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Lobo Marley vuelve a Bruselas

LM UE 2017Mañana, 23 de marzo, Lobo Marley defenderá una vez más ante la Comisión Europea la necesidad de proteger el lobo ibérico y denunciará la ilegalidad de las matanzas “excepcionales” de lobos al sur del Duero por parte de las administraciones.

Como ya ocurrió en 2015, la comisión desgraciadamente presta oídos a la información caduca e inexacta que le proporciona el gobierno español, empeñado en seguir matando lobos, y de nuevo intentarán cerrar nuestra petición. La atención al detalle por parte de la Comisión ha sido tan escasa que sólo cabe pensar que la decisión está tomada de antemano. Por ejemplo, en su “comunicación a los miembros”, la comisión dice que la población de lobo ibérico de la región biogeográfica alpina (que en los términos de los informes técnicos equivale a decir del Pirineo) está “en estado favorable de conservación”. Por supuesto, un vistazo a la documentación citada por ellos mismos muestra que esa población es inexistente. Como prueba añadida del buen estado de las poblaciones de lobo ibérico la Comisión dice que en Sierra Morena quedan 42-49 lobos… huelgan los comentarios. Como ya hicimos en 2015, expondremos argumentos contundentes y aportaremos documentación para convencerles de mantener abierta la petición.

Pase lo que pase, se trata tan sólo de una batalla en la larga guerra por poner al lobo ibérico en el lugar que merece entre las joyas de nuestra naturaleza. Una lucha que sólo puede continuar gracias a vuestro apoyo constante.

EN DEFENSA DEL LOBO IBERICO – Manifiesto 2017

Cartel manifestacion en defensa lobo iberico 2017 webEN DEFENSA DEL LOBO IBERICO

 

Un año después de la histórica manifestación en defensa del lobo ibérico, esta especie emblemática se sigue desangrando, y la necesidad de reclamar su protección desde la calle es más urgente si cabe. El lobo es el controlador natural de los herbívoros salvajes, y su presencia garantiza la salud de los ecosistemas, y por ello la Unión Europea lo ha declarado especie de interés comunitario.

 

La ganadería extensiva ha sido históricamente clave en la conservación de los ecosistemas y la sociedad debe valorar sus productos y su trabajo como guardianes de la naturaleza. Durante siglos ha habido una coexistencia entre fauna salvaje y ganadería, que hoy en día, es necesario restablecer. La promoción y defensa desde Europa hacia la protección del lobo y en favor de la coexistencia, contrasta con la gestión cortoplacista de las administraciones públicas españolas.

 

Al norte del Duero, las autoridades fomentan auténticas campañas de exterminio sin ningún criterio científico, mientras el negocio de la muerte del lobo se mantiene para diversión de unos pocos y para enriquecimiento, a menudo ilegal, de los tratantes de la muerte de nuestra fauna. El lobo está protegido en Portugal, pero cada vez que los lobos portugueses entran en España son acribillados a tiros. Incluso en nuestros Parques Nacionales los gestores prestan oídos a intereses privados que piden la muerte de la fauna silvestre. El lobo está protegido al sur del Duero, pero las autoridades favorecen su persecución amparándose en supuestas excepciones.

 

Esta continua matanza impide que el lobo alcance un estado de conservación favorable (exigido por la normativa europea) en la mayor parte del territorio que se le arrebató, pero también impide el cambio en el mundo rural hacia un modelo más moderno, donde actividades tradicionales y otras nuevas como el turismo de naturaleza contribuyan a la diversidad económica necesaria para traer prosperidad y empleo a las nuevas generaciones. Ésas que desean una verdadera convivencia con la fauna y no quieren perpetuar prácticas insostenibles y enemigas del medio ambiente.

 

Los ciudadanos no queremos seguir tolerando esta matanza y estamos a favor de la coexistencia de la ganadería extensiva y el lobo. Y para que nuestra voz se escuche alta y clara nos vamos a manifestar el domingo 12 de Marzo de 2017 en Madrid. Vamos a demostrar una vez más que el lobo no está solo ante los que quieren masacrarlo involucrando a toda la sociedad rural. Somos muchos los que reclamamos el derecho a una naturaleza saludable para nosotros y para nuestros hijos.

