos masacrados en España proceden de Portugal, donde están estrictamente protegidos y cuya defensa cuesta ingentes cantidades de dinero Europeo. Esta “gestión a tiros” está sumiendo al mundo rural en un círculo vicioso de crispación. Desde Europa se alienta el uso de medidas preventivas, pero la dinámica actual de ataques, venganzas y pagos compensatorios (a menudo sujetos a la picaresca) hace que no haya aliciente para tomar dichas medidas. Se ha llegado a pedir el exterminio local de la especie, lo que no sólo es demencial sino totalmente ilegal. Esta sangría se intenta justificar dando una imagen de abundancia del lobo basada en supuestos “censos” pagados por la propia administración, pero éstos ni son independientes ni tienen una metodología fiable.

Ante esta coyuntura, los convocantes de este acto hacemos una petición muy concreta: solicitamos la declaración del lobo como especie estrictamente protegida por ley en todo el territorio español, y exigimos el fin inmediato de su caza y de los controles letales de su población. Así el lobo simplemente tendrá el mismo estatus que otras especies como el águila imperial, el oso pardo o el lince ibérico. Eliminando el concepto de la matanza como gestión, daremos por fin el margen necesario a las medidas preventivas, y toda ayuda económica estará supeditada a la adopción de esas medidas. Así se dejará espacio para respirar a las nuevas generaciones del mundo rural, que anhelan un sistema nuevo en el que el ecoturismo y otras prácticas responsables con el medio ambiente y el bienestar animal permitan una mayor diversidad laboral y cultural.

Pero incluso estos cambios normativos sólo cubren el aspecto formal, y lo que perseguimos desde esta convocatoria es un cambio social más profundo. De nada vale una norma sobre el papel si las actitudes más miopes, insolidarias e incluso delictivas son toleradas desde las instituciones. Hace falta una ingente labor educativa, y tan importante como la protección legal del lobo es la divulgación de los valores positivos de la biodiversidad. Una labor que ya marcó la diferencia en nuestro país hace décadas, cuando Félix Rodríguez de la Fuente, cuyo aniversario se celebra en estas fechas, se enfrentó a la ignorancia ancestral, puso al lobo ibérico en nuestras pantallas y lo sacó del catálogo de las alimañas.

El lobo es un embajador del conjunto de nuestra fauna salvaje, y también un poderoso símbolo de libertad. Pero la libertad siempre tiene un precio, y por desgracia es posible acostumbrarse a su ausencia, como sabemos en este país. Y lo mismo pasa con la naturaleza salvaje. Sin libertad y sin naturaleza las personas nos transformamos en autómatas, y apenas nos damos cuenta de lo que perdemos y, peor aún, de lo que privamos a las siguientes generaciones. Condenar a nuestros hijos a vivir en un mundo gris, mezcla a partes iguales de vertedero y monocultivo a escala planetaria, es simplemente un crimen. Queremos un mundo verde, en el cual vivir y no sólo sobrevivir. Queremos naturaleza salvaje. ¡Queremos LOBO VIVO, LOBO PROTEGIDO YA!

LEGISLAR AL SERVICIO DEL MAL

Déjeme que le invite a pensar en la última vez que se gastó 10.000 euros de un tirón. Para personas como usted y como yo eso significa que estaba dando la entrada del piso, o puede que se tratase de algo menos agradable, tal vez un gasto relacionado con problemas de salud en la familia. Pero hay personas que no pestañean al hacer un gasto comparable para darse el gusto de acribillar a tiros a un lobo ibérico y colgar su cabeza disecada en el salón. Sobre esas personas sabemos dos cosas sin tener que preguntar: una, que no pasan por los apuros económicos que usted y yo pasamos; y dos, que no comparten nuestros conceptos de la empatía y el respeto por el patrimonio común. Pero lo que a veces olvidamos es que estas personas suelen tener línea directa con los despachos en los que se hacen las leyes que nos rigen a todos. Y un ejemplo sangrante se ha producido hace bien poco.