 

Con la convocatoria de este acto hacemos una petición muy concreta: solicitamos la declaración del lobo como especie estrictamente protegida por ley en todo el territorio español, y exigimos el fin inmediato de su caza y de los controles letales de su población.

MATAR PARA SABER QUÉ SE SIENTE

a a Gill and deer2¿Cuál es la relación entre la caza “deportiva” y la violencia? ¿Qué efecto tiene sobre la mente el hábito continuado de quitar la vida a otros seres, sobre todo si se hace por placer? “Los placeres violentos tienen finales violentos”, nos advertía Shakespeare, pero esta verdad adquiere un matiz más tenebroso cuando los placeres, además de violentos, son gratuitos. La violencia puede surgir de la represión o de la injusticia, pero también puede ser un divertimento ocioso, y entonces llega a generar una pavorosa indiferencia hacia el sufrimiento. Sorprendentemente, esa condición no es incompatible con la sofisticación mental. Un buen ejemplo lo constituye el escritor escocés recientemente fallecido Adrian Anthony Gill. Experto culinario y crítico de televisión, era uno de los columnistas más leídos -y tal vez el mejor pagado- del Reino Unido.

 

Hasta aquí un perfil que podemos consultar en la Wikipedia, pero lo interesante es el desarrollo del personaje como se revela en sus escritos. Gills fue cazador toda su vida, aunque su modalidad favorita, el rececho al ciervo, requería un nivel de ejercicio físico incompatible con su tabaquismo, y en la disyuntiva escogió el tabaco. Pero años después dejó de fumar y volvió con renovados bríos a la caza del venado en su Escocia natal, retorno que recoge en un relato de un lirismo casi enfermizo. Compara la caída del ciervo herido de muerte con el vuelco de un navío de altos mástiles en la mar, y observa meditabundo como la vida se apaga al dar la puntilla al animal agonizante: “Siempre me asombra que incluso en una muerte tan violenta la partida de la vida sea tan suave y tan frágil. Puedes sentir cómo se retira, evaporándose con el más tenue de los susurros”. Esta “poesía” cinegética va unida a la exaltación de sus orígenes, como escocés afincado en Londres que vuelve a su terruño para experimentar sensaciones primordiales en un entorno salvaje. Este pretendido ennoblecimiento de la caza asimilándole los valores de las raíces culturales y de la naturaleza no es nada nuevo, pero Gill pone a su servicio todo su arsenal literario.

 

Pero entre tanto ocurre algo más en la vida de Gill. Alcanza un éxito inesperado, y vive esa sensación soñada por muchos de hacer y decir lo que se le viene en gana sin preocuparse por las consecuencias, lo que alimenta un ansia renovada de sensaciones, como en un niño caprichoso al que nadie enseña “los límites”. Y de su saciedad cinegética (“he disparado a muchas cosas en muchos sitios”, escribió) surge una nueva curiosidad: “Yo quería hacerme una idea de qué se sentiría matando a alguien, a un desconocido. Lo ves en todas esas películas: armas y cadáveres, sin apenas un primer plano de reflexión o duda. ¿Qué se siente realmente al disparar a alguien, o a un pariente cercano de alguien?”.

 

La ocasión de comprobarlo la tuvo durante un safari de caza en Tanzania en 2009, cuando entre antílope y antílope se vió de repente ante la oportunidad de disparar a un babuino. Tener ante sí a un pariente próximo le despertó el deseo de convertirse, según sus propias palabras, “en un asesino recreativo de primates”, deseo que satisfizo de inmediato. Pero como buen cazador, su hazaña no estaba completa sin la exhibición, y para ello Gill contaba con el mejor escenario: una columna en el “Sunday Times” seguida por millones de lectores cada domingo. Allí escribió: “Sé perfectamente que no hay ninguna justificación para esto: el babuino no es comestible salvo que seas un leopardo. La débil excusa del control por los daños es la misma que usamos para matar zorros: un velo para encubrir nuestra traviesa diversión”. El siguiente golpe de efecto es la descripción puramente técnica de su hazaña: “Le acerté justo debajo de la axila. Se desplomó y resbaló hacia un lado”. Gill escribe como un cronista deportivo que relata un remate a puerta durante un partido de fútbol. “Recorrimos a pie la distancia que nos separaba del animal: 250 yardas. No fue un mal disparo”.

 

Cuando se enfrenta al cadáver de su víctima, su crónica desciende de la fanfarronería al nihilismo: “Como suele ocurrir en la vida, cuando miras a traves del lente de aumento lo que ves es lo prosaico y lo lastimoso. Una vez muerto, el babuino parecía mucho más pequeño”. Pero el mono no es lo único que murió en ese lance; parecería que con él se fue una parte importante de la humanidad de Gill. Tras décadas de embotamiento por el ejercicio repetitivo de la violencia, su capacidad de sentir el impacto de una muerte caprichosa y culpable había desparecido por completo. Pero a nivel fríamente intelectual sabía bien lo que había hecho. En una ocasión describió a los babuinos como “no más estúpidos que Piers Morgan”, en alusión al presentador de un programa matutino de la TV británica. Ese afán por expresarse de manera descarnada y a menudo cruel constituía un claro ejercicio de cinismo, pero para el público desprevenido pasaba por honestidad.

 

Durante las crisis de alcoholismo de su juventud, Gill deseó que le diagnosticasen un cáncer, ya que al menos eso daría “algún sentido” a su profundo odio de sí mismo. Al final, la semilla que había plantado durante 3 décadas de tabaquismo fructificó en 2016, y con su estilo característico Gill escribió que le había tocado el “menú completo del cáncer inglés”. Parecía enfrentarse a sus males con el humor inquebrantable de quien ha relativizado el valor de la vida, pero su último artículo fue para quejarse de que la sanidad británica no le pagaba un tratamiento de inmunoterapia que le habría podido dar más tiempo. Ahora no tenía especial prisa en contemplar la “suave y frágil” partida de la vida, y a falta de una curación quería al menos “un tramo más de vida. Más vida con tus hijos, más vida con tus amigos, más vida cogiendo manos, más vida compartiendo, más vida pasada en la tierra”. No habría de ser. No sabemos si su vida se evaporó “con el más tenue de los susurros”, pero a las puertas de la muerte percibió lo que cualquier animal, humano o no, lleva escrito en su ADN: que si hay algo en este mundo que no es un juego es el impulso a aferrarnos a la existencia. Tal vez se diera cuenta entonces de que por la misma razón nadie tiene derecho a quitar vidas por aburrimiento o “para saber qué se siente”. Pero la mente humana es inagotable en su capacidad de autoexcusarse, así que yo no apostaría por ello. En todo caso, sería difícil encontrar un ejemplo en el que el propio sujeto haya documentado mejor (y con más brillante prosa) su abandono, con ayuda de la caza, de uno de los rasgos que nos hace realmente humanos: la compasión.

 

Mauricio Antón

Vicepresidente de Lobo Marley

 

Manifestación en defensa del Lobo ibérico 2017

LoboVivo LoboProtegido 2017 - media¡LOBO VIVO, LOBO PROTEGIDO!
Manifestación en defensa del Lobo ibérico 2017

Te invitamos a ser parte de la lucha por la defensa del lobo en España, súmate y marcha junto con nosotros el proximo 12 de marzo en Madrid.

El año pasado fuimos más de 20.000 personas llenando la Puerta del Sol, este año necesitamos ser muchos más para demostrar que el lobo tiene el apoyo de la sociedad civil. Esta es una manifestación a favor de todos y en contra de nadie, por la biodiversidad y nuestro patrimonio natural.

Convocan: Lobo Marley, Ecologistas en Acción, WWF España, EQUO, European Greens y European Alliance for Wolf Conservation

Entidades interesadas en sumarse escribir al correo electrónico defensalobo@gmail.com

¡Te necesitamos!