 

Uno de los espectáculos menos edificantes que hemos visto en tiempos recientes es la matanza de lobos a traición, cebándolos para poderles disparar desde las “casetas de la muerte”. Cuando estas prácticas se hicieron conocidas, las autoridades de Castilla y León tuvieron que aguantar con sonrojo que la ciudadanía las señalase por permitir una actividad tan inmoral como ilegal. En aquel momento trataron de buscar resquicios formales que demostrasen que semejante aberración era legal, pero recientemente han terminado por admitir que no lo era. Y no lo han reconocido valientemente y dando la cara, sino mediante una triquiñuela: intentando hacerlo, súbitamente, legal.

 

Y es que a mediados del pasado mes de enero aparentemente se informó a los propietarios de cotos de caza con lobos en Castilla y León de que, a partir de ese momento, la Junta autorizaba el uso de productos atrayentes para la caza en espera del lobo, incluyendo los restos de ungulados silvestres o de animales domésticos. Algo que podemos calificar sin temor a exagerar como legislación a la carta al servicio de una minoría influyente, y a costa del patrimonio natural de todos. Es muy factible que esta resolución acabe demostrándose, a su vez, ilegal, pero mientras tanto permitirá que un número intolerable de lobos sean ejecutados con esta modalidad abyecta, no sólo contraria a la sensibilidad de cualquier persona cuerda, si no también a los principios básicos de deportividad en la caza.

 

Por desgracia no vivimos en un mundo en el cual baste con tener razón para que a uno se le haga caso. Y por ello el silencio de los que nos indignamos sin levantarnos del sofá se convierte en cómplice de los que retuercen la ley a su antojo. La batalla por defender el patrimonio de todos no es tal cuando uno de los ejércitos se queda en casa; lo que hay es un estado de sitio. Y los que valoramos el patrimonio natural en general, y al lobo ibérico en particular, llevamos demasiado tiempo sitiados. Pero nuestra lucha no es contra nadie, es en defensa del lobo. Se está sembrando interesadamente el odio al lobo, para impedir una protección que perjudicaría al negocio de unos pocos y dejaría a otros sin excusas para fomentar un conflicto que les permite pescar en aguas revueltas. Y sembrar el odio es desproporcionadamente fácil, porque el odio se convierte en un pasatiempo poco exigente para la mente, y en un socorrido pegamento social a falta motivaciones más profundas para luchar por el bien común. En cambio, sembrar la apreciación más profunda de la naturaleza es una labor ingente, y también es un deber de esas administraciones que, de momento, prefieren servir a los saqueadores del patrimonio natural.

 

Por eso debemos acudir en masa a la manifestación del 13 de marzo en Madrid y exigir la protección total del lobo. Los que legislan al servicio del mal lo hacen en parte bajo la presión particular de minorías capaces de pagar pequeñas fortunas por abatir un lobo, pero también empujados por el ruido mediático organizado alrededor de un conflicto inflado artificialmente. Pero si la mayoría silenciosa de ciudadanos sensibles e informados comenzamos a dejar oír nuestra voz, al menos empezará a haber dos bandos en esta lucha. Y por fin los legisladores tendrán una razón para legislar a favor del bien común. Mientras eso no ocurra, preparémonos para ver mucho más de lo mismo.

 

Mauricio Antón

Vicepresidente de Lobo Marley

EN DEFENSA DEL LOBO IBÉRICO

Manifestacion 13 marzo 2016 Lobo Marley EquoLOBO MARLEY, EQUO, la Alianza Europea para la conservación del Lobo (EAWC) y los European Greens se unen y lanzan un llamamiento a las entidades y personas que en el estado español y en Europa son conscientes de la importancia del Lobo, para que se sumen.

Convocamos una manifestación el próximo 13 de marzo en Madrid, para caminar juntos y hacer escuchar la multitud de voces que dicen alto y claro: LOBO VIVO, LOBO PROTEGIDO.