LOBO MARLEY PIDE ESCLARECER LA CAUSA DE LA MUERTE DE UN PERRO DURANTE UNA BATIDA DE CAZA EN PRAVIA

Pravia Asturias Lobo Marley pide a través de una denuncia penal y administrativa que se determine mediante una necropsia si la muerte de un perro durante una batida de caza en el municipio asturiano de Pravia fue debida al ataque de un lobo o a un posible delito de maltrato animal.

 

El suceso tuvo lugar el pasado 6 de enero, y según manifestó el propietario del perro, un lobo atacó la cabeza del animal mientras estaban cazando corzos. En una de las fotografías difundidas, el perro presentaba como causa de su muerte, únicamente, una profunda herida en el cráneo. En otra, supuestamente obtenida tres horas después de la muerte del animal, se observa un corte extremadamente limpio que le secciona toda la zona abdominal. Estas imágenes hacen poner en duda que la muerte del perro se debiera al ataque de un lobo por sus características comportamentales, máxime mientras se celebraba una batida.

 

Tanto las fotografías del cadáver del perro, como el contexto en el que supuestamente se desarrolló el ataque e ingestión del animal, por parte de un lobo, desde un punto de vista etológico, no son verosímiles. Es por este motivo por el que se solicita un esclarecimiento de los hechos mediante el único método que determinará sin género de duda si la muerte se produjo por un ataque de lobo o si estamos ante un delito de maltrato animal.

 

Hay que recordar que, actualmente la Guardia Civil investiga a 20 personas que reclamaban subvenciones por daños producidos supuestamente por ataques de lobos. La investigación se inició en 2014 con cientos de expedientes tramitados por el gobierno regional de Asturias y en muchos casos se determinó que tales daños no habían existido. Se estima que podían haber sido percibidos ilegalmente más de 200.000 de euros por estas denuncias fraudulentas.

 

Visto que criminalizar al lobo sale muy rentable, exigimos mayores controles y constatación por medio de las correspondientes necropsias que determinen la realidad que se esconde tras casos como el producido en los montes de Pravia, máxime cuando podemos estar ente un delito penal.

CAZA, TAXIDERMIA Y NORMAN BATES

huntress-and-leopardRecientemente hemos leído una instructiva entrevista al presidente de la Federación de Caza de Castilla y León en relación con la prohibición de cazar en los Parques Nacionales, que se hará efectiva al inicio del 2021. Como cabía prever, este señor profetiza que si dicha prohibición se lleva a cabo será poco menos que el apocalipsis del mundo rural. Le duele especialmente que le impidan cazar lobos, y dice: «No sé por qué hay que dejar de cazar lobos cuando las ganaderías extensivas en Castilla y León han pasado de 14.000 a solo 3.000 en diez años. Se ha condenado a mucha gente a la ruina y a que no vivan en zonas rurales o se conviertan en desiertos por no haber sistemas de vida”. Más allá de este solapado intento de culpar al lobo del declive de la ganadería regional, la entrevista se convierte en una exposición de las virtudes de la actividad cinegética para la conservación de la naturaleza, donde el cazador es el mejor aliado de la sabiduría ancestral del campo, etc. Esto no es nuevo: los cazadores no pierden ocasión de decirnos que ellos son los verdaderos conservacionistas, y que además aman profundamente a los animales, aunque añaden que este amor es una emoción tan compleja que nadie que no sea cazador puede entenderla. Pero con un poquito de sutileza psicológica sí que es posible entender esa pasión, como veremos.

 

Hay que admitir que, a menudo, el cazador siente verdadera fascinación por algunos animales, pero se trata de una atracción profundamente posesiva, y por lo tanto incompatible con la libertad de esos seres. Por eso necesita acabar con esa libertad, y sólo en el momento en que los ha reducido a meros cadáveres puede sentirse satisfecho. Una vez abatidos por su escopeta, por fin puede “amarlos” sin que se le escapen. Esta contradicción perversa es el origen de tantas fotos como vemos en internet en las que el cazador posa con su presa como si ésta estuviese dulcemente dormida en vez de ser la víctima de una muerte violenta. La cazadora rubia que posa con su leopardo a hombros parece casi una pastorcilla que lleva a su tierno corderito de acá para allá.

 

Los cazadores suelen asegurar que los conservacionistas vemos a los animales como ositos de peluche porque no conocemos tan bien como ellos las duras verdades de la naturaleza. Sin embargo, son precisamente ellos los que convierten a sus víctimas en siniestros peluches eternos exhibidos en su salón. ¿Por qué? Muy sencillo. Una vez que han matado al lobo o al leopardo, pueden por fin acariciarlo a placer, pero el problema de que el bicho esté muerto es que con el tiempo se termina por pudrir. Pero la taxidermia ofrece la solución definitiva a ese inconveniente, y es precisamente la taxidermia como destino de las víctimas del cazador de trofeos lo que nos permite entender su complejo “amor” por los animales.

 

Una genial exposición literaria de la taxidermia como apropiación posesiva la encontramos en la película “Psicosis”, de Hitchcock. Cuando la joven Marion llega al funesto motel de Norman Bates (donde será apuñalada en la clásica secuencia de la ducha) y se interesa por las numerosas aves disecadas, Norman le dice: “no vaya a creer que entiendo de pájaros vivos… mi pasatiempo es rellenarlos”. Y luego dice que lo hace porque los pájaros “adquieren cierta pasividad cuando están disecados”. Esa pasividad ante el dominio de Bates es la clave de la taxidermia como acto necrófilo, pero, por si el simbolismo no quedaba lo bastante claro, Hitckock lo recalca con el gran giro argumental de su película. Al final descubrimos horrorizados cómo el pequeño Norman Bates se sentía celoso cuando su madre se echó un amante, por lo cual los envenenó a ambos. Pero él pensaba que su afán posesivo hacia su madre era “amor”, y no quería perderla, sobre todo ahora que, ya cadáver, no tenía voluntad propia y era un mero juguete en sus manos. Por eso la disecó, en un acto que en cierto modo resume el significado profundo de la taxidermia cinegética. La próxima vez que un cazador le diga que él ama a los animales de una manera que usted no puede entender, le invito a pensar en Norman Bates y en su madre disecada. Podríamos decir que el cazador diseca a la Madre Naturaleza de una manera igual de “amorosa”.

 

Obviamente no olvido que Norman Bates es un personaje de ficción, que traigo a colación aquí sólo como recurso dialéctico. Tampoco pretendo equiparar los crímenes de un asesino en serie con la actividad cinegética, simplemente utilizo estas figuras literarias como ejemplos de actitudes generales, ya sea de posesividad o de afectividad mal entendida. En su disertación “War within Man”, el gran Erich Fromm definía dos orientaciones opuestas en las personas, la biofilia, positiva y creativa, y la necrofilia, destructiva y negativa. En esa obra escribe: “La persona necrófila sólo se puede relacionar con un objeto, ya sea una persona o una flor, si lo posee; por lo tanto, cualquier amenaza a esa posesión es una amenaza contra él mismo, porque si pierde la posesión pierde el contacto con el mundo”. Desde el punto de vista psicológico, la pataleta de los cazadores ante la futura prohibición de cazar en los Parques Nacionales es una muestra más de esa posesividad que tan claramente define la actitud necrófila.

 