En este invierno en el que por nuestros montes corren ríos de sangre de lobo, en el que parece que la guerra contra el cánido se recrudece, y nos vamos encontrando cada día con noticias sobre matanzas legales e ilegales en toda su área de distribución tanto al norte como al sur del Duero. nos hemos propuesto plantar cara a esta violencia gratuita. La ciencia ha demostrado que los controles letales no resuelven el problema de los ataques sino que lo agravan, por lo cual aferrarse a esas prácticas es un atentado contra la naturaleza y contra la ganadería responsable. Además, el concepto de control y exterminio es profundamente regresivo y un terrible lastre contra la necesaria modernización de nuestra sociedad.

Lanzamos este llamamiento en una fecha que quiere ser también un homenaje a quien nos ayudó a abrir los ojos y olvidar los cuentos medievales: Félix Rodríguez de la Fuente, nacido un 14 de marzo, nos presentó una imagen más completa del lobo. Un ser social, como nosotros mismos, y emblema viviente de la naturaleza española.

Las organizaciones convocantes invitan a la sociedad española a trabajar por un cambio de paradigma social, por un cambio en la legalidad y dar un paso adelante como sociedad asumiendo el reconocimiento de los derechos inalienables de los animales salvajes, del LOBO.

Nuestra manifestación no es contra nadie, es a favor de nuestro patrimonio compartido y el de nuestros hijos, a favor de la naturaleza y del mundo rural comprometido con su futuro.

Hemos hecho nuestras las palabras de Félix: “En las raras ocasiones en que los esfuerzos que vengo realizando en defensa de los animales salvajes han llegado a fatigarme, me ha bastado pensar que la Naturaleza pertenece a los niños para reanudar mi batalla encaminada a la conservación de la fauna”.

El domingo 13 de marzo a las 12 horas tenemos una cita histórica en Madrid por la defensa de un derecho ciudadano. Suma tu voz y grita LOBO VIVO, LOBO PROTEGIDO.

LOBO MARLEY: BREVE BALANCE DE GESTIÓN DEL AÑO 2015

2015 lmLa siembra nos puede parecer el acto más rutinario del mundo, y sin embargo requiere una dosis de paciencia y un pequeño acto de fe, porque hasta donde podemos ver, lo que estamos haciendo es simplemente sepultar las semillas en la tierra. Si se nos permite usar un símil un poco facilón, lo mismo ocurre cuando se siembra la semilla del cambio en la sociedad. Hay que mirar hacia el futuro y confiar en que los procesos sigan su curso, porque si sólo miramos al presente el panorama no es siempre prometedor: a veces parecería que estamos cogiendo lo más valioso que tenemos y arrojándolo a un agujero en la tierra.

Hace ya tres años que Lobo Marley inició su andadura, y durante algún tiempo la semilla que sembramos permaneció en el surco sin dar muchos signos de ir a germinar. Las organizaciones conservacionistas más curtidas veían con desconfianza las propuestas de nuestra asociación, tildándolas de demasiado ambiciosas, e incluso de radicales. Pero en poco tiempo fuimos encontrando un apoyo cada vez mayor de la sociedad, de esos ciudadanos de a pie que son el destinatario de nuestros esfuerzos, los legítimos propietarios del patrimonio natural vivo de este país, y al mismo tiempo nuestra fuerza más importante. Y ahora que entramos en el cuarto año de nuestra andadura, empezamos a ver con más claridad los signos de que la planta está brotando. Nuestra presencia en las redes sociales se afianza y crece cada día; continuamente se suman nuevos socios a nuestras filas; nuestro mensaje llega más allá de nuestras fronteras, despertando el interés y el apoyo de personas e instituciones en el extranjero; y, finalmente, vemos signos de que el mundo del conservacionismo en nuestro país empieza a aceptar como suya la propuesta que constituye la esencia de nuestra lucha: el lobo ibérico debe gozar de protección estricta por ley en toda la península. No podemos conformarnos con menos por una razón muy simple: el lobo es la cúspide de la pirámide ecológica, y el mantenedor del equilibrio de todo lo que está por debajo, desde los corzos hasta los bosques, la hierba y los ríos. Devolver la salud a esos ecosistemas, y permitir que se autorregulen y recuperen su productividad natural ha dejado de ser el sueño de algunos ecologistas: ahora es una demanda ciudadana, y una condición inexcusable para que todos podamos disfrutar no sólo de una calidad de vida digna, sino de unas expectativas realistas de supervivencia a largo plazo para la humanidad y su entorno.