El grito de “Viva la Caza” que circula acá y allá por las redes sociales nos trae un eco inquietante de aquél otro eslógan que hizo estremecer a Miguel de Unamuno en 1936, durante la tristemente célebre alocución de Millán-Astray en la Universidad de Salamanca. En aquella ocasión el filósofo dijo “Acabo de oir el necrófilo e insensato grito de Viva la Muerte”, y al final terminó con las contundentes palabras “Venceréis pero no convenceréis”. Salvando las obvias distancias, no quisiera uno creer que en pleno siglo XXI los defensores de un pasatiempo perverso y antieducativo puedan vencer a la larga, pero tal vez lo más triste es que haya personas de bien que todavía se dejen convencer por una manojo de sofismas y engañifas que no aguantan el más elemental escrutinio crítico. Bajo cualquier circunstancia las pretensiones de los cazadores de “gestionar” la fauna son cuestionables, pero en el caso de los Parques Nacionales, y refiriéndose para colmo a la caza de predadores apicales como el lobo ibérico, resultan simplemente ridículas, y deben entenderse como lo que son: meras excusas para mantener un hobby minoritario cada vez más rechazado por la sociedad. La prohibición de la caza en los Parques Nacionales no es más que una consecuencia lógica de la finalidad de esos espacios protegidos, y si hay algo escandaloso es que se esté concediendo tanto tiempo al sector cinegético para renunciar a una actividad tan dañina como injustificable en las joyas de la corona de nuestra naturaleza.

 

Mauricio Antón

Vicepresidente de Lobo Marley

 

Carta al Zoo de Barcelona

logo zoo barcelonaAsociación Lobo Marley C. Victoria 9, Madrid

27-12-2016

A la atención de Conrad Enseñat, Conservador de mamíferos y Dr. Hugo Fernández, jefe del servicio veterinario, Parc Zoològic de Barcelona.

Sobre el estado de los lobos ibéricos que forman parte de la colección del parque.

 

Estimados señores:

Hemos seguido con preocupación algunos incidentes acaecidos en el seno del grupo de lobos ibéricos que se mantienen en el parque zoológico de Barcelona, y queremos dirigirnos a ustedes para expresarles nuestro malestar al respecto. Somos conscientes de que el mantenimiento de una especie con una estructura social compleja como lo es el lobo ibérico dentro de las limitaciones propias del espacio de un zoológico implica una dificultad añadida. Pero no es menos cierto que las agresiones en un grupo de lobos son fácilmente observables en cautiverio, debido a las vocalizaciones y expresiones faciales de estos cánidos, dentro de su conducta social.

Por ello pensamos que después de la muerte de la loba “Penélope” por agresión de sus congéneres, en concreto sus hijas, en Septiembre de 2013, se deberían haber tomado medidas para que no se repitieran sucesos de esa índole. En su momento los medios de comunicación se hicieron eco de esa muerte, al tratarse de la misma loba que había escapado del recinto en 2011 (una fuga que por lo demás fue consecuencia de un fallo de los responsables del centro, ya que la valla tenía entonces una altura a todas luces insuficiente). Desgraciadamente la historia se ha repetido, y otra loba ha muerto en Octubre de 2016. Teniendo en cuenta las marcas de mordiscos y cicatrices que presentaba el ejemplar resulta evidente que ha tenido el mismo trágico y violento destino que su madre, y que las agresiones no fueron fortuitas. La muerte del animal no se produjo de un día para otro, sino que repetidas peleas jerárquicas, una vez más, han terminado con el más débil, y se ha permitido que esto ocurra a pesar de la existencia de un claro precedente. Durante los meses de Noviembre y Diciembre del mismo año se ha observado a una tercera loba cojear severamente y esto nos hace temer que la situación puede volver a repetirse.

Confiamos en que ustedes o sus superiores tomen medidas en lo que al bienestar de estos ejemplares se refiere y si no es posible la estabilidad social del grupo, se realicen mejoras en las instalaciones, tales como una ampliación de las mismas, o bien se busque un centro más idóneo donde poder acoger al grupo o cuando menos a alguno de los tres individuos que todavía siguen con vida.

La evolución y el estado de estos animales no resulta aceptable en una institución que se precia de salvaguardar el futuro de especies amenazadas, y menos todavía teniendo en cuenta que hasta ahora Enseñat es la persona responsable de la coordinación de la EEP (programa Europeo de cría) de esta emblemática especie.