En este 2015 que ha terminado, la lucha ha sido continua, con sus triunfos y sus sinsabores. Vosotros habéis estado a nuestro lado en todo momento, así que no hace falta que os relatemos cada una de las batallitas en las que hemos lidiado, pero sí os queremos ofrecer un resumen de algunos de los hitos que han marcado este año.

A lo largo de 2015, la presencia internacional de lobo Marley ha seguido creciendo y consolidando su actividad, al objeto de por un lado, internacionalizar nuestra causa y visivilizar lo más posible las muertes ilegales y el incesante acoso que por parte de la Administración sufre el lobo ibérico en España; profundizar cada vez más en la creación de Alianzas supranacionales para unir esfuerzos, y en tercer lugar, llevar la defensa estricta del lobo ibérico ante la Unión Europea.

Estos tres objetivos se han abordado satisfactoriamente, en primer lugar con la colaboración de Lobo Marley con una productora Norteamericana que trabaja para National Geographic y con la cual estamos trabajando desde 2014 para contarle al mundo la historia de los lobos indultados por todos vosotros: Almeida y Viriato, así como para mostrar la difícil situación que atraviesa el lobo en la Península debido a los incoherentes contrastes legislativos tan contradictorios entre sí, que padece el lobo en zonas fronterizas con Portugal, y de una Comunidad Autónoma a otra, dilapidando ingentes recursos económicos del contribuyente español, portugués y europeo, y condenando al lobo ibérico a la endogamia permanente en el norte de España, y al riesgo de la extinción, en lugar de a su recuperación en el sur.

En ese sentido, y de la mano de nuestros compañeros en Portugal, y nuestros nuevos socios en Francia, a mediados de este año pasado, anunciábamos la creación a propuesta de Lobo Marley de la Alianza Europea para la Protección del Lobo,

www.facebook.com/European-Alliance-for-Wolf-Conservation-771954562908834/?fref=ts

Esta Alianza estratégica inicia su actividad de forma ya constante y creciente en este año 2016, buscando como objetivo común la unión de todas las organizaciones e Instituciones europeas que defiendan al igual que nosotros, la protección estricta del lobo como pieza fundamental del equilibrio de los ecosistemas, y como especie que de forma natural regula cualquier exceso de ungulados o de epidemias en la fauna silvestre, al tiempo que es autoreguladora de su propia demografía, siendo por tanto contraproducente y nociva a todos los niveles su caza, o los controles letales de cualquier tipo como demuestran cada vez más los estudios científicos.

Esta nueva Alianza para la protección estricta del cánido, servirá también de base para una mayor capacidad de influencia, interlocución, difusión y defensa ante Bruselas y frente a nuestros respectivos gobiernos, de nuestro trabajo en defensa del lobo, apoyado desde ahora también desde fuera de nuestras fronteras por cada vez más instituciones que se vayan adhiriendo a esta lucha común, y desde todos los ámbitos de influencia posible: tanto políticos como civiles, medios de comunicación extranjeros afines a nuestra causa que podamos entre todos aunar.

Respecto a las relaciones con Bruselas, Lobo Marley asistió en noviembre a una petición de comparecencia en la Sede del Parlamento Europeo, para defender nuestra petición parlamentaria 1771 de 2013, la cual después de numerosos problemas y presiones hemos logrado mantener abierta para que prosiga el análisis de la documentación y argumentos presentados por escrito, denunciando los casos de prevaricación e incumplimiento de la Directiva Habitats respecto del lobo ibérico al norte y al sur del Río Duero. El punto central de dicha petición era además, exigir la protección estricta del lobo ibérico en todo el territorio nacional, un paso imprescindible para la especie, para nuestros ecosistemas y su biodiversidad, así como para el futuro del mundo rural a través de una economía más moderna, sostenible, y perdurable en el tiempo, que aproveche todo el potencial que el eco turismo ha de generar también en España.

2015 ha sido un año electoral, y Lobo Marley ha colaborado con otras organizaciones conservacionistas que se han ido sumando a nuestra exigencia principal: pedir la protección estricta por ley del lobo ibérico en toda la península.