 

Atentamente,
El equipo de Lobo Marley

Ganadería extensiva y lobos en el siglo XXI

Ganadería extensiva y lobos en el siglo XXIEn el marco del desarrollo de nuevas iniciativas y/o mejorar las ya existentes, se han celebrado en la Biblioteca Pública Iván de Vargas de Madrid, unas jornadas donde el Lobo Ibérico y la ganadería extensiva han sido los protagonistas. En este punto de encuentro se han dado cita, de una parte, representantes de diferentes comunidades autónomas, como lo son: José Ignacio Ortega Pecharromán, consejero de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León y Orencio Hernández Palacios de la Dirección General de Biodiversidad del Principado de Asturias. Y por otra parte, representantes del Cuerpo de Agentes Medioambientales de la CAM, ganaderos y miembros de otras plataformas y ONG’s. Lobo Marley estuvo allí presente.

La postura de las administraciones está clara: Consideran que el lobo compite con los recursos naturales y humanos, provoca daños y hay que hacer frente a esos daños. Y aunque ambos coinciden en considerar positivamente el uso de medidas preventivas y el pastoreo como herramientas de trabajo y persuasión, también reconocen la poca o nula posibilidad de llevar a cabo algunas de ellas, como por ejemplo la instalación de apriscos y otros cerramientos, fijos o móviles, dadas las dificultades, por un lado, orográficas y por otro, la fragmentación del espacio que se produce por el gran número de explotaciones ganaderas, sobre todo en Asturias. La Junta de Castilla y León mantiene la excepcionalidad del control letal de lobos al sur del Duero. Sin bien, las líneas de trabajo o de gestión por parte de estas administraciones las conocemos todos, hay que decir también que ambas reconocen el diálogo como medida de entendimiento con la parte afectada y la lucha en pro de favorecer la coexistencia, minimizar los daños y compensarlos en tiempo y forma de manera adecuada.

Con especial interés seguimos la charla de Jaime Sánchez Barajas, ganadero de ovino en la sierra noroeste de Madrid en la que convive y comparte espacio con el lobo. Jaime sale diariamente con su ganado acompañado por mastines y no ha tenido ningún problema. Todo un ejemplo.

Representantes del Cuerpo de Agentes Medioambientales, Javier y José Luis, nos acercaron a la realidad del monte, al día a día con los ganaderos y sus ganados y a los problemas con los que se enfrentan diariamente. Ellos son los primeros en acudir a las zonas de conflicto y si procede, los que abren diligencias e inician los expedientes. No entienden y así lo contaron, como es que en zona ganadera y lobuna se intensifique la actividad cinegética.

Ramón Pérez de Ayala (WWF) nos acercó un poquito más al proyecto Life destinado a Andalucía y dirigido a informar, sensibilizar y concienciar sobre el posible regreso del lobo al sur peninsular.

Por último y promovido por Theo Oberhuber (EA), se creó una «Fila 0» donde representantes de otras organizaciones aportaron su granito de arena en éstas jornadas. En ella participaron Juan López de Uralde (Equo), Mauricio Antón (Lobo Marley), José Luis Sánchez (CCOO Agentes Medioambientales) e Isabel Díez Leyva (EA), exponiendo los puntos de vista y actividades de sus respectivas organizaciones sobre el tema, mientras que Máximo Muñoz nos contó su iniciativa de hacer una petición para crear una certificación de carne de ternera respetuosa con el lobo en la provincia de Ávila.

 

Agradecer la iniciativa a Ecologistas en Acción, por crear el espacio y generar el encuentro.

 

Equipo de Lobo Marley

LA FISCALÍA GENERAL DEL ESTADO DEJA A LA SOCIEDAD CIVIL LA DEFENSA DEL LOBO IBÉRICO

Hace dos años, Lobo Marley se reunió con el fiscal de Medio Ambiente, Antonio Vercher, en la sede de la Fiscalía General del Estado. Llamamos entonces su atención sobre la infame modalidad de caza de lobos con cebaderos desde casetas en Castilla y León, una práctica contraría a la letra y al espíritu de la ley de caza pero sobre todo desleal e injustificable. El fiscal nos pidió que le aportásemos cuanta documentación pudiésemos conseguir al respecto, cosa que hicimos cumplidamente.

 

Ahora, dos años después, la fiscalía finalmente nos envía una carta en la que reseña el resultado de sus actuaciones, y cuyo texto ponemos a disposición de quienes quieran consultarla. En ella nos comunican que, efectivamente han comprobado que tanto en el caso de Zamora como en el de Palencia queda “confirmada la realidad de las prácticas denunciadas, que se desarrollan con el conocimiento y amparo de los correspondientes organismos de la Junta de Castilla y León”. No obstante, archivan la denuncia al no poder acusar a la administración por permitir esas prácticas.

 

Por su parte la Junta de Castilla y León se ha intentado amparar en la interpretación de que se puede cebar a los animales para cazarlos usando productos atrayentes si estos tienen un carácter “selectivo y no masivo”.

 

La Unidad Técnica de la fiscalía ha tomado nota de las sucesivas actuaciones de la Junta sobre este asunto y ha expedido un informe con fecha de 18 de octubre de 2016 en el cual se concluye literalmente que “la interpretación realizada por la junta de Castilla y León para poder autorizar los productos atrayentes en el ejecicio de la caza amparándose en su carácter selectivo y no masivo, carece totalmente de argumentos científicos”. Continúa el informe diciendo que “es manifiesta la existencia de normativa que prohíbe el uso de productos o cebos atrayentes para la fauna en el ejercicio de la caza”, y añade que “el hecho de que el Real Decreto 1095/89 especifique como método prohibido el uso de todo tipo de cebos, gases o sustancias atrayentes hace imposible su autorización”.

 

Pero a partir de aquí entramos en la ambigua esfera de los tecnicismos legales. Dado que la regulación de la caza está transferida a las autonomías, éstas pueden hacer interpretaciones retorcidas de la normativa e intentar priorizarlas sobre el texto de la ley general. Y ante este aparente callejón sin salida, la fiscalía archiva las actuaciones, pero nos recuerda que “dicho archivo no produce efectos procesales por lo que si Usted lo estima oportuno puede presentar denuncia por los mismos hechos ante el Juzgado de Instrucción competente”. Más aún se nos dice que “dado que el Ministerio Fiscal carece de legitimación en ese ámbito parece oportuno que en la medida de lo posible desde esa organización (Lobo Marley) se valore la interposición de los correspondientes recursos en vía administrativa contra las resoluciones en que la Administración defienda el uso de productos atrayentes”.

 

Así pues, queda en manos de la sociedad civil, y en particular de asociaciones como la nuestra, el entrar al enamarañado (y cada vez más caro) mundo de las demandas judiciales para intentar demostrar cosas que son de sentido común. ¿Es la práctica de cebar a los lobos selectiva? Baste con pensar en el legendario sentido del olfato del gran cánido: la carroña de un gran ungulado colocada en la Sierra de la Culebra atraerá a lobos desde kilómetros a la redonda, provenientes de la reserva de caza, de los cotos colindantes e incluso del vecino Portugal. Sólo este hecho ya contraviene tantas normativas que no haría falta ninguna consideración adicional para prohibir este siniestro pasatiempo. Pero en la práctica las cosas no son tan sencillas.

 

Y es que la ley a menudo está hecha para beneficio de quien cuente con más recursos para entrar en kafkianos laberintos procesales. El camino se promete largo, pero como continúa diciendo al carta de la fiscalía, “la consolidación de una doctrina jurisprudencial que estimara los argumentos contrarios a esa interpretación (la de la Junta de Castilla y León) podría ser el punto de partida para exigir responsabilidad en el ámbito penal de quienes no respetan esa exégesis judicial”. Además se nos dice que “sería necesario que (…) se denuncien aquellos actos ilícitos de caza que desautoricen la interpretación de la Junta”.

 

Desde luego, Lobo Marley no se va a rendir. Con el apoyo de nuestros socios seguiremos luchando en los frentes autonómicos, nacionales e internacionales hasta conseguir nuestros objetivos: primero, el cumplimiento de la ley vigente, y segundo, el cambio de ese marco legislativo para conseguir la protección total del lobo ibérico en toda la Península.

 

HAZ CLICK AQUI PARA VER LA CARTA DE LA FISCALÍA EN PDF

 

El equipo de Lobo Marley