De cara a las elecciones municipales y autonómicas, Lobo Marley trabajó con Ecologistas en Acción y ASCEL en la elaboración de un conjunto de 11 medidas para la conservación efectiva del lobo en España, que fueron presentadas ante la prensa en mayo y que se ofrecieron a los partidos políticos que concurrían a los comicios.

Ante la convocatoria de las elecciones generales en diciembre, Lobo Marley colaboró una vez más con Ecologistas en Acción y ASCEL, con la adición esta vez de WWF, redactando un conjunto de 12 propuestas para la conservación del lobo ibérico, adaptadas esta vez al ámbito nacional, que fueron presentadas a la prensa en nuestra flamante nueva sede: el “Gabinete de Historia Natural”. De hecho, la petición de la protección estricta del lobo ha figurado por primera vez en los programas de al menos dos partidos que han concurrido a estas elecciones generales.

Mirando atrás comprobamos que la labor de concienciación de Lobo Marley poco a poco va calando, no sólo en el conjunto de la sociedad, sino también en el mundo del conservacionismo, que ahora va asumiendo nuestra exigencia de protección para el lobo, cada vez más, como propia. Un buen ejemplo de esta tendencia lo vemos en la publicación del cuaderno especial sobre el lobo ibérico en la revista Quercus en septiembre de 2015. En esta publicación no sólo se incluye un artículo firmado por el presidente y el vicepresidente de Lobo Marley exigiendo la protección por ley del lobo ibérico, sino que se reúne un conjunto de artículos que ponen en negro sobre blanco la necesidad de una conservación más efectiva del cánido. Especialmente contundente es el editorial de Quercus al respecto, exigiendo ya desde el titular “Un respeto para el hermano lobo”.

La creciente sintonía del conservacionismo español con la línea de actuación de Lobo Marley también se ha reflejado en los premios que hemos recibido, ya sea a título personal o como organización, este año: Ecologistas en Acción de Navarra concedió a nuestro presidente , Luis Miguel Domínguez, el premio Medio Ambiente 2015 por su labor divulgativa y conservacionista, inseparable de su papel en Lobo Marley. Por otro lado, “Emlobados con Solana del Pino” otorgó a Lobo Marley el premio Lobo Ibérico 2015, entrega que estuvo a cargo del artista Fernando García Herrera y la Alcaldesa de Solana del Pino.

Lobo Marley no podía estar ausente en una fecha tan señalada como el aniversario de la muerte de Félix Rodríguez de la Fuente, ocasión que aprovechamos para celebrar su obra y recordar su compromiso con la conservación del lobo en una localidad tan simbólica como Villardeciervos, en el corazón de la zona lobera de la Sierra de la Culebra. Allí aprovechamos para dejar claro ante los medios de comunicación nuestro rechazo de la anacrónica subasta anual de derechos de caza de lobos, que se celebraba precisamente ese día.

También este año ha continuado nuestra colaboración con el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid mediante la organización de conferencias sobre distintos aspectos de la conservación de la naturaleza.

Y, estando nuestra sede en Madrid, no hemos podido estar al margen de los acontecimientos que está generando el retorno del lobo ibérico a esta comunidad. Mientras que la presencia del cánido en la región es un motivo de celebración para la ciudadanía, no han dejado de producirse actos de desinformación con el propósito de crear conflictividad alrededor del lobo y favorecer con ello intereses particulares. Lobo Marley pudo comprobar de primera mano la inexactitud de algunas noticias alarmistas relacionadas con el lobo en Madrid, obligando a los medios de comunicación a emitir las rectificaciones pertinentes.

Lobo Marley sigue siendo la voz del lobo ibérico, y cada vez va a resultar más difícil para las administraciones ignorar las demandas de una sociedad moderna y sensible, que hace tiempo que dejó atrás el mundo ficticio del cuento de Caperucita Roja, y que tiene una visión del lobo más acorde con la realidad científica y con la necesidad y el derecho ciudadano a disfrutar de una naturaleza saludable y completa